Capítulo 5 Un pequeño detalle

No he visto a la señorita Kayla, en su oficina tampoco está - se veía molesto y estaba con los brazos cruzados -

Sobre eso... su salud no está bien, se tomará el día libre. Pensaba ir a decírtelo en un momento. - lo mire -

Su salud esta mal? - Su semblante cambió -

Si, no me dieron detalles pero se desmayó - tranquilo -

Hay alguien con ella? - serio -

Renata Collin, del departamento de diseño - viendo la reacción de Leo -

Bien - fruncio el ceño -

Leo, porque tanta curiosidad? - levanté una ceja -

Es la encargada de esa área, es todo. Nos vemos luego, Carlos. - se dio la vuelta y salió -

Suspire y me volví a recargar en el escritorio. Debería... tal vez enviarle algún detalle?

°○° En la oficina de Leo°○°

Kayla enferma? No se le veía mal ayer cuando la vi - pensé-

Encendí mi portátil y busqué su información. La encontré y me quedé pensando un rato.

Después llamé a Carlos para decirle que me iría, fui al estacionamiento por el auto y me retiré.

°○° En el departamento de Kayla°○°

Dios! Ren, creí que ya no te acordabas de todas esas tonterías - reí -

Claro que lo recuerdo! También cuando arruinaste tu cabello y decías que eras modelo! Oh! Tengo una foto que tomó tu padre! - me mostró la foto y rió a carcajadas -

Oye! - reí - quita eso! - sentí mi rostro caliente y lo cubrí con ambas manos -

* Toc Toc Toc *

Voy yo - sonreí y me levanté -

Abrí la puerta y afuera estaba una canasta con rosas y una nota, pero no había nadie. La recogí y lleve adentro.

Wow! Oye, y eso? - sorprendida -

No lo sé... tiene una nota. - confundida -

Dice quien la envió? - curiosa -

- levanté los hombros -Déjame ver...

Puse la canasta en la barra de la cocina y leí la nota

"Me enteré que tu salud no está bien. Puedes tomarte los días que necesites, recuperate pronto, Kayla"

Lo leí en voz alta y Ren estaba con los ojos muy abiertos.

No dice quien la envía, pero solo le dije a Carlos - chasqueo los dedos y sonrió - pues eso! Es él!

No dije nada y me límite a Sonreí, me sentía... mal?

Tal vez... bueno, ya es tarde. Iré a ver a Marta. Vienes, verdad? - sonreí -

Venga! Pues por supuesto! - se levantó -

Fuimos a alistarnos y después de una hora ya estábamos listas.

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mientras tanto, en otro lugar...

- sonido de notificación - mensaje nuevo - Su pedido fue entregado exitosamente, gracias por su preferencia.

- una sonrisa se dibujo en su rostro -

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Salimos del departamento y subimos al auto, el camino hacia el hotel se me hizo muy corto, llegamos rápido. Cuando entramos Renata tocó mi hombro y me sonrió, yo le regresé la sonrisa.

Subimos al elevador y subimos al piso correspondiente, el número de habitación era el 205. Abrí y entré, Renata me dejó ahí y bajó al jardín para esperarme, así se lo pedí.

Marta... Marta, estás? - buscando -

Toqué la puerta del baño y no hubo respuesta, ella no estaba ahí.

Bajé y fui con la recepcionista, le pregunté y dijo que se había ido hace un par de horas, entonces fui con Renata.

Valla, fue muy rápido. - confundida -

Ella no está, Ren... se fue hace unas horas, eso me dijo la recepcionista. - sin expresiones -

Kayla... - suspiró y me abrazo - tal vez esto sea lo mejor por ahora

Tienes razón - sonreí y correspondí a su abrazo -

Salimos del hotel y subimos al auto. Fuimos al centro comercial a comprar algunas cosas que no necesitábamos pero queríamos, después fuimos al restaurante "3 tesoros" y compramos calamar con salsa misterio, pasta con camarones y 2 bebidas especiales. Después de eso nos fuimos a casa.

Llegamos y nos pusimos algo cómodo, entendimos el televisor y cenamos lo que compramos. Fue un buen día después de todo.

°○°Al otro día en la empresa°○°

Las puertas del elevador se abrieron

Kay... de verdad te sientes bien? - preocupada -

Por supuesto! - sonreí mientras caminábamos despacio -

- sonrió y me miró - de acuerd... - miró hacia atrás por el rabillo del ojo - Bueno... nos vemos luego, cariño! - me guiño el ojo y se fue -

Ren, espera! - intenté detenerla pero ya se había ido - Y ahora qué le pasa? - susurre -

Buenos días, como te sientes? - voz tranquila -

Voltee y lo miré, era Carlos. Siguió caminando hasta que llegó donde estaba y se detuvo a mi lado

Hola! Estoy mejor, gracias por preguntar - sonreí -

Es bueno saberlo, pero si necesitabas un par de días más no teníamos problema - sonrió -

Por eso se fue... traidora. - pensé -

Oh! Sobre eso! Gracias por el regalo, no era necesario - sonreí -

Regalo? - confundido -