¡No me detendré hasta recuperarte, mi luna!
img img ¡No me detendré hasta recuperarte, mi luna! img Capítulo 6 Miserable vinculo
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Capítulo 8 Consumida por llamas img
Capítulo 9 Alma oscura img
Capítulo 10 Su otra mitad img
Capítulo 11 Ego e orgullo de alfa img
Capítulo 12 Un alto precio img
Capítulo 13 Matando al cachorro img
Capítulo 14 Guerrera img
Capítulo 15 Juegos de manada img
Capítulo 16 Alfas visitantes img
Capítulo 17 Sentirla y desearla img
Capítulo 18 Un desastre sangrante img
Capítulo 19 Arrastrarse por el infierno img
Capítulo 20 Resistencia e inteligencia img
Capítulo 21 Días de victorias img
Capítulo 22 De regresó img
Capítulo 23 Cachorro enmascarado img
Capítulo 24 Recuerdos traumáticos img
Capítulo 25 Una sanguijuela img
Capítulo 26 Secuestradora de hombres img
Capítulo 27 Una guerrera hábil img
Capítulo 28 Buscar venganza img
Capítulo 29 Muerta img
Capítulo 30 Sus cachorros img
Capítulo 31 Un insecto del amor img
Capítulo 32 Lleno de mierda img
Capítulo 33 Tortura emocional img
Capítulo 34 Dormitorio sexual img
Capítulo 35 Planes egoístas img
Capítulo 36 Aterrorizada img
Capítulo 37 Lago fangoso img
Capítulo 38 Maltrato img
Capítulo 39 Poderosa y hermosa img
Capítulo 40 Bajo una maldición img
Capítulo 41 Figura paterna img
Capítulo 42 Apuñalarla en el corazón img
Capítulo 43 Picnic con los cachorros img
Capítulo 44 Su compañera y esposa img
Capítulo 45 Un vínculo roto img
Capítulo 46 Furiosas emociones img
Capítulo 47 Perdiendo la cabeza img
Capítulo 48 Negación y rabia img
Capítulo 49 ¡Los cachorros son míos! img
Capítulo 50 El líder de los alfas img
Capítulo 51 ¡Cuánto más me castigarías! img
Capítulo 52 Bueno o muy malo img
Capítulo 53 Mamá y papá img
Capítulo 54 Vínculo apenas estaba vivo img
Capítulo 55 Un alfa poderoso img
Capítulo 56 Morir con esa historia img
Capítulo 57 Ritual de apareamiento img
Capítulo 58 Energía espiritual img
Capítulo 59 Poderes inexplicables img
Capítulo 60 Un gran error img
Capítulo 61 Diagnosticado trastorno img
Capítulo 62 Inconsciente con drogas img
Capítulo 63 Buscando sin descansó img
Capítulo 64 Pagar un alto precio img
Capítulo 65 Cara de fastidio img
Capítulo 66 Podridos como sus padres img
Capítulo 67 Buen padre y un mejor alfa img
Capítulo 68 Feo hipopótamo img
Capítulo 69 Acciones inexplicables img
Capítulo 70 Hasta el amanecer img
Capítulo 71 Perra astuta img
Capítulo 72 Culpa de la bruja img
Capítulo 73 Una cobarde sin carácter img
Capítulo 74 Bala de plata img
Capítulo 75 Un compañero y un padre inútil img
Capítulo 76 Resucitar a los muertos img
Capítulo 77 La misma página img
Capítulo 78 Garras de la muerte img
Capítulo 79 Cada rincón del bosque img
Capítulo 80 Olor nauseabundo img
Capítulo 81 Asustados e impacientes img
Capítulo 82 Por alto las señales img
Capítulo 83 Como basura img
Capítulo 84 Dulce cachorro img
Capítulo 85 Mente activa img
Capítulo 86 Un territorio extraño img
Capítulo 87 Esfuerzos inútiles img
Capítulo 88 Sus oxidadas habilidades img
Capítulo 89 Lobo blanco img
Capítulo 90 Menos horrible img
Capítulo 91 Escritos antiguos img
Capítulo 92 Manipulador trasero img
Capítulo 93 Días de sufrimiento img
Capítulo 94 Pez confundido img
Capítulo 95 ¡Alfa orgulloso y arrogante! img
Capítulo 96 Inmune a la plata img
Capítulo 97 Los culpables img
Capítulo 98 Sus locos padres img
Capítulo 99 Ojo por ojo img
Capítulo 100 Apariencia desordenada img
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Capítulo 6 Miserable vinculo

AGNES-

-No.

Dejé escapar esa palabra a pesar de saber que solo avivaría su ira.

Él podía enojarse, pero yo tenía derecho a decirle que no. Había terminado con él. Había terminado de darle cada parte de mí sin pedirle partes de él a cambio. Había terminado de amarlo con todo mi ser, aunque mi corazón se resistiera a esa idea.

Había terminado de esperar algo de él.

-¿¡Qué fue eso!? -exclamo, con voz baja y desafiante.

Inhalé con fuerza y me resultó difícil repetir esa única palabra. Aparté la mirada y me alejé unos pasos de él y de la colchoneta vieja.

