- Que si papá, tendremos cuidado - le dijo su hija. Darcy se dio la vuelta, y me cogió del brazo para irnos, pero su padre la paró.
- Darcy ¿Qué no me vas a dar un beso? - se quejó mirándola con el ceño fruncido.
- Pero ¿qué dices, papá? - expuso ella flipando y se encaminó hacia la puerta.
- Pues entonces le doy un beso a Maya, tú no tienes - sonrió y se acercó a besarme la mejilla.
Fue lento. Pude apreciar su precioso aroma de su colonia.
- Suerte con Luke - me susurró Henry al oído a lo que me produjo un escalofrío por todo el cuerpo.
Hizo un ruido extraño y se alejó mordiendo su labio. Yo estaba a roja mas no poder.
«¿Qué coño hace?»
Qué vergüenza.
- ¿Papá, ya estás? - Henry asintió a la pregunta de Darcy - Bien, pues adiós. Vamos Maya.
- Adiós chicas - nos dijo con una sonrisa y me guiñó el ojo sin que Darcy se diera cuenta.
¿Me ha guiñado el ojo?
Salimos de la casa y pedimos un taxi para que nos llevara a la fiesta. No pagamos ya que Darcy y yo con nuestro encanto le gustamos al conductor, y nos acabó diciendo que no le debíamos nada, así que perfecto, no me iba a quejar. Realmente estas cosas me suben el ego.
Pensando y pensando, me acorde que al irnos no me despedí de Brandon. No es que fuera nada importante, pero quería que me viera arreglada y con el vestido.
Estábamos a dos manzanas y la música ya se empezaba a escuchar.
- ¿Esto que se oye es de la fiesta? - expuse perpleja bajando la ventanilla del taxi, a lo que la música se escuchaba más fuerte.
- ¡Sí, tía! - exclamo Darcy - Madre mía, espero que esté el amigo de Brandon - sacó un mini espejo de su bolso y se retocó el pintalabios con el dedo.
Cuando llegamos, la música se escuchaba por todas partes, y había mucha gente fuera en el jardín; bebiendo, besándose, bailando...
Caminamos por el verde y húmedo césped con dificultad, debido a nuestros tacones, hasta dentro de la casa de Sam, uno de mis "enemigos". No éramos muy amigos, casi nunca hablamos, pero me enteré que le caía mal, así que decidí que él a mí también.
Pasamos por entre toda la gente que estaba acumulada en la puerta bebiendo y por fin estábamos dentro. Las dos nos dimos la mano y andamos entre la gente hasta la barra para pedir algo de beber, pero Darcy vio a Samuel, el amigo de Brandon, y de repente salió disparada hacia él sin decirme nada, dejándome ahí sola.
«Genial»
Me acerqué a la barra, muerta de vergüenza, y me senté en el único taburete vacío que quedaba.
- ¿Qué te pongo, preciosa? - me preguntó el barman.
Para ser honesta, el tío era realmente guapo. Ojos verdes y pelo moreno peinado hacia arriba, musculoso y sexy, pero nada comparado con Henry.
Espera. ¿Henry?
Joder, tenía que admitirlo, Henry era jodidamente caliente y sexy y estaba buenísimo, pero era el padre de mi amiga, no nos pasemos.
- Ron cola, por favor- le dije al camarero a fuerte volumen. Él me guiñó el ojo y se giró para hacerme el cubata.
- Aquí tienes, ron cola - avisó el camarero. Me lo dio y le agradecí con un "gracias" y una sonrisa - Invita la casa.
«Vaya, hoy todo el mundo me está invitando. Que bien»
{...}
Ya había pasado una hora desde que estaba ahí, y realmente no me lo estaba pasando bien. Algún que otro chico me vino a hablar, y pude mantener alguna conversación con varios de ellos, pero no eran mi tipo para nada.
«Al menos te vienen a hablar por qué estás buena» pensé para mí. No quería echarme flores, pero eso realmente me motivaba.
Llevaba todo el tiempo sentada en ese tamborete de la barra. El trasero se me quedaría cuadrado.
Estaba exactamente igual que cuando llegué, la única diferencia es que estaba un poco borracha. Como soy delgada y poca cosa, cuando bebo me afecta muy rápido.
Estaba buscando desesperadamente a Luke, ya que me dijo que vendría y que nos veríamos, pero no lo ví en absoluto. A quién sí que vi fue a Darcy bailando con dos tíos a la vez.
Después de ver esa escena, salí a fuera a la terraza a que me diera el aire, necesitaba respirar aire fresco.
Me alejé de la gente y me situé en la parte trasera de la casa, donde había un banco. Me sorprendió que estuviera vacío así que me senté.
- Oye, guapa, ¿Tienes un cigarro? - de repente a mi lado y me volteo rápida.
Era un chico. Alto, rubio, ojos azules y musculoso. Por lo que podía ver, iba bastante borracho, y se sentó a mi lado en el banco.
- No, no fumo, lo siento - le digo sin más, abrazándome a mí misma ya que empezaba a hacer un poco de frío, y esperanzada a que se fuera. Me daba miedo.
- Venga, dame uno, nena - insistió y se acercó más a mí.
- Perdona, ¿Te puedes ir? ¿No ves que quiero estar sola? - le cuestiono enfurecida. Suerte que me había bebido un cubata e iba un poco borracha, porque de lo contrario esto no se lo podría haber dicho.
- Solo quiero que me des un cigarro y me iré - habla el tío, arrastrando las palabras.
