Con El Novio Equivocado
img img Con El Novio Equivocado img Capítulo 3 Lo Que No Debería Sentir
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Capítulo 6 La Primera Noche img
Capítulo 7 El Roce img
Capítulo 8 A Milímetros del Abismo img
Capítulo 9 Algo cambió img
Capítulo 10 Ojos que Aprenden a Ver img
Capítulo 11 Mareas Altas img
Capítulo 12 Bajo Llave img
Capítulo 13 Entre Sábanas Invisibles img
Capítulo 14 Entre el Placer y la Risa img
Capítulo 15 A Plena Luz img
Capítulo 16 Barbacoas y Malentendidos img
Capítulo 17 Secretos bajo las luces img
Capítulo 18 Restos de Fiesta img
Capítulo 19 Palabras de Más img
Capítulo 20 Cuerdas tensas img
Capítulo 21 Más Cerca de lo Permitido img
Capítulo 22 Sombras de Dudas img
Capítulo 23 Secretos al Descubierto img
Capítulo 24 El Peso de la Verdad img
Capítulo 25 El Silencio que Ruge img
Capítulo 26 Los Restos de la Verdad img
Capítulo 27 La Tormenta Interior img
Capítulo 28 Lo Que No Dijimos img
Capítulo 29 Después del Ruido img
Capítulo 30 Silencio y Cicatrices img
Capítulo 31 Verdades a Gritar img
Capítulo 32 El Regreso a Casa img
Capítulo 33 Decisiones y Consecuencias img
Capítulo 34 Verdades a Voces img
Capítulo 35 Las Ruinas del Silencio img
Capítulo 36 Lo Que No Se Dice img
Capítulo 37 Lo Que Se Anima a Nacer img
Capítulo 38 Un Acuerdo Inesperado img
Capítulo 39 Entre el Deseo y la Duda img
Capítulo 40 Pasaron los Meses y las Dos Parejas Eran Felices img
Capítulo 41 Valentina img
Capítulo 42 La Calma Después de la Tormenta img
Capítulo 43 La Sombra del Pasado img
Capítulo 44 Fracturas Invisibles img
Capítulo 45 Lo Que Se Reconstruye y Lo Que Florece img
Capítulo 46 Caminos entrelazados img
Capítulo 47 En el Silencio img
Capítulo 48 La Búsqueda del Equilibrio img
Capítulo 49 El peso de lo no dicho img
Capítulo 50 El equilibrio roto img
Capítulo 51 Sombras del pasado img
Capítulo 52 El retorno de la mirada img
Capítulo 53 Encuentros inesperados img
Capítulo 54 La pregunta sin respuesta img
Capítulo 55 La pregunta que no se puede evitar img
Capítulo 56 Lo que pudo haber sido img
Capítulo 57 Lo que no vimos venir img
Capítulo 58 Epílogo: Lo que vino después img
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Capítulo 3 Lo Que No Debería Sentir

El aire de la madrugada tenía ese filo punzante que te corta el pecho cuando respiras demasiado rápido. Julián caminaba por la vereda con el uniforme aún puesto, las botas haciendo un sonido sordo contra el cemento mojado por la humedad del rocío. Las calles estaban vacías, apenas iluminadas por faroles amarillentos que lanzaban sombras deformes. En su estómago, algo pesado se revolvía. No sabía si era culpa, deseo... o las dos cosas al mismo tiempo.

No entendía cómo había llegado a ese punto. Bueno, sí lo sabía. Paso a paso. Una risa compartida. Una noche con más complicidad de la debida. Una mirada demasiado larga. Y ahora, esa maldita escena. Ese beso.

Camila.

Apretó los dientes, como si el recuerdo tuviera cuerpo y pudiera morderlo para hacerlo desaparecer.

Le dolía la cabeza. El vino en su aliento mezclado con la adrenalina no era buena combinación. Sentía la camisa todavía arrugada, impregnada con su perfume. Y eso lo hacía peor. Porque no podía dejar de olerla. De recordarla.

-La puta madre... -murmuró, pateando una piedra con rabia.

No era solo que hubiera besado a la novia de su mejor amigo. Era quién era Camila. Llevaba años viéndola, saludándola con dos besos cuando la visitaban, compartiendo asados, navidades, risas. Siempre le había parecido linda. Claro que sí. ¿Cómo no? Pero jamás había cruzado el límite. Jamás. Hasta esa noche.

Hasta que entró a la casa con Nico, riéndose de una anécdota absurda sobre un pasajero que había intentado pasar una cafetera llena de billetes. Él se quedó unos segundos más afuera para terminar de fumarse el cigarro. Cuando entró, creyó ver la sombra de Camila cruzando el pasillo. Luego la escuchó, su voz ronca de sueño, diciendo "te extrañé". Y antes de que pudiera procesar nada... ahí estaba.

Sus brazos. Sus labios. Su calor.

No se había defendido. No había retrocedido. Y eso era lo que más le jodía. Porque, si era sincero, no quería hacerlo. Su cuerpo reaccionó antes que su moral. Fue como si una parte de él hubiera estado esperando algo así desde hace tiempo, enterrado bajo capas de autocontrol y lealtad mal entendida.

Se detuvo en seco frente a su edificio. Sacó las llaves y las miró sin verlas, con el ceño fruncido. En la otra mano aún tenía el celular, pero no había recibido ningún mensaje. Ningún "¿estás bien?", ningún "perdón", ni siquiera un "¿estás despierto?". Solo silencio.

Entró al departamento. El olor a encierro lo recibió como siempre. Dejó el uniforme tirado sobre el sofá y se fue directo al baño. Abrió la ducha, se metió sin esperar a que el agua se templara.

El agua fría le golpeó la piel como si intentara castigar cada centímetro de su cuerpo.

"Esto no pasó."

La voz de Camila todavía le sonaba en la cabeza. Pero había pasado. Y no era solo el beso. Era todo lo que venía detrás. Porque Julián se conocía. Sabía cuándo algo era superficial y cuándo no.

Y lo que había sentido con ella... no fue liviano.

Apoyó las palmas contra los azulejos, dejando que el agua le cayera sobre la nuca. Cerró los ojos. Volvió a verla. El modo en que se había aferrado a él. La forma en que lo besó, sin dudas, como si lo hubiera estado esperando toda la noche. Ese instante en que sus cuerpos se entendieron, como si fueran piezas que ya sabían cómo encajar.

Y después, el miedo. El horror reflejado en sus ojos cuando escuchó la voz de Nico.

Julián sintió una punzada en el pecho. No solo por el error, sino porque sabía -con una claridad incómoda- que no iba a poder olvidarla. Que esa noche no iba a ser un accidente aislado en su cabeza. Iba a volver. Como un eco. Como una obsesión.

Y lo peor de todo: quería que volviera.

Apagó la ducha de golpe. Se secó sin mirarse al espejo. No podía soportar la mirada que sabía que iba a encontrar ahí.

Volvió al living, se tiró en el sillón con una toalla en la cintura y prendió el televