Voy! -grité mientras me quitaba el mandil (obvio para no ensuciar mi ropa) y lo ponía sobre la silla-
Volvieron a tocar, pero ahora más fuerte. No tenía idea de quien sería a esta hora.
Si? Quien es? -dije mientras abría la puerta-
Entró una mujer mayor y sin decir nada se sentó en el sofá.
Que haces aquí... m-mamá? -
Muchos sentimientos me invadieron, no pensaba verla aquí, hacía años no la veía y sólo enviaba un mensaje o llamaba cuando necesitaba más dinero.
Mamá? A quién llamas mamá?! -me miró con desprecio-
Lo siento, Marta...
Cerré la puerta y fui a donde estaba sentada. Me quedé parada esperando a que dijera algo, pero nada...
○°○°○ 8 años atrás ○°○°○
Hola mamá! Ya llegué!
Dejé mi mochila en el sofá y fui a abrazarla. Mi padre estaba en el extranjero por cuestiones de negocios.
Que bien... ve a cambiarte y vienes. Ya vamos a comer. -me revolvió el cabello dándome una sonrisa-
Le devolví la sonrisa y me giré para irme, entonces vi una pequeña bolita negra, pachoncita y brillosa. Era mi pequeño perrito Blackie. Lo abracé como si no lo hubiera visto en años y fui con él a mi habitación. Me cambié rápido y bajé con él siguiendome cuando de repente...
Mira a quien tenemos aquí! Hola Blackie! -cargó a mi perrito-
David... déjalo, ya no le hagas nada -dije lo más tranquila que pude estirando mis manos para que me lo diera -
Vamos!! Sólo lo estoy saludando! No es así? -miro a Blackie, como si fuese a responder- Ahora que lo pienso, los perros vuelan?
David, deja de decir cosas... damelo...
Vamos a ver... -caminó hacia la ventana que estaba cerca de las escaleras y sacó su brazo que estaba sosteniendo a la pequeña bola negra- a ver Blackie! Si logras caer en 4 patas jamás te molesto de nuevo, trato?
En ese momento mis piernas se helaron, vi que la soltó y mi cuerpo reaccionó por si sólo, no me di cuenta como, de un momento a otro estaba en la ventana con medio cuerpo hacia afuera, una mano sosteniendose del marco y la otra... la otra sosteniendo una patita de mi Blackie.
Comencé a llorar... tenía muchos sentimientos encontrados, pero entre todos, predominaba el enojo.
Lo lleve adentro nuevamente y por primera vez, sin pensarlo, golpee a mi hermano en la cara haciendo que de su nariz brotara un líquido rojo oscuro. Enseguida corrí a mi habitación y cerré la puerta con llave.
Pasaron unos minutos y alguien intentó abrir con brusquedad
Kayla! Abre la maldita puerta! -gritó mi madre-
Me levanté con Blackie en brazos y abrí lentamente, sentí un dolor punzante en mi mejilla. Mi madre me había golpeado.
Maldita mocosa! Prefieres a un estúpido animal antes que a tu hermano?!. Intenté tratarte bien! Como una hija! Pero no te permitiré esto! -volvió a golpear mi mejilla-
No entendía sus palabras... el porqué había dicho eso. Sentí como mis lágrimas corrían por mis mejillas una tras otra.
P-pero... él intento... -sentí otro fuerte golpe en mi rostro-
Cállate! No me interesa!! Nunca te quise pero tenía que hacerme cargo de ti! Y así me pagas?! Maltratando a mi hijo?!
No podía asimilar lo que decía... miles de preguntas daban vueltas en mi cabeza y sentía el pecho apretado.
Te odio por el simple hecho de que hayas nacido... no eres nada! Sólo un estúpido error que quiero olvidar... -me miró con odio y cerró la puerta de golpe-
Sentía como mi corazón se partía en miles de pedazos, cada vez era más complicado para mi respirar y mis lágrimas salían como si de un huracán se tratara.
Desde ese momento mi vida cambió por completo, la madre que creía me amaba en realidad me odiaba y mi padre se divorció de ella rompiendo toda clase de comunicación. Cuando cumplí la mayoría de edad me independize, fue un poco complicado pero logré sobrellevarlo. Mi padre que en realidad no lo era me siguió apoyando con mis estudios y me visitaba de vez en cuando, cada que tenía tiempo.
Yo trabajaba a tiempo parcial porque no quería depender completamente de alguien, aunque a él le molestara.
Desde que me fui de casa Marta nunca me visitó, sólo me pedía dinero por mensaje o llamada, pero sólo eso.
Por supuesto, Renata siempre me apoyó y después de la Universidad se fue a vivir conmigo. Mi padre, como regalo de graduación me dio el departamento donde vivimos ahora y de vez en cuando aún me visita.