Queria rescatar un poco de dignidad para mí.

-¡¿Necesitó que lo repita, mujer?! -gruñó con impaciencia y casi salté de mi propia piel cuando infundió miedo en mi torrente sanguineo.

Empezó a quitarse la camisa sin importarle yo y, enojado, siseó, con sus ojos quemándome la cara: -¡Quítate la ropa!

Eso fue una orden.

-No lo haré -respondí con voz temblorosa-. Si quieres sexo, consíguelo de la mujer que te apasiona. Ya no soy tu esposa y, si me dejaras a mí, habría terminado con este miserable vinculo que nos mantiene atados el uno al otro. Te habría liberado...

-¡BASTA DE TONTERÍAS! -alfa Rastus gruñó como la bestia que era.

El hombre que le había mostrado pasión a Larisa esta mañana ya no estaba conmigo. Nunca lo había estado y nunca lo estaría.

-¿Crees que puedes desafiarme solo porque por qué estamos divorciados? Sigo siendo tu compañero y tu alfa y me obedecerás -dijo, bajando los pantalones al suelo y parándose frente a mí en toda su gloria desnuda.

Sacudí la cabeza, reprimiendo el impulso de tomarme un minuto y mirar su cuerpo bien esculpido por lo que podría ser la última vez mientras las lágrimas amenazaban con brotar de mí.

-No.....

Mi declaración fue interrumpida cuando de repente fui levantada de mis pies, no como un ángel, sino como una mala hierba...

-No. No quiero esto. No puedes hacer esto -grite. Las lágrimas corrieron por mi rostro.

-No tienes que desearlo. Yo lo deseo -gruño con furia.

Pasó la mano por su miembro y mis ojos se posaron en el grueso trozo de carne que siempre me había atraído desde el día en que nos convertimos oficialmente en pareja. Diablos, era adicta a esa parte de él, pero ¿ahora? Ahora tenía miedo.

-Puedo hacer esto porque soy tu pareja y lo haré porque no puedes decirme que no.

-Por favor, no hagas e-e-esto... -grité, doblando mis piernas hacia mi mientras sollozaba y expresaba mi negativa.

Los ojos grises de alfa Rastus se dilataron y pensé que lo vi dudar, pero tiró de mis pies, tirándome sobre la colchoneta y antes de que pudiera soltar un grito, me dio vuelta, con el pecho apoyado en la cama.

Mientras me agarraba las manos, sosteniéndolas en la parte baja de mi cintura.

-Pronto me rogarás que te dé más. Lloras ahora, pero solo gemirás 'alfa' en unos minutos -susurro en mi oído.

Tenía muchas ganas de hacerle saber que había estado mal que besara a otra mujer esa mañana y luego volviera a mi cama. Queria que supiera que no debería querer a la mujer de la que se divorció hoy de la misma manera que me quería a mí.

Su deseo por mi... o debería decir, su deseo por mi cuerpo era evidente por el enrojecimiento de sus testículos. Lo había notado antes de que me diera la vuelta y, por mucho que no quisiera que me tocara, a una parte más grande de mí le encantaba que me deseara tanto.

Una parte de mí quería que me tratara con rudeza en la cama y que me besara mientras me reclamaba como su compañera una y otra vez... Quería que no viera a nadie más que a mí, ni siquiera a su amante más querida de la infancia.

Alfa Rastus me arrancó el vestido de la cintura para abajo y, tal como había dicho, mi grito fue reemplazado por un fuerte gemido cuando se empujó hacia mí. Su agarre en mis manos se aflojó con cada movimiento de su cintura y gimió en mis oídos.

"¿Cómo es posible que no haya visto lo bien que encajamos?", pensé mientras mi compañero me devoraba y yo tomaba todo lo que tenía para darme, haciéndome creer que él estaba aquí en la cama conmigo no solo por mi cuerpo sino por mí...

Quiero decir, había algo diferente en la forma en que me golpeaba repetidamente, haciéndome gritar mientras el orgasmo me invadía como una ola de ira. Era casi como si me estuviera haciendo el amor dulce y brusco... como si me estuviera castigando por querer separarnos al rechazarlo y, al mismo tiempo, disculparse por hacerme firmar los papeles del divorcio...

-Te gusta eso, ¿no?... -dijo, sacudiéndose dentro de mi-. Eres mía. Tu cuerpo y tu alma me pertenecen y no te atreves a rechazarme. Yo estoy a cargo de ti...

Era difícil saber si era él o su lobo, pero esas fueron las últimas palabras que escuché mientras otro orgasmo me golpeaba con fuerza... lo suficientemente fuerte como para hacerme perder el conocimiento y caer en una dulce y aterradora pesadilla.

Cuando me desperté, ya era de mañana y alfa se había ido como siempre y yo tenía moretones y chupetones en el cuerpo. Como siempre.

"Tal vez Larisa fue un sueño. Tal vez no hubo papeles de divorcio..." Ese pensamiento pasó por mi mente, pero pronto cunado mis ojos recorrieron el lugar que me encontraba.

Enfrente la cruel realidad.

            
            

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