Casada con el tio del jefe
img img Casada con el tio del jefe img Capítulo 1 La Cita a Ciegas
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Capítulo 6 Primer Encuentro con Andrés img
Capítulo 7 Sofía Investiga img
Capítulo 8 La Atracción Creciente img
Capítulo 9 Los Secretos Familiares img
Capítulo 10 La Primera Tensión img
Capítulo 11 Un Encuentro Sorprendente img
Capítulo 12 La Revelación de Andrés img
Capítulo 13 La Incertidumbre de Sofía img
Capítulo 14 El Desafío de la Lealtad img
Capítulo 15 La Noche del Baile Familiar img
Capítulo 16 El Primer Conflicto Abierto img
Capítulo 17 Sofía en el Dilema img
Capítulo 18 La Reacción de Alberto img
Capítulo 19 Los Sentimientos Se Desbordan img
Capítulo 20 ¿Era ese el precio del poder img
Capítulo 21 La Mentira de Alberto img
Capítulo 22 La Declaración de Andrés img
Capítulo 23 La Decisión de Sofía img
Capítulo 24 La Respuesta de Alberto img
Capítulo 25 La Primera Traición img
Capítulo 26 La Confrontación Familiar img
Capítulo 27 El Cierre del Negocio img
Capítulo 28 Sofía en Peligro img
Capítulo 29 La Decisión Final de Sofía img
Capítulo 30 Sin romperse img
Capítulo 31 Tal vez sea hora de que tomes una decisión img
Capítulo 32 Y esa elección cambiaría su destino para siempre img
Capítulo 33 Sofía no estaba lista para enfrentar su respuesta img
Capítulo 34 Es tu momento img
Capítulo 35 Cambiaría su vida para siempre img
Capítulo 36 No sabía si estaría preparada para enfrentarlo img
Capítulo 37 Atrapada en un contrato que nunca había deseado realmente img
Capítulo 38 Y lo que estaba perdiendo era mucho más grande img
Capítulo 39 Supo que ya no había vuelta atrás img
Capítulo 40 Sofía estaba lista para lo que fuera que viniera img
Capítulo 41 Sofía sabía que la elección que tomaría definiría su futuro img
Capítulo 42 La tensión era insoportable. img
Capítulo 43 No sabía si podría seguir siendo fiel img
Capítulo 44 Sofía sentía que había llegado al final img
Capítulo 45 Ni siquiera estaba segura de si alguna vez encontraría la respuesta img
Capítulo 46 La verdad tiene un precio img
Capítulo 47 Solo el tiempo lo diría img
Capítulo 48 La decisión estaba tomada img
Capítulo 49 Ahora comenzaba una nueva etapa img
Capítulo 50 Pronto tendría que elegir img
Capítulo 51 Sabía que no podía seguir en ese punto muerto img
Capítulo 52 Sofía se sentía completamente libre img
Capítulo 53 Su destino estaba sellado img
Capítulo 54 Sofía no podía retroceder img
Capítulo 55 Ella estaba lista para enfrentarlo img
Capítulo 56 Este capítulo de su vida apenas comenzaba img
Capítulo 57 Había llegado el momento de pelear por su futuro. img
Capítulo 58 Nadie podría detenerla img
Capítulo 59 Sabía que la batalla por su futuro aún no terminaba img
Capítulo 60 Ella misma era la que tenía el poder de escribir su propio destino img
Capítulo 61 Sin mirar atrás img
Capítulo 62 Se sentía en control de su vida y sus decisiones img
Capítulo 63 Libre de las ataduras img
Capítulo 64 Tomando el control de su vida img
Capítulo 65 Es seguir avanzando img
Capítulo 66 Alberto se da cuenta de que Sofía ha cambiado img
Capítulo 67 Por todo lo que me diste img
Capítulo 68 La empresa de Alberto se estabiliza img
Capítulo 69 Sofía se aleja de la familia de Alberto img
Capítulo 70 Vamos a hacer que todo esto despegue img
Capítulo 71 Estaba lista para construir su futuro img
Capítulo 72 Sofía toma una nueva dirección en su carrera img
Capítulo 73 El último encuentro con Alberto img
Capítulo 74 Sofía encuentra paz con sus decisiones img
Capítulo 75 Había encontrado su verdadero lugar en el mundo img
Capítulo 76 La reconstrucción de Sofía es profunda img
Capítulo 77 El futuro, por fin, parecía completamente suyo. img
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Casada con el tio del jefe

DaniM
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Capítulo 1 La Cita a Ciegas

Sofía miró el reloj en su muñeca y suspiró. Estaba nerviosa, más de lo que le gustaría admitir. Aunque su vida profesional marchaba sobre ruedas, su vida personal era un desastre. Tras varias decepciones amorosas, había decidido que, al menos por ahora, el amor no era para ella. Pero sus amigas, siempre insistentes, no le dejaban escapar de sus intentos de emparejarla. Esta vez había sido Carolina, su amiga de toda la vida, quien la había convencido.

"Solo una cita, Sofía. No tienes nada que perder", le había dicho Carolina esa mañana por teléfono. "Es un tipo serio, no es el típico idiota que se encuentra en los bares. Además, es un buen partido."

Sofía no creía mucho en esas definiciones, pero algo en la voz de Carolina le dio la seguridad de que no sería un completo desastre. Así que, un poco a regañadientes, aceptó.

El restaurante era elegante, como todo lo que le gustaba a Carolina: bien situado, con un ambiente sofisticado pero acogedor. Sofía, siempre puntual, llegó diez minutos antes de la hora acordada, como era su costumbre. Se sentó en una mesa reservada en la esquina del comedor, un lugar algo apartado donde pudiera observar y respirar tranquila. La idea de ser sorprendida por alguien, incluso en una cita a ciegas, la incomodaba, pero la comida de ese lugar sí que la atraía.

