Esclava del amor del jefe de la mafia
img img Esclava del amor del jefe de la mafia img Capítulo 2 Capítulo 2 Seducida por un monstruo
2
Capítulo 16 Capítulo 16 En busca de inspiración img
Capítulo 17 Capítulo 17 Perturbación nocturna img
Capítulo 18 Capítulo 18 Ella es mi novia img
Capítulo 19 Capítulo 19 Beso de buenas noches img
Capítulo 20 Capítulo 20 Extrañándolo img
Capítulo 21 Capítulo 21 Película nocturna img
Capítulo 22 Capítulo 22 Ardiente seducción. img
Capítulo 23 Capítulo 23 Lista y mojada. img
Capítulo 24 Capítulo 24 Alcanzando el clímax en sus brazos. img
Capítulo 25 Capítulo 25 No tenía más opción. img
Capítulo 26 Capítulo 26 No puedo sacarlo de mi cabeza. img
Capítulo 27 Capítulo 27 La mañana después. img
Capítulo 28 Capítulo 28 Cuéntame sobre él. img
Capítulo 29 Capítulo 29 No te hagas la inocente. img
Capítulo 30 Capítulo 30 Reglas y Castigo. img
Capítulo 31 Capítulo 31 Suplicándole por placer. img
Capítulo 32 Capítulo 32 Disciplina lujuriosa. img
Capítulo 33 Capítulo 33 Un placer irresistible. img
Capítulo 34 Capítulo 34 Una mañana junto a él. img
Capítulo 35 Capítulo 35 A su ritmo img
Capítulo 36 Capítulo 36 Completo cambio de imagen img
Capítulo 37 Capítulo 37 Transformación img
Capítulo 38 Capítulo 38 Falsa novia img
Capítulo 39 Capítulo 39 Mi falso novio img
Capítulo 40 Capítulo 40 Encuentro con una heredera img
Capítulo 41 Capítulo 41 Desafío cruel img
Capítulo 42 Capítulo 42 Peligro disfrazado img
Capítulo 43 Capítulo 43 El demonio salvador img
Capítulo 44 Capítulo 44 Una bomba de tiempo img
Capítulo 45 Capítulo 45 Atrapada por la seducción img
Capítulo 46 Capítulo 46 El escape img
Capítulo 47 Capítulo 47 El salvador img
Capítulo 48 Capítulo 48 Súplica desesperada img
Capítulo 49 Capítulo 49 La distancia entre nosotros img
Capítulo 50 Capítulo 50 La separación img
Capítulo 51 Capítulo 51 En el hospital img
Capítulo 52 Capítulo 52 El interrogatorio img
Capítulo 53 Capítulo 53 Autocontrol img
Capítulo 54 Capítulo 54 Un beso de castigo img
Capítulo 55 Capítulo 55 Su prisionera img
Capítulo 56 Capítulo 56 Quítame las esposas img
Capítulo 57 Capítulo 57 Víctima de su intimidación img
Capítulo 58 Capítulo 58 Tomemos un baño juntos img
Capítulo 59 Capítulo 59 El jugueteo img
Capítulo 60 Capítulo 60 Tan cerca img
Capítulo 61 Capítulo 61 img
Capítulo 62 Capítulo 62 img
Capítulo 63 Capítulo 63 img
Capítulo 64 Capítulo 64 img
Capítulo 65 Capítulo 65 img
Capítulo 66 Capítulo 66 img
Capítulo 67 Capítulo 67 img
Capítulo 68 Capítulo 68 img
Capítulo 69 Capítulo 69 img
Capítulo 70 Capítulo 70 img
Capítulo 71 Capítulo 71 img
Capítulo 72 Capítulo 72 img
Capítulo 73 Capítulo 73 img
Capítulo 74 Capítulo 74 img
Capítulo 75 Capítulo 75 img
Capítulo 76 Capítulo 76 img
Capítulo 77 Capítulo 77 img
Capítulo 78 Capítulo 78 img
Capítulo 79 Capítulo 79 img
Capítulo 80 Capítulo 80 img
Capítulo 81 Capítulo 81 img
Capítulo 82 Capítulo 82 img
Capítulo 83 Capítulo 83 img
Capítulo 84 Capítulo 84 img
Capítulo 85 Capítulo 85 img
Capítulo 86 Capítulo 86 img
Capítulo 87 Capítulo 87 img
Capítulo 88 Capítulo 88 img
Capítulo 89 Capítulo 89 img
Capítulo 90 Capítulo 90 img
Capítulo 91 Capítulo 91 img
Capítulo 92 Capítulo 92 img
Capítulo 93 Capítulo 93 img
Capítulo 94 Capítulo 94 img
Capítulo 95 Capítulo 95 img
Capítulo 96 Capítulo 96 img
Capítulo 97 Capítulo 97 img
Capítulo 98 Capítulo 98 img
Capítulo 99 Capítulo 99 img
Capítulo 100 Capítulo 100 img
img
  /  4
img

Capítulo 2 Capítulo 2 Seducida por un monstruo

De repente, con un ruido sordo, quedé atrapada debajo de él. Me había colocado debajo de su cuerpo y ahora estaba sentado a horcajadas sobre mis caderas, mientras sujetaba mis muñecas con sus manos, en el suelo. Gemí fuertemente en el momento en que bajó la cabeza y comenzó a besar y chupar el costado de mi cuello, en un movimiento agresivo que hacía que oleadas de placer recorrieran todo mi cuerpo.

Fuertes sonidos de besos y succión resonaron en la habitación, junto con mis jadeos y gemidos de éxtasis, mientras él continuaba cubriendo de besos ambos lados de mi cuello. Me besó y lamió hasta que mi cuerpo se sintió débil, como si estuviese bajo el efecto de alguna droga, debido a aquel intenso placer que él me había proporcionado.

Sentí sus grandes manos deslizarse una vez más debajo de mi ropa y tomar mis senos. Suspiré, extasiada, debido a la sensación de placer que experimenté cuando los masajeó, jugueteando con ellos. Sus manos varoniles presionaron mis senos con tanta fuerza que comencé a sentir un leve dolor; no obstante, el placer nublaba mi mente hasta el punto de que aquel dolor era prácticamente imperceptible.

Continuó chupando mi cuello mientras sus manos acariciaban mis senos. Sentía que mi cuerpo ardía mientras me retorcía debajo de él. Grité un poco más fuerte cuando sus dedos comenzaron a juguetear hábilmente con mis pezones erectos.

"¡Ah! ¡Ahh.!", gemí sin cesar cuando retorció mis pezones calientes entre sus dedos.

Sentí sacudidas de placer que recorrían mi cuerpo desde las puntas de mis senos hasta la zona caliente entre mis piernas. La forma en que me tocaba hacía que me volviera loca de lujuria y deseo. Sus caricias eran verdaderamente maravillosas...

"Osirio. despierta. detente", logré decir, pero luego mis gemidos prosiguieron.

Ignorando mis protestas, él continuó explorando mi cuerpo con sus manos. Sentí que una de sus manos se deslizaba entre mis muslos y comenzaba a acariciar la suave carne de la parte interna de mis muslos de arriba abajo, con lentitud y delicadeza. Aquellas seductoras caricias hacían que la piel se me pusiera de gallina.

Inhalé profundamente y contuve el aliento mientras sentía como su mano se deslizaba lentamente por la parte interna de mi muslo, centímetro a centímetro, hasta finalmente detenerse en el punto al que deseaba llegar. Las yemas de sus dedos se hundieron entonces en la cálida humedad de la zona entre mis piernas.

"¡Ahh... Osirio...!", exclamé y luego me mordí el labio inferior. Mi cabeza se movía de un lado a otro, mientras me abandonaba al placer.

Sentí cómo sus dedos acariciaban mi raja húmeda y palpitante, despertando mi calor femenino. El dolor placentero que experimentaba en la parte inferior de mi abdomen se intensificó y sentí cómo mis jugos de amor brotaban de mi abertura ante aquel toque que tanto deleite me producía. Acarició con manos expertas la entrada de mi v*gina, moviendo sus dedos de arriba abajo, pero sin llegar a introducir su mano.

