Enamorada de Mi Mejor Amigo
img img Enamorada de Mi Mejor Amigo img Capítulo 3 El apoyo de un amigo
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Capítulo 6 Desilusión img
Capítulo 7 Marea de Estudiantes img
Capítulo 8 Cansancio mental img
Capítulo 9 Cuatro pinos img
Capítulo 10 Regalo de aniversario img
Capítulo 11 Ni me la nombres img
Capítulo 12 Pelea img
Capítulo 13 Me molestan a veces img
Capítulo 14 Nunca lo amé... img
Capítulo 15 Divagaciones img
Capítulo 16 Conversaciones extrañas img
Capítulo 17 Amante de las orquídeas img
Capítulo 18 Chico Nuevo img
Capítulo 19 Me choqué con él... img
Capítulo 20 Hoy no puede salir nada mal img
Capítulo 21 Vayanse al infierno img
Capítulo 22 Entonces cuídala img
Capítulo 23 Es tu primera vez... img
Capítulo 24 No eras tú img
Capítulo 25 Voy a solucionarlo img
Capítulo 26 Mantente fuera de esto img
Capítulo 27 En todos los sentidos img
Capítulo 28 Entonces... ¿Hablamos img
Capítulo 29 Te propongo un trato img
Capítulo 30 Genética difícil img
Capítulo 31 Distraída img
Capítulo 32 Entrenamiento agotador img
Capítulo 33 Muñeca de porcelana img
Capítulo 34 ¿Por qué sigues... img
Capítulo 35 Suplente img
Capítulo 36 Max Bolton img
Capítulo 37 Noche lluviosa img
Capítulo 38 Fotos img
Capítulo 39 Desmayo img
Capítulo 40 Experimento tóxico img
Capítulo 41 Confundida img
Capítulo 42 ¿Bienvenida de vuelta img
Capítulo 43 Los odio img
Capítulo 44 Preocupado img
Capítulo 45 Molesto img
Capítulo 46 Envenenada img
Capítulo 47 Celosa img
Capítulo 48 No es el único... img
Capítulo 49 No quiero ser protagonista img
Capítulo 50 ¿Qué pasa img
Capítulo 51 Noticias del entretenimiento img
Capítulo 52 Nuevo Comienzo img
Capítulo 53 Regreso al instituto img
Capítulo 54 Quemaría el mundo... img
Capítulo 55 Realidad img
Capítulo 56 Decisión tomada img
Capítulo 57 Primer Cambio img
Capítulo 58 Madre e Hija img
Capítulo 59 Estoy... img
Capítulo 60 Embarazada img
Capítulo 61 ¿Qué img
Capítulo 62 Sentimientos encontrados img
Capítulo 63 Mensaje desconocido img
Capítulo 64 Nervios img
Capítulo 65 Buena suerte... img
Capítulo 66 Felicidades img
Capítulo 67 Nunca te voy a dejar caer img
Capítulo 68 Juego Sucio img
Capítulo 69 Investigación img
Capítulo 70 Pensamientos dispersos img
Capítulo 71 Recuerdos de confinamiento img
Capítulo 72 Estoy acabada img
Capítulo 73 Primo img
Capítulo 74 Control de daños img
Capítulo 75 Soy libre img
Capítulo 76 Emboscada img
Capítulo 77 Los sentimientos de Gregor img
Capítulo 78 Advertencia img
Capítulo 79 Lo necesario... img
Capítulo 80 Bella Bambola img
Capítulo 81 Amigo Policía img
Capítulo 82 Dudas img
Capítulo 83 Un respiro img
Capítulo 84 Estorbo img
Capítulo 85 Hamburguesa img
Capítulo 86 No voy a bailar asi img
Capítulo 87 Un desconocido img
Capítulo 88 Me acosan img
Capítulo 89 Veo tus razones img
Capítulo 90 Una disculpa img
Capítulo 91 Mikhail Rossi img
Capítulo 92 Sorpréndeme img
Capítulo 93 Situaciones Similares img
Capítulo 94 Ansiedad img
Capítulo 95 Está viva img
Capítulo 96 Señales y mentiras img
Capítulo 97 Suposición img
Capítulo 98 Nudo de nervios img
Capítulo 99 Silencio en el baño img
Capítulo 100 Final del Juego img
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Capítulo 3 El apoyo de un amigo

CAPITULO 3

JAMES

Este año será una completa pesadilla.