°○°○°○ de vuelta al presente °○°○°○
Que haces ahí parada? Ni siquiera un vaso de agua me vas a ofrecer? -seria-
Cuando habló me sacó de mis pensamientos
Claro... -me giré para ir a la cocina- el té negro es su favorito -pense-
Deja! Deja ya! Tan... distraída como siempre! Nada que ver con tu hermano -se cruzó de brazos y comenzó a mirar todo dentro de la casa-
Como supiste donde vivo? -pregunté mirandola-
No es de tu incumbencia -aun mirando alrededor-
Bueno, a q-que se debe... tu visita?
A que vine? - comenzó a reír- no es obvio? -me miro- se me terminó el dinero! Hace un mes no me depositas nada y tuve que vender el celular que compraste! Con lo poco que quedaba vine! -molesta-
Pudiste llamarme en lugar de venderlo...
Necesitaba el dinero rápido! Mocosa desalmada... -me miro de arriba a abajo y se volteó-
Me dolía bastante que mi madre sólo tuviera comunicación conmigo por esto... porque sólo soy alguien de quien consigue dinero.
Que hay de David?
Tu hermano me ayuda con lo que puede, él ya tiene familia y no puedo ser una carga más! Pero tú?... quien te viera... disfrutas de la vida como si nada! -me miro por el rabillo del ojo-
Marta... en este momento tengo prisa, te depositare el dinero más tarde.
Puedes hacerlo con tu celular!
Lo haré más tarde... por favor.
Como sea! Me voy a quedar aquí hasta que tenga el dinero!
Lo siento mucho, pero eso no será posible señora, ya que Kayla no vive sola -dijo Renata bajando las escaleras-
Tú no te metas! Mocosa metiche!! -se giró hacia mi- Y tú! Dame las llaves!
No me molestó para nada la respuesta de Ren, estaba de acuerdo con que no se quedara, seguramente vendería algunas cosas
Lo siento... pero ya nos tenemos que ir... -abrí la puerta- Marta... por favor... te dejaré en un hotel.
Salimos y fuimos al estacionamiento, minutos después llegó Renata. Nosotras íbamos enfrente y Marta iba molesta en los asientos de atrás. Todo el camino fue silencioso hasta que llegamos a un hotel, pagué una habitación y la dejamos ahí, no tenía mucho dinero en efectivo pero le deje un poco por si necesitaba algo.
Volví al auto y subí.
Kay... estas bien? -me miró preocupada-
Claro que si... -le di una sonrisa fingida-
Sabes que estoy aquí para apoyarte -me dio un beso en la frente- por qué a pesar de como te trata le das lo que quiere? -me miro con tristeza-
Ren... sea como sea es mi madre, siento que le debo algo... a pesar de todo me cuidó y crió. Quisiera retribuirle un poco lo que ella me dio en mi niñez -le sonreí-
Eres una persona muy buena... ese es el problema mi niña. -tomó mis manos entre las suyas- no te importa si te lastiman, tú no haces lo mismo y nunca dudas en ayudar a quien te hiere.
No te preocupes... de verdad estoy bien. - reí leve-
Encendí el auto y comenzamos a avanzar, él camino era silencioso, pero esta vez no era incómodo, sino cálido. Llegamos a la empresa y lo mismo, Renata se bajó en la entrada del edificio y yo fui al estacionamiento.
Cuando estacione el auto me quedé un momento ahí. La tristeza me abrazó y sin darme cuentas pequeñas gotas cristalinas comenzaron a acariciar mis mejillas. Después de unos minutos las seque, retoque un poco el maquillaje y salí para irme.
Kayla! -gritaron detrás de mi-
Si? -me giré hacia la dirección de donde provenía la voz- Oh! Carlos! Que sucede?
Nada en realidad -sonrió mientas caminaba hacia mi- sólo quería saludar. Llegaste temprano.
Será porque alguien me da sermones que duran horas? - reí -
Valla! Quien será? - Me miro como si no supiera-
Comenzamos a caminar juntos y subimos al elevador. Llegué a mi piso y estaba a punto de salir.
Espera, tienes tiempo después del trabajo? - Me miró metiendo las manos en sus bolsillos-
Claro, por qué?
Prefecto! Te parece si vamos a cenar algo? -sonrió-
Me parece bien, entonces nos vemos después! - sonreí y fui a mi oficina-
Entré, me senté en mi escritorio y lo mismo... trabajo, trabajo y más trabajo.
Ya eran las 12:00 del dia y comencé a tener hambre, salí y fui a un restaurante de comida italiana que estaba cerca de la empresa, amaba las pastas que servían ahí, eran una delicia.