- Que no tengo, pesado - exclamo - Vete a preguntar por ahí.
- Seguro que tienes pero no me quieres dar, que las tías sois muy guarras - habló sin rodeos.
- ¿Que? ¿Qué dices, estúpido? - le cuestioné, un poco furiosa - ¿Sabes qué?, realmente tienes razón, si tuviera un cigarro no te lo daría, porque me das pena - respondo y acabo con una sonrisa final.
- Puta - susurra cabreado y se va.
«Por fin»
Esto no estaba yendo como lo había planeado. No vi a Luke por ningún lado, y por colmo Darcy me deja sola.
Sí que algunos chicos se habían acercado a hablarme - porque realmente soy guapa - pero no iba lo suficientemente borracha como para liarme con ellos.
Agotada, me dispongo a entrar dentro de la casa de nuevo. Localizo a Darcy en la pista, y me acerco a ella con tal de decirle que me iba a casa, bueno, a su casa, porqué me estaba aburriendo mucho.
Caminé entre toda la gente apretada como sardinas y cuando la tuve delante, chillé por encima de la música su nombre.
- ¡Darcy! - exclamo fuerte. Ella pareció escucharme y paro de bailar con los chicos para mirarme.
- ¿Qué? - preguntó ella ahora, chillando también.
- ¡Me voy a casa! - balbuceé cansada. Ella frunció el ceño.
- ¿¡QUE HOY TE CASAS?! - cuestionó chillando muchísimo.
- ¡Que me voy a casa! - volví a chillar.
- Pero, ¿por qué? ¿No te lo pasas bien? - me pregunta y niego.
- ¡Me voy Darcy, luego nos vemos! - exclamo finalmente. Le besé la mejilla y me fui.
{...}
Me encontraba en el taxi rumbo a casa.
Como no tenía llaves, mi intención era llamar al timbre a ver si aún había alguien despierto, ya que eran la una de la madrugada.
Bajé del taxi, esta vez pagándole, y me acerqué a la puerta de casa se Darcy para llamar al timbre.
«¿Porque estoy tan nerviosa?»
Esperé unos 10 segundos hasta que un Brandon con el torso desnudo me abrió la puerta.
- Hombre Maya, ¿cómo tú por aquí? - pregunta pitorreándose de mí, no sin antes mirarme de arriba abajo.
- Hola - saludo encogiéndome de hombros.
- ¿Qué haces tan temprano aquí? - preguntó aún con la mano en el pomo de la puerta - Oh, perdón. Pasa - se echó a un lado y pasé.
- Pues la verdad es... - entré - Que no me estaba divirtiendo. - miré hacia mis dedos los cuales se estaban moviendo por el nerviosismo.
- ¿No? Yo iba a ir, pero me ha dado mucha pereza - explica - Me ha podido más una PlayStation y una pizza.
Rio.
- ¿Y Darcy se ha quedado ahí? - interpela Brandon, curioso.
- Sí, se lo está pasando bastante bien - respondo y sonrío - No quería obligarla a irnos.
- Has hecho bien - me dice Brandon dándome un pequeño codazo - Déjame decirte que vas muy guapa - me dice cohibido y juro que me puse roja - Te queda muy bien este vestido, en serio.
- Gracias - respondo retraída también.
- Me gusta cuando te sonrojas - me dice sonriendo y me puse aún más roja, seguro.
- ¿Maya? - dice esa voz tan ronca desde el otro lado del comedor y me volteo - ¿Qué haces aquí? ¿No es muy temprano para que hayas vuelto? - cuestiona acercándose a nosotros.
- Bueno, ha estado bien, pero había mucha gente y me he agobiado - explico - Darcy aún está ahí.
- Oh... - respondió casi en un susurro.
- Pensaba que estaríais acostados, la verdad. Ya me veía durmiendo en el césped - bromeo ante ellos y se ríen.
- Que va, que va - empieza Brandon - Hemos pedido unas pizzas y nos hemos puesto a ver La Champions, que la hacían hoy - expresó.
- Y ha acabado hará media hora, más o menos - acaba Henry. Yo asentí.
Nos quedamos los tres en silencio durante, más o menos, veinte segundos. Esto estaba siendo incómodo.
- Yo, si me disculpáis, me voy a ir a sacar este vestido - empecé tímidamente rompiendo el silencio.
- Oh, sí, sí, claro - respondió Henry - Como si estuvieras en tu casa.
Subí velozmente y me encerré en la habitación de Darcy.
Mientras me cambiaba, me puse a pensar en la noche de hoy, en como había transcurrido todo. Estaba triste, realmente.
«¿Luke me habrá mentido?»
Entré a su baño dispuesta a quitarme todos los kilos de maquillaje que llevaba en la cara, y sin darme cuenta, estaba llorando.
Esta noche había sido un desastre, y encima solo me hablaron chicos feos. Nunca he sido popular, y tampoco me gustaba ser el centro de atención, pero siempre te hace gracia saber que tienes chicos que se mueren por ti, como es el caso de Darcy.
¿Cómo se supone que voy a tener novio? Todo es una mentira. Si los chicos que me gustan después resulta que no les gusto yo a ellos.
No estaba llorando mucho, pero sí que tenía la cara empapada de lágrimas. Me acurruqué a un lado de "mi cama".
Sin esperármelo, oigo como alguien llama a la puerta dos veces.
- ¿Puedo pasar? - cuestiona.
Era Henry.
No, por favor. Ahora no. No quiero que me vea llorar.