Una boda imprevista
img img Una boda imprevista img Capítulo 4 Miedo a ser descubierta
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Capítulo 6 Mi falsa boda img
Capítulo 7 Mi matrimonio arreglado img
Capítulo 8 Mi promesa img
Capítulo 9 Hoy me caso img
Capítulo 10 Noche de bodas (+18) img
Capítulo 11 Noche de dolor img
Capítulo 12 Siendo libres img
Capítulo 13 Mi amigo Erick img
Capítulo 14 ¿Quién es mi esposa img
Capítulo 15 Sin duda es Aria img
Capítulo 16 La llamada de Kai img
Capítulo 17 Te encontre esposa img
Capítulo 18 Cubriendo la marca img
Capítulo 19 Escojo la vida img
Capítulo 20 Enfrentando y recuperando a los amigos img
Capítulo 21 Seré padre img
Capítulo 22 Tengo a mis amigos img
Capítulo 23 Sigue siendo una falsa boda img
Capítulo 24 Mi metida de pata img
Capítulo 25 Confundida img
Capítulo 26 La finca img
Capítulo 27 A quien menos quería ver img
Capítulo 28 Sola con él img
Capítulo 29 Bendita sea la nieve img
Capítulo 30 Diciendo la verdad img
Capítulo 31 Buscando entendernos img
Capítulo 32 Mi esposo me cuida img
Capítulo 33 Dando la noticia img
Capítulo 34 La promesa img
Capítulo 35 De nuevo en sus brazos (+21) img
Capítulo 36 Mis antojos img
Capítulo 37 Negociando img
Capítulo 38 Aportando mi grano de arena img
Capítulo 39 Una nueva mina mental img
Capítulo 40 Pesadilla img
Capítulo 41 Nunca le dije loca img
Capítulo 42 Escapando otra vez img
Capítulo 43 Bienvenido amigo img
Capítulo 44 Ella ha enloquecido img
Capítulo 45 Mi princesa img
Capítulo 46 Encontrando a mi Mary img
Capítulo 47 Despertando img
Capítulo 48 En ruedas otra vez img
Capítulo 49 Parte de su secreto img
Capítulo 50 Siendo su guardián img
Capítulo 51 En un instante incómodo. img
Capítulo 52 Perdonado img
Capítulo 53 Conociendo a Gadiela img
Capítulo 54 Llegando a casa img
Capítulo 55 Sin faro img
Capítulo 56 Muerte img
Capítulo 57 De nuevo en mi infierno personal. img
Capítulo 58 Desesperada por estar en casa img
Capítulo 59 Volviendo a andar img
Capítulo 60 Soltando amarras img
Capítulo 61 Entregando el mensaje img
Capítulo 62 Amenazas img
Capítulo 63 La venganza es necesaria img
Capítulo 64 Adiós a mamá img
Capítulo 65 Preparando la trampa img
Capítulo 66 Exponiendo al diablo img
Capítulo 67 Ayudando a mi suegra img
Capítulo 68 Escapando del diablo img
Capítulo 69 Poniendo un punto final img
Capítulo 70 Epílogo img
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Capítulo 4 Miedo a ser descubierta

Conté hasta cinco minutos y luego exhalé con fuerza para tranquilizarme, cayendo sobre el sofá por completo. Por favor, es una tortura. Mi columna me está matando, pero lo cierto es que valió la pena, Aria. Estás a solo unos pasos, chica, a nada de encontrar tu felicidad. Me iré de este país para siempre. Mustafá vendrá conmigo y mis amigos también; no sufriremos más.

Tomé un cojín y, poniéndolo en la boca, grité de alegría. Cuando Zack, Ana y Kai sepan que al fin podremos huir para hacer nuestras vidas, no lo creerán. Mi padre, por primera vez, acaba de hacerme un favor enorme, y mi hermanita igual. ¡Que bien se va a sentir tener al hombre que más desea! Al fin, algo que será mío y no de ella. O al menos lo será primero. Volví a gritar en la almohada mientras pataleaba como niña pequeña, o lo intentaba. Luego de dos horas, el reloj de la repisa, que ya marcaba la euforia, se ha ido y abre paso a la preocupación.

¿Por qué se han tardado tanto? Esto no está bien, quizás algo salió mal. Me incorporo ayudándome de las manos y termino de levantarme, mordiendo una uña por los nervios. Pienso que quizás me han descubierto. En ese caso, aún puedo negociar la venta de las tierras, porque es cierto que son mías. Lo malo es que el proceso sería más lento. Junto mis manos y las aprieto; tiemblo. Aunque no he perdido todo y aún puedo negociar, no quiero ver la cara de asco que pondrá él al saber quién soy. Por un momento, eso me duele y me pregunto qué está pasando conmigo. Nunca me he interesado por un chico, bueno, lo hice, pero este nunca apareció otra vez. Me entregó un brazalete para que lo buscara; sin embargo, hasta ahora jamás lo encontré. He ido olvidando cómo lucía; solo era una nena de doce en estado de shock cuando lo conocí. Pero desde que sucedió, nada más él ha ocupado mi corazón. Ha sido, incluso a lo largo de los años, mi fuerza para atravesar todo lo que transité.