Esas seis palabras definen mi situación ahora, estoy mirando la taza de café, que me preparó la abuela de la tonta que dejé molesta en el piso de arriba, mientras suspiro como un idiota por emociones que no debería tener. Pensé que este año sería diferente, más fácil; tengo una novia y creo amarla. Más la absurda minion que tengo por mejor amiga no quiere salir de mi cabeza.

Sí, soy la persona más masoquista de todas estando a lado de la chica que me rompió el corazón iniciando secundaria, la misma que hice mi mejor amiga unos meses más tarde. Es absurdo ¿no? Pero preferí tener su amistad a nada. La amo desde que era un simple adolescente emo que apenas y quería hablar con otras personas, desde que tuve mi primer partido de futbol.

No fue un sentimiento pasajero como le pasa a cualquier chico de mi edad, intenté estar con otras personas, incluso busqué odiarla luego que hizo lo que hizo, pero nada cambió y solo me deslumbraba más al ver sus cambios a lo largo de los años.

Ya no tenía el pecho plano, el cabello se lo dejó crecer y sus curvas se definieron. A lo largo de este tiempo se volvió una hermosa mujer, una que noté desde la primera fila, admirándola en silencio mientras fingía que no me gustaba y la veía como una hermana pequeña.

«– Toma el dinero – decía él – Ganaste.

Sus ojos me miraron un instante, vislumbrando un brillo similar al dolor y culpa cruzando por ellos antes de ocultarse en su media sonrisa.

– Siempre gano – dijo ella, dándome la espalda.»

Muevo mi cabeza para retirar esas palabras y aprieto los puños.

Debería odiar a Margery por lo que hizo en esos días, por su actitud fría y egoísta con respecto a mi corazón; pero cuando me pidió perdón semanas más tarde no pude evitar aceptar ser su amigo. Incluso si lastimaba mis sentimientos en el proceso.

Paso una mano por mi cabello alborotándolo un poco, la abuela Cecilia me miraba con media sonrisa, comprendiendo mis sentimientos, para luego dejarme completamente solo en la cocina de la casa. Me tenía la confianza suficiente para hacerlo; ellos me consideraban parte de la familia luego que Margie y yo nos hiciéramos más cercanos. A veces estoy más tiempo aquí que en mi casa. Y de toda la familia de esa niña tonta que tiene parte de mis sentimientos solo Cecilia sabe que sigo enamorado de ella. Su sabiduría leyó por debajo de mi capa fría para revelar al chico adolorido que dejó su nieta luego de esa simple palabra: Terminamos.

Odio esa palabra, no se imaginan cuánto.

Por eso, cuando estoy a punto de terminar alguna relación con una chica lo hago de la forma más imbécil – es mi modo de mantener mis sentimientos a salvo –, mientras envío a uno de mis amigos a decirle que lo nuestro acabó.

– Pensé que estarías devorando mi desayuno – gruñe una voz conocida a mi espalda.

Sonreí.

Margery Jessie Bolton; la chica de cabello castaño oscuro con ojos azules y piel cremosa que está frente a mí, siempre tiene ese efecto en mí. Siempre me hace sonreír sin importar lo insignificantes de sus palabras o acciones, ella es algo así como... ¿Mi hogar? No lo sé, pero con ella me siento seguro y siendo su amigo tengo la esperanza de verla sonreír como me encanta.

– No soy de comer frutas – digo haciendo una mueca, señalando el tazón de su desayuno sobre el mesón – Son todas tuyas.

En realidad, si me gustan las frutas. Al ser el capitán debo comer nutritivo casi siempre para estar activo en cada partido; pero esas frutas las preparé exclusivamente para ella.

No lo sabe, pero siempre que vengo a buscarla soy yo quién le trae el desayuno. Mi madre me ayuda comprándolas en el súper cuando sale por la despensa de la casa, todo para luego reírse de mis absurdos intentos por cortarlas en trozos finos y cómodos para que Margie se los coma después.

Desde hace muchos años ella dejó de comer desayunos pesados, su apetito no parecía estar listo para una comida como huevos u otras cosas, si se obligaba a hacerlo terminaba vomitando o simplemente se le quitaba el apetito. Cuando su hermano se fue también se fue su apetito con esos desayunos que solían compartir.