Su toque era extremadamente placentero y adictivo. Comencé a mover mis caderas, en un intento por guiar sus dedos juguetones hacia el punto sensible situado entre mis piernas. Me odié a mí misma por mi reacción placentera ante sus caricias y por desear que no dejara de tocarme. Sin embargo, en ese momento realmente necesitaba sentir sus manos en mi clít*ris endurecido e hinchado.

¿Acaso me sentía así por el hecho de que hacía mucho tiempo no sostenía relaciones s*xuales con un hombre, o era solo que me sentía atraída por él? Cualquiera que fuese la razón, no quería que sus manos inquietas se detuvieran. Ansiaba que siguiera proporcionándome placer hasta que yo llegara al orgasmo...

Como si fuera consciente de aquel deseo mío no manifestado, él comenzó a presionar mi clít*ris hinchado con sus dedos; lo pellizcó con fuerza, retorciéndolo entre las yemas de sus dedos. Era una sensación realmente maravillosa. incluso mejor que aquella que yo experimentaba cuando me tocaba mi cuerpo mientras me mast*rbaba. Era como si él conociera muy bien todas las zonas erógenas de mi cuerpo. Gemí tan fuerte que tuve que cubrirme la boca con la mano.

Lo peor que podía pasar en ese momento era que él despertara. Si ello sucedía y él me veía así, atrapada debajo de su cuerpo, seguramente me sometería a un tormento incesante. Sin embargo, pronto dejé de preocuparme por ello, pues parecía haber perdido la capacidad de pensar. Sentí cómo sus dedos separaban los pliegues de mi v*gina y luego experimenté una sensación punzante entre mis piernas.

"¡Ahhhh...!", gemí, mientras mis caderas se sacudían hacia arriba.

Él había introducido bruscamente su dedo, largo y grueso, en mi agujero empapado. Sin darme tiempo para acostumbrarme a la sensación de su dedo dentro de mí, comenzó a retorcerlo. Sus dedos frotaron las paredes de mi v*gina, haciendo que mi cuerpo temblara de puro deseo. Yo no podía creer que los movimientos de su dedo dentro de mi agujero me llevaran al éxtasis.

Pronto sus dedos encontraron mi punto G y comenzaron a acariciarlo y presionarlo con fuerza. Él introdujo y extrajo repetidamente su dedo de mi agujero, desde varios ángulos, estimulando aquella zona erógena con cada una de sus embestidas. Me mordí los dedos, tratando de contener un grito de éxtasis. Mis caderas se agitaban contra su mano, en un movimiento frenético, mientras mi v*gina insaciable apretaba su dedo con desesperación.

Casi llegué al clímax cuando él insertó otro de sus gruesos dedos dentro de mi agujero empapado, estirando la entrada del mismo y mis entrañas. Experimenté un deleite increíble mientras sus dedos llenaban y frotaban las paredes de mi túnel del amor. Mi cuerpo se retorció debajo del suyo y separé todavía más las piernas para que él pudiera introducir sus dedos más profundamente en mi cuerpo.

En ese punto ya me resultaba imposible contenerme; podía sentir que estaba al borde del orgasmo. Si él no dejaba de mover sus dedos dentro de mí de esa manera, me correría. muy pronto.

"¡Osirio...!", grité mientras me cubría la boca con la mano, en el momento en que alcancé el orgasmo.

Intenté sobrellevar en silencio el impacto de mi clímax, mientras cerraba los ojos y me mordía los dedos. Mi cuerpo entero se sacudió en espasmos y tembló bajo el peso de aquel hombre, mientras múltiples oleadas de placer me invadían. Mi mente se quedó en blanco y no pude recordar nada más después de eso...

Cuando acepté el contrato con el padre de Osirio, jamás imaginé que esta sería una de sus consecuencias...

--Continuará.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022