La Deuda del Rey de la Mafia: La Furia de Mi Familia
img img La Deuda del Rey de la Mafia: La Furia de Mi Familia img Capítulo 2
2
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
img
  /  1
img

Capítulo 2

Sofía POV:

-Deben ser las hormonas del embarazo -ronroneó Sandra, bajando la vista hacia mi estómago con una mirada de puro desprecio-. He oído que pueden ser terribles.

-No te atrevas a hablar de mi embarazo -siseé, mi voz temblando con una furia tan profunda que sentí que podría partirme en dos.

Ella se rio, un sonido ligero y etéreo que no llegó a sus ojos fríos.

-¿Por qué no? Prácticamente somos hermanas en esto. Mi pequeño Damián Jr. ya está aquí, ¿ves? Un heredero real y vivo.

-Cometió un error -dije, las palabras sonando débiles y huecas incluso para mis propios oídos.

-No fue un error. Fue una elección -replicó ella, inclinándose, su voz un susurro venenoso-. Me eligió a mí. Eligió a nuestro hijo. Me dijo que había... complicaciones con tu embarazo. Que tal vez ni siquiera podrías llegar a término.

La violación de mi intimidad fue tan absoluta que se sintió como un golpe físico. Él había discutido los detalles íntimos y aterradores de mi embarazo de alto riesgo con esta mujer.

Justo en ese momento, un dolor agudo, como un hierro al rojo vivo, me atravesó el bajo vientre. Jadeé, tropezando hacia atrás contra la pared mientras una ola de mareo me invadía.

La falsa máscara de preocupación de Sandra se transformó en una mueca de desdén.

-Oh, mira. Empieza el drama. -Levantó la voz lo suficiente para llamar la atención-. Sofía, por favor. No hagas esto aquí. Seamos civilizadas.

Como si fuera una señal, Damián corrió hacia nosotras, su rostro como una nube de tormenta. Sus ojos fueron directamente a Sandra, no a mí.

-¿Qué está pasando? -exigió, su voz peligrosamente baja-. Sofía, ¿la estás acorralando?

-Se estaba burlando de mí -grité, doblándome mientras otro calambre, más violento, me desgarraba por dentro.

-Cálmate -ordenó Damián, su voz resonando con autoridad pública. Puso una mano protectora en el brazo de Sandra, protegiéndola de mí-. Estás armando un escándalo. Ella es frágil. Acaba de tener un bebé.

Sus hombres, incluido su Capo, Ricardo, se acercaron, sus rostros una mezcla de lástima por la valiente amante y desaprobación por la esposa histérica y embarazada. Estaba siendo manipulada por toda una sala de mafiosos.

A través de una neblina de dolor, vi a Sandra comenzar a sollozar, lágrimas delicadas y teatrales brotando de sus ojos.

-Solo quiero paz -susurró-. Por mi hijo.

Damián la atrajo en un abrazo completo.

-Solo vete a casa, Sofía -dijo por encima del hombro de ella, su voz fría y despectiva-. Hablaremos cuando estés siendo racional.

La humillación pública fue absoluta. Me enderecé, el dolor físico momentáneamente eclipsado por una claridad fría y dura. La mujer que él creía conocer, la que siempre volvía, se había ido.

-Me voy -dije, mi voz inquietantemente tranquila. Me di la vuelta y me alejé, sin mirar atrás mientras sus últimas y arrogantes palabras me seguían hasta la puerta.

-Solo está siendo dramática -le aseguró a la sala-. Se le pasará. Siempre regresa.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022