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Apenas es lunes y ya estoy rendido, el fin de semana me dediqué a hacer trabajos de la universidad y de algunos cursos adicionales que estoy haciendo. Esta mañana volvió a incrustarse en mi cabeza el mal vivido recuerdo de R, pero soy consciente de que debo evitar que eso me afecte. Jess y Ross siempre están alentándome para que me aventure a conocer a alguien, pero la verdad es que no me atrae nadie y bueno, a veces sí siento algo de temor.
No me siento emocionalmente estable para una relación, pero a veces me dan ganas de que alguien me haga sentir querido de esa manera romántica porque el amor verdadero lo conocí con Jess y con Ross eso nadie podrá reemplazarlo.
El verano pasado me dieron trabajo en una tienda de música, venden cualquier cosa que te puedas imaginar relacionada con música y una que otra cosa que no tiene nada que ver. De todos modos, es un lugar ameno, el dueño de la tienda al principio dudaba de mí, pero ahora suele dejarme a cargo de la tienda por horas y horas. No es problema para mí, ya que me gusta estar en este lugar, puedo poner la música que quiera para amenizar el lugar y los clientes en general suelen ser muy amables y cada uno de ellos suele venir con una historia diferente, he aprendido a amar mucho las historias que hay detrás de las canciones o la música misma.
La tarde transcurre sin mucha novedad, así que al llegar las 9 de la noche cierro y me voy a casa caminando, ya que queda sólo a un par de cuadras de el lugar. Al llegar a casa está todo apagado, como siempre, vivo en un pequeño apartamento que rento junto con Jess, a esta hora es común que ella no se encuentre porque debe andar jugueteando con algún chico, ella disfruta con sacarle dinero a esos pobres chiquillos de semestres iniciales o simplemente darles esperanzas de tener algo con ella. Me tiro en la sala exhausto y ni siquiera enciendo la luz, de pronto mientras estaba quedándome dormido escucho que abren la puerta y entre murmullos y risas sé que acaba de llegar Jess acompañada de alguno de esos muchachos.
-Shh, no creo que haya nadie no importa. -Dice Jess en voz baja, tan baja que parecían sonidos de respiración, no es cierto la muy perra anda jadeando. Me quedo en silencio para ver si tiene la decencia de llevar al tipo a su cuarto, pero cuando menos lo espero un bulto cae sobre mí, se trata del tipo que Jess acaba de tirar al sofá mientras lo seducía.
-¿Qué diablos? -Grito algo alterado. -Jessica ¿por qué no lo llevas a tu cuarto? Todavía está durmiendo el tipo que trajiste a noche ¿o qué? -No medí mis palabras porque con Jess nos tratamos de manera directa, no mentimos para aparentar cosas, sólo de vez en cuando, hay veces en las que es conveniente.
-¿Ah? Agh mejor me retiro. -Dijo el chico, que calculo será de segundo o tercer semestre, y salió apresurado de la casa.
-Ehhhh, WillyWilly, no me espantes así el ganado-Dijo Jess mientras se tiró a mi lado en el mueble. -Me llamaste Jessica ja, ja. Parecías algo enojado.
-Estaba algo sorprendido, eso es todo. -Dije con calma.
-Bien, bien. Sé que no te gusta que insista en el tema, pero es bueno conocer otra gente ¿no te aburres de verme o algo?
-Ah, ya veo ¿tú te aburres de mí?
-Will, claro que sí, infinidad de veces, no podría decir que no me aburro de ti porque te estaría mintiendo. Sin embargo, no se trata de que me aburras al extremo de que me cause reflujo estar contigo, es sólo que a veces uno necesita cambiar de ambiente y explorar cosas nuevas. Aunque no estaría mal quedarme con vos por siempre y que se pudra el mundo allá afuera. A veces me aburre la rutina y se me hace que tu vida es aburrida porque es muy rutinaria, entonces me aburre que tú no hagas ni una mierda para salir de ella.
-¿Y qué es lo que debería hacer? ¿Seducir a los primíparos de la universidad y acostarme con ellos o sacarles dinero? ¿Eso es acaso salir de la rutina?
-Podría serlo, no tienes que hacer lo que hacen los demás. Sólo deberías buscar una mierda que te haga sonreír con sinceridad, a veces me sentía bien de ser yo la que te mantuviera en ambiente, pero luego perdiste la risa y no he sido capaz de devolvértela y me asusta, me asusta mucho volver a ver en ti la oscuridad que vi hace 2 años. No quiero perderte de nuevo, eres tan idiota, no piensas en nada. -Dijo sollozando y dándome golpes en los brazos como acostumbra a hacer cuando esta frustrada, enojada o impotente, sé que ella sólo está preocupada por mí y la vida de mierda que llevo, pero en realidad no he encontrado nada que me haga sentir que vale la pena cambiar de alguna manera la forma en la que vivo.
-Entiendo que estés preocupada -Digo y la envuelvo en un abrazo. -Sé que no te gusta verme "estancado" en lo mismo, pero te prometo que a diario lo intento, pero no ha habido ni una sola cosa que me motive. Tengo cerca lo que amo, mi batería, la guitarra, a ti y a Ross, con eso soy feliz y no necesito nada más. Créeme que si para ti mi vida es una mierda para mí la tuya también lo es. Eso es cuestión de perspectivas, no tendremos vidas perfectas...
-Pero nos tenemos a ambos -Terminó la oración y me abrazó muy fuerte, nos quedamos acurrucados ahí y nos dormimos hasta que el frío que cala los huesos en la madrugada nos hizo despertar y correr a buscar abrigo en nuestras camas. Al otro día todo transcurrió con normalidad, desde irnos a la universidad hasta vernos en los recesos y almorzar juntos. Aunque echaba de menos a Ross, la cual estaba en un intercambio en otro país por un mes y ni siquiera responde mensajes o contesta las llamadas, sé que Jess también la extraña, pero intentamos no hablar de ello, apenas es martes de la segunda semana de viaje de Ross. Debemos ser pacientes.