Iba caminando y vi a una pequeña niña parada en la orilla de la banqueta, se veía asustada. Me acerqué y note que estaba llorando.
Hola... te encuentras bien? -me agaché un poco para estar a su altura- como te llamas?
Sara... -dijo entre lágrimas-
Donde están tus papis? -mire alrededor-
Me solté del bolso de mami... y ya no la vi... -secaba sus lágrimas pero detrás de estas salían más-
No llores... quieres comer algo? Después buscaremos a tu mami. -sonreí y le extendí mi mano-
De acuerdo... -tomó mi mano-
Bien... que te gustaría comer? - la mire-
Me gusta el pastel de chocolate con fresas... -dijo tímida-
Muy bien... vamos.
Cambio de planes, ya no comería en el restaurante, iría a una cafetería.
Llegamos y pedí una rebanada de pastel tal como ella lo dijo con una taza de leche con chocolate, yo sólo pedí un americano.
Tomamos asiento y nuestro pedido llegó en poco tiempo.
En ese momento su semblante cambió, ya no se le veía triste, más bien una sonrisa apareció en su rostro.
**** en la oficina de Leo ****
Estaba sentado en la silla de mi escritorio hablando con un inversionista por llamada, acordamos la hora de nuestra reunión y colgué.
Que fastidio... -agotado-
Me recargue en el respaldo de la silla y deje el celular en el escritorio. Pero más tarde en dejarlo que en lo que sonó.
Que sucede?
...... ..... .. ......
Que demonios dices? -frunci el ceño-
... . . . ....... .... .. ..
Pero que clase de madre eres?! - estaba molesto- cuando te diste cuenta que no estaba contigo?!
.... ... .. ...
Media hora?! Eres tonta acaso?! No me la creo! Enserio! -colgue y salí de la oficina para buscar a Sara, una niña de 3 años-
Fui al estacionamiento por el auto y mande a algunos de mis hombres para que la buscaran también. Estaba preocupado. Encendí el auto y comencé a conducir.
**** en la cafetería ****
Terminé mi americano y ella también terminó. Limpie los restos de pastel que estaban alrededor de su boca y pagué.
Te gusto? -sonreí-
Si! Estuvo muy rico!! Gracias! - sonrió -
Es bueno saberlo, ahora vamos a buscar a tu mami -acaricie su cabello-
Ella asintió, la tomé de la mano y salimos. Tenía pensado en ir a la estación de policía... pero escuche que alguien gritó detrás de nosotras, ambas volteamos y no podía creer lo que veía.
Princesa, estas bien? - la examinó de pies a cabeza y la abrazó -
*Valla! No sabía que tendría una hija. Eso explica el parecido*
Si! Ella fue buena conmigo... - sonrió y me señaló- me compró comida deliciosa!
Kayla Becket, cierto? Muchas gracias, mi hermana me llamó preocupada diciendo que había perdido a la pequeña Sara -miro a la niña y la abrazo aún más- gracias al cielo no te pasó nada...
Tío! Ya no soy una bebé!! - se cruzó de brazos -
*Ah... equivocación... es su sobrina. Ups...*
Me disculpo si te dio problemas -sonaba tranquilo-
Para nada señor, no se preocupe...
Muy bien, entonces regresemos. Sara, tu madre pasará por ti a la oficina.
Se dirigió a su auto que estaba estacionado en la orilla de la calle y abrió la puerta del copiloto.
Sube, te llevaré como agradecimiento. -sonrió-
Ah... no es necesario se-
Para nada, sube. -insistió-
Subí y por fin llegamos al edificio, dejó el auto en el estacionamiento, bajamos y fuimos al elevador.
Trabajas aquí? -preguntó una Sara sorprendida-
Así es... - le di una sonrisa-
Waaaw!! -miro a Leo- tío... puedo esperar a mami con ella?
No Sara.... -dijo sin mirarla-
Pero... ella es buena... - se agachó-
Sara... -serio-
Tío... - se le veía triste -
Quería decirle al chico guapo que con gusto la cuidaría, pero era el presidente, no me atrevía a hacerlo. Sólo me limitaba a sonreirle a la pequeña
-me miro como si buscara una respuesta-Señorita Becket... podría quedarse contigo? Por supuesto te pagaré el doble.
No es necesario eso, señor. No tengo ningún problema con llevarla conmigo.
Sii!! -Sara comenzó a aplaudir y a sonreír-
Agradezco tu amabilidad. -dijo mirándome-
Me sonrió y entregó a Sara cuando. El elevador se detuvo y las puertas se abrieron, salí con la niña tomada de mi mano y....
Espera! - detuvo la puerta para que no se cerrara-
Salió un poco y se acercó a mi tan repentinamente, estaba demasiado cerca y mis pulsaciones se aceleraron...