– De seguro las envenenaste – sonríe, sentándose junto a mí en la encimera, tuve que apretar los puños sobre la mesa al tenerla así.

Tiene un short azul marino corto que se ajusta perfectamente a su cuerpo, una camisa de tirantes negra y cada vez que se inclina para comer una fruta tengo una vista estupenda de su pecho. Será mejor que piense en otra cosa si quiero evitar una erección frente a ella.

– ¿Por qué no querías despertar para ir al instituto?

Con algo debía distraerme ¿no?

Ella dejó escapar un suspiro, apoyando su barbilla en una mano, su cabello atado en esa alta coleta se deslizó sobre su rostro de manera descuidada y no pude disfrutar más su belleza. Solo que esta vez no me distraería con su encanto y ojos claros, algo no estaba bien con ella, le preocupaban ciertas cosas y no sé si tiene que ver con el verano con su abuela fuera de este lugar o el inicio de las clases de hoy.

– No quiero sentir este día más real de lo que ya es – dice tímidamente, mirándome –. No quiero salir de aquí y darme cuenta que estoy a tan solo unos meses de no verlos de nuevo en un salón de clases – sus ojos se llenaron de lágrimas y mordió su labio inferior – Cada uno va a tomar su camino y no quiero pensar en ello para que no sea real.

Sé por qué lo dice.

Sus padres son personas dedicadas de entero a su trabajo, están muy poco en casa y la mayoría del tiempo ella está sola o con Cecilia. La nostalgia debió golpearla en el momento que notó el vacío que harán nuestro grupo de amigos en su vida y verla de este modo, tan triste, me lastima.

Margery es una persona muy sentimental en todos los aspectos. Es de las chicas que lloran porque ven un perro morir en la calle solo, porque su protagonista favorito de una película murió de una enfermedad grave. Tal vez en el pasado haya sido fría y distante en momentos juntos, pero luego del inicio de la secundaria se volvió la persona sentimental y solitaria que es ahora.

Sus sentimientos son fáciles de leer cuando entra en confianza, afortunadamente yo entré en su círculo de mayor confianza hace unos años cuando nos hicimos amigos. No todos los del grupo la han visto como yo, sentada sola en el frente de su casa, observando a las personas pasar, a los niños jugar. Muchos la ven en los pasillos como una chica risueña y llena de energía que te saca una sonrisa durante el día; pero cuando nadie está cerca y se siente perdida es cuando se ve como ahora: triste y sola.

Lamentablemente es un sentimiento que no he podido quitarle por más años de amistad y por más risas que le provoque. La soledad en esta casa consume hasta la más brillante de las personas felices.

– Hey – llamo su atención, acariciando su mejilla borrando una lagrima de su piel. Me mira con más lágrimas contenidas y le sonrío, negando con la cabeza – No llores, Margie – digo en voz baja, mirando a sus ojos claros – Sí, este es nuestro último año, pero no es el final de nuestra amistad. Ya no estarás sola de nuevo, te lo prometo.

– Pero tú estudiarás en Nueva York, yo aún no sé a dónde iré y los demás se irán a Europa – dice con tristeza, mira el mesón entre nosotros y unas lágrimas corrieron por sus mejillas, cubriendo mis dedos – Cada uno tomará un camino diferente para cumplir su sueño y...

– ¿Y quién dice que no podemos vernos en las vacaciones? ¿Qué acaso no podemos mantenernos en contacto por video llamada o por Whatsapp? – pregunto, interrumpiéndola con una sonrisa. Levanto su mirada de nuevo a la mía y le guiño un ojo cómplice – No te librarás de mí tan fácil, Margery Bolton.

Rodee sus hombros con uno de mis brazos sin despegar mi mirada de la suya y la abracé, ella enterró su rostro en mi pecho dejando escapar un suspiro de tristeza y me abrazó con fuerza rodeando mi cintura. Por esta razón acepté ser su mejor amigo, porque no importa lo que pase, los momentos fáciles o difíciles, yo siempre estaré allí para ella. La consolaré cuando sea el momento y la haré reír cuando se sienta triste. Para eso están los amigos, para apoyarse unos a otros en cada momento, y los mejores amigos, ellos son como hermanos para la otra persona. Su carga es más pesada, pero también resultan ser un gran hogar para quién lo necesita.

Ahora ella me necesita.

            
            

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