La puerta se abre de repente y me asusta. Al mirar, veo entrar a Joshua; sus ojos están vacíos de sentimientos. Lo que me hace tener un mal presentimiento, pero me quedo quieta y espero pacientemente a que se acomoden frente a mí.

-Toma asiento, hija.

Pestañeo y miro el sofá. Demonios, ¿por qué tenía que ser tan bajo? Mido mentalmente la caída libre que debo hacer porque aún no soy capaz de sentarme por mí misma. Para hacerlo, debo sostenerme de algo, en este caso, de uno de los brazos del mueble. Pero para mi querida suerte, estoy lejos de ambos, justo en el medio. Analizo la escena de forma rápida para no levantar sospechas. Por suerte, aquí solo están padre, hijo y abogado, por lo que, aprovechando que están entretenidos en los papeles, me dejo caer de forma espectacular. Como era de esperar, el sofá se queja y ellos me miran mientras les sonrío en una postura bien plástica.

-¿Estás bien?

-Sí, todo perfecto, Joshua, ¿por qué?

Le digo mientras inclino un poco la cabeza.

-No, por nada.

Vuelve su mirada a los papeles mientras cierro los ojos y, disimuladamente, me acaricio la columna. Eso ha dolido. Respiro y termino de acomodarme de forma adecuada para aliviar en algo el dolor.

-Bien, creo que todo está listo. Estos son los documentos que tendrá que firmar tu hermana.

Supongo que le contó todo a su padre. Bueno, es lógico; al final, el señor Enrique sigue siendo el cabeza de familia. Recibo los papeles y comienzo a leerlos; todo está justo como lo pedí. Ser rico hace posible muchas cosas.

-¿Cuándo será la boda?

-Mañana, querida.

-¿Mañana?

-¿Por qué? ¿No puedes hacer que tu hermana firme esto?

-Claro que sí, incluso tendrá el sello de la familia. ¿Dónde será la boda?

Digo mirándolos a los tres de forma segura. ¿Cómo no estarlo si soy yo la que firmará? Lo difícil será volver a casa.

-Aquí, la celebraremos en esta casa a las cuatro de la tarde. El notario vendrá. Y justo aquí tendremos nuestra noche de bodas.

Tragué en seco. Dios, esto se está haciendo realidad y no me puedo pellizcar para despertar.

-Muy bien, a las cuatro estaré aquí con todo firmado y la propiedad incluida. ¡Oh! ¿Me pueden dar una hoja y lapicero, por favor? - El abogado me lo da sin más. Apoyo sobre mi muslo y enseguida escribo sobre este un número de cuenta-. Esta es la cuenta donde deben poner el dinero; es la de Aria. Pueden cerciorarse si tienen dudas. ¡Oh! Abogado, ¿podría darme su número para que el de Aria se comunique con usted y hagan el traspaso de todos los documentos de manera eficiente?

-Sí, claro.

Busca en el bolsillo de su camisa y me la da. La agarro y la leo.

-Es bueno que tu hermana tenga un abogado, hija. Eso hace las cosas ir más rápido.

Miro al señor y le sonrío, afirmando lo que dice.

-Nos vemos mañana aquí, Eira. Ahora mi chofer te llevará a casa; tienes mucho qué hacer antes de volver a vernos.

Sus ojos siguen mostrándome esa frialdad de chico heredero, así que solo afirmo con mi cabeza para continuar con mi papel.

-Gracias por tu amabilidad, Joshua, y sí, tienes razón, tengo mucho que hacer. -Esta vez me había acercado al brazo del mueble, así que me levanté como toda una dama-. Bueno, caballeros, es un placer hacer negocios con ustedes, pero ahora debo irme, así que sin más, los dejo. Buenas noches.

Me dirigí a la salida todo lo recta que pude. Esta noche había batido mi récord de movimiento. Dos hombres de la seguridad de la casa me llevaron hasta donde me esperaba el auto por orden de Joshua, y al montar en este, agradecí que tuviera cristales oscuros para que no vieran mi cara de dolor. El chofer me miró por el espejo y le sonreí como pude.

-Buenas noches. ¿Sabe a dónde debe ir?

-Sí, señorita, ya tengo las indicaciones. No se preocupe.

-Gracias.

Con eso, me recosté en el asiento y cerré mis ojos para tratar de aliviar el dolor infernal que tenía en la columna y en las piernas.

            
            

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