Enamorada del padre de mi amiga
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Capítulo 4 CAPÍTULO 4

Maya

En la calle, el aire me pegó directamente en toda la cara. Los pelos se me revolotearon por todos lados. Que molesto.

Era otoño, y hoy era de esos días en los cuales no hacía ni frío ni calor.

- Bueno, así que hoy vais a la fiesta de Sam ¿no? - dijo Brandon andando a mi lado con las manos en los bolsillos.

- Sí - expresé yo, contenta. Hacía un montón que no iba a una fiesta, y además, ahí estaría Luke.

- ¿Y habrá mucha gente? - preguntó Brandon de nuevo - No sé si ir.

- A ver Brandon, cariño mío... - empezó su hermana - Es una fiesta, no una misa, claro que habrá gente - le dijo Darcy a su hermano - Todos los de los dos últimos cursos.

- Es que yo iría, pero a mis colegas no les va mucho el rollo fiesta y tal - explicó él - A ver si encuentro a alguien.

Brandon hacia un curso más que nosotras, ya que era un año mayor, pero iba al mismo instituto que nosotras.

- Vente con el Samuel - formuló pícara Darcy.

- ¿Quién es? - le pregunté a Brandon.

- Un amigo mío - me respondió rodando los ojos.

- Sí, un amigo suyo el cual está buenísimo - dijo Darcy mordiéndose el labio inferior - Anda que no me lo follaría.

Yo no sabía quién era. Por nombres no conozco a nadie, yo recuerdo por caras.

- Pues si te lo quieres follar date prisa, que hoy tiene una cita - le dijo su hermano.

- ¿Enserio? - declaró Darcy y su expresión cambió - Bueno, me da igual, pero ya veréis como en la fiesta me lo llevo a la cama.

- Más quisieras - le dije yo riendo.

Giramos la esquina de la segunda calle y vimos el preciado Starbucks. Estaba deseando entrar beberme un café. Cuando fue nuestro turno, Brandon habló primero.

- Un café con poca leche y... - empezó y nos miró.

- Un frapuccino de chocolate sin café y otro de vainilla sin café también - dijo Darcy hacia la dependienta.

- Vale - la chica cogió dos vasos del montón - Decidme un nombre - preparó el bolígrafo para apuntar.

Cada una le dijimos nuestro nombre y pagamos. Esperamos unos minutos hasta que nuestras bebidas ya estuvieron listas, y salimos de ahí.

{...}

Llegamos a casa de Darcy sobre la hora de comer. Cuando Brandon se fue nosotras nos fuimos al centro comercial a mirar ropa, hasta que nos cansamos.

Solo entrar en su casa, pude apreciar el típico olor del famoso pollo asado que preparaba su padre.

- ¡Hemos vuelto! - chilló Darcy abriendo la puerta de la entrada.

- Hola - contestó Henry saliendo de la cocina - ¿Todo bien? - nos miró y asentí - Bien.

- ¿Sabes que, papá? - habló Darcy entusiasmada - Me ha pasado una cosa muy extraña, estaba...- Darcy seguía hablando, pero la verdad es que no prestaba atención.

Me quité la chaqueta y la colgué en un gran colgador que tenían detrás de la puerta. El móvil me lo guardé en los pantalones

- ¿A que es muy curioso? - le dijo Darcy a su padre.

- Sí Darcy, es bastante extraño. Háblalo con tu hermano - dijo Henry y se metió de nuevo en la cocina. Admiré su preciosa y musculada espalda.

Comimos lasaña hecha por su padre y después de comer cada uno se metió en su habitación. Brandon se fue a echar la siesta y su padre... realmente no tenía ni idea.

Poco quedaba para la hora de la fiesta, así que nosotras, ansiosas, nos empezamos a preparar con cuatro horas de antelación. El tiempo pasaba volando. Siempre se nos hace tarde.

- Yo no sé que ponerme. Ayúdame a elegir - me habló Darcy y me sacó todos los vestidos que tenía en el armario.

Uno era rojo con dos rayas blancas en los lados. Otro que me sacó era todo blanco, con la parte del pecho de brillantitos, y el último era azul de manga larga.

- Este no me queda muy bien - habló refiriéndose al azul.

- A mi me gusta el blanco - dije y se lo señalé - Te quedará bien.

- Pues me pondré este. Era el que me iba a poner de todas formas. Si es que tenemos los mismos gustos - formuló Darcy y reímos.