Mientras esperaba, observaba con atención el bullicio de la gente que entraba y salía. La música suave en el fondo, las conversaciones que se entremezclaban en un murmullo, el tintinear de los cubiertos... Todo parecía estar diseñado para hacerla sentir a gusto, pero su estómago seguía en un nudo.

A los diez minutos exactos, un hombre alto, bien vestido, con el pelo oscuro ligeramente despeinado y una mirada decidida entró por la puerta. Sofía lo observó mientras se acercaba. La primera impresión fue positiva: su porte era elegante, su caminar seguro. Algo en su presencia capturó su atención de inmediato. No era el tipo de hombre al que normalmente se sentiría atraída, pero había algo en su manera de moverse que despertó su curiosidad.

"¿Sofía?" Su voz fue profunda y cálida. Había una calma en su tono que le transmitió inmediatamente seguridad.

"Sí, soy yo. Alberto, ¿verdad?" Sofía se levantó y extendió la mano. Su primera impresión había sido correcta. Era mucho más atractivo de lo que había esperado, incluso más que la imagen que había construido en su mente al escuchar la descripción que le dio Carolina.

"Así es. Perdona la espera, no me di cuenta de que llegué un poco tarde", dijo él, sonriendo con una media sonrisa que le hizo pensar que se estaba disculpando más por la impuntualidad que por el hecho de haber llegado a tiempo.

"No te preocupes, yo llegué antes", respondió Sofía, intentando relajarse un poco.

Ambos se sentaron, y un camarero se acercó rápidamente para tomar la orden de las bebidas. Sofía eligió un vino blanco, mientras que Alberto pidió una copa de tinto. La conversación comenzó con los típicos temas de una cita: ¿a qué te dedicas? ¿Te gusta el trabajo que haces? ¿Qué hobbies tienes? Aunque la charla era amena, Sofía no pudo evitar sentirse algo inquieta. Algo no terminaba de encajar.

Al principio, Alberto parecía lo que Carolina había descrito: serio, profesional, algo distante. Pero a medida que avanzaba la conversación, Sofía se dio cuenta de que había algo más en él. No era simplemente un hombre atractivo que cumplía con todos los estándares de lo que se consideraba un buen partido. Había una especie de presencia en él, una seguridad que no solo venía de su físico, sino de algo más profundo, algo que no podía identificar de inmediato.

El camarero sirvió las copas, y Sofía tomó un sorbo, buscando qué decir para aligerar la atmósfera.

"Entonces, cuéntame más sobre ti", dijo ella, intentando ir más allá de los tópicos. "¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ¿Tienes algún hobby raro?"

Alberto la miró fijamente por un momento, como si estuviera evaluando sus palabras antes de responder. Luego, con una leve sonrisa, dijo:

"Bueno, la verdad es que soy alguien bastante pragmático. Mi tiempo libre... digamos que está casi siempre ocupado con proyectos y compromisos laborales. Pero si tuviera que elegir algo que me gusta hacer, diría que me encanta leer sobre historia. Pero no te preocupes, no soy de esos que te aburren con temas académicos, si no te interesa." Su tono era suave, pero había algo en su mirada que indicaba que no estaba tan seguro de que a Sofía le interesara.

Sofía se rió, aliviada por lo que parecía un toque de humor en sus palabras. "No te preocupes, no me aburre en lo más mínimo. A veces soy una nerd de la historia también. Hay algo fascinante en los eventos pasados y cómo nos moldean, ¿no?"

"Definitivamente. A mí me gusta mucho estudiar la historia de los negocios. Es curioso ver cómo las decisiones de hace años, o incluso siglos, todavía afectan lo que hacemos hoy. Como si todo estuviera conectado."

Sofía frunció el ceño, intrigada por lo que acababa de decir. "¿De qué estás hablando exactamente?"

Alberto sonrió ligeramente, como si le hubiera dicho algo importante sin querer. "Bueno... es algo que a menudo hablo con personas cercanas a mí. El negocio en el que estoy involucrado es un tema complicado, pero en resumen, lo que quiero decir es que a veces, lo que uno hace, incluso en un pequeño rincón del mundo, puede tener repercusiones gigantes. No es solo cuestión de números o decisiones económicas. También tiene que ver con las personas."

Sofía lo miró con atención, sintiendo que había más en sus palabras de lo que él dejaba entrever. De alguna manera, sus ojos se oscurecieron por un instante, y por un breve segundo, Sofía sintió que se encontraba frente a alguien con una vida mucho más compleja de lo que parecía a simple vista.

"Eso suena... interesante", dijo ella, sin saber cómo responder de manera más adecuada.

Alberto, sin perder la calma, desvió la conversación. "Hablando de negocios, en realidad tengo una propuesta que quiero hacerte. Pero antes de que pienses que esto va por el camino de la típica cita, quiero aclararte que no tiene nada que ver con lo que podrías estar imaginando."

Sofía lo miró, desconcertada. No había esperado ese giro. "¿Una propuesta de qué?"

Él se inclinó ligeramente hacia adelante, como si fuera importante asegurarse de que estuviera prestando atención. "Te propongo un contrato. Un matrimonio por contrato. Tú y yo."

Sofía parpadeó, sin poder procesar las palabras que acababa de escuchar. El silencio se alargó entre ellos, y un leve escalofrío recorrió su espalda. ¿Un matrimonio por contrato? ¿Qué clase de broma era esa?

Alberto la miró con seriedad, esperando su respuesta, como si le estuviera ofreciendo la oportunidad de tomar una decisión crucial para su vida.

            
            

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