- Yo me pondré este, mira - hablé y saqué de mi maleta un vestido que me regaló mi tía el año pasado, de color verde coral con la parte de arriba de diamantes i el cuello en V.

- ¡Es muy bonito! ¿De dónde es, tía? - me preguntó Darcy alucinada por mi vestido.

- De una tienda del pueblo de mis abuelos, creo - informé mirando mi vestido - Al principio no me gustaba mucho, pero es que me queda muy bien - añadí tirándome flores.

- Eso ya te lo diré yo - bromeó y rió.

Cada una se puso su vestido y estuvimos orgullosas de nuestras elecciones. Nos quedaban muy bien.

Una vez dentro de los vestidos, era tiempo de maquillarse.

- Me voy a maquillar ya, que tardo mucho siempre - me avisó Darcy y se encerró en el baño de su habitación.

- Déjame maquillarme contigo ¿no? - le cuestioné a través de la puerta.

- Sí, pero espera que estoy haciendo mis cosas - habló refiriéndose a que estaba liberando a Willy - Ahora te aviso. Ve al de abajo de mientras, si quieres, porque tengo para rato - bufé resignada.

Un poco incómoda y tímida, me dispuse a bajar al baño de abajo. No quería que nadie me viera con ese vestido puesto. Iba enseñando mucha carne y me sentía desnuda.

Llegué al baño, por suerte, sin que nadie me viera. No había nadie dentro así que entré y me encerré con pestillo. Dejé mi neceser encima del tocador y primero empecé con un poco de base, luego rímel y eyeliner, y un poco de colorete. Para finalizar mi look, no podía faltar el pintalabios. Me veía bonita. Hoy sí.

Cuando estuve lista, hice un pis rápido cuando alguien intentó abrir la puerta.

«Mierda»

- ¡Oh, lo siento! - dijo la voz de Henry desde el otro lado al darse cuenta que estaba el pestillo puesto.

No dije nada ya que no me salió ninguna palabra de mi boca, me quedé en blanco de lo nerviosa.

Acabé de hacer pis, me lavé las manos, me volví a mirar al espejo y, convencida de mi look, salí.

Me sorprendí al ver a Henry sentado en la silla de delante mirando su móvil. Pensé que se habría ido, pero no, estaba ahí esperando a que saliera. Cuando me vio, se levantó del suelo y me miró de arriba abajo, y tragó.

- E-estás estupenda, Maya - dijo sin sacarme los ojos del vestido.

- Gracias - dije y sonreí tímidamente. Ahora estaría roja, segurísimo.

- ¿Vas a ir así? - cuestionó mirándome embobado.

- Si... - respondí roja deseando irme de ahí.

- Oh, eh... - balbuceó y ahora subió la mirada hasta mis ojos - Siento haber intentado entrar en el baño así antes. No sabía que estarías - se encogió de hombros.

- No pasa nada - sonreí - Me estaba maquillando - nos quedamos un rato en silencio - Bueno... Me voy arriba - salí del marco de la puerta y cuando estaba por irme, Henry me cogió del brazo. Su tacto era suave y parecía terciopelo.

- Te dejas esto - me entregó mi neceser.

- Oh, gracias. Me lo dejaba - le volví a sonreír y me fui.

Henry

¡Jesús! Como me estaba meando. Acabada de beber un litro de agua en el gym y como no meé allí, ahora me meaba encima.

Fui al baño, pero cuando quise abrir, alguien estaba dentro. Oí un chillido y al momento supe que era Maya.

Me senté en una silla esperando a que saliera y de mientras me puse a jugar al Candy Crush Saga en mi iPhone. Iba por el nivel cuatro cientos quince. Al cabo de unos 2 minutos más o menos, oí que Maya abría la puerta, y vi su silueta bien formada saliendo de ahí.

Madre de la virgen santa, pero que buena que estaba, y que preciosa y que-

«¡PARA HENRY!»

Cuando salió por completo, pude apreciar sus preciosos pechos a través de ese vestido tan atrevido, y no pude evitar mirarlos disimuladamente mientras tragaba duro. Mi amiguito ya estaba reaccionando.

«¿Lo habrá notado?»

Cuando me concentré en mirarla a los ojos y no a los pechos, me disculpé con ella por lo de antes y luego se fue, dejándome una preciosa vista de su hermoso, redondo y gran culo.

Esta chica hoy tendría que vigilar, los tíos están muy salidos hoy en día.

            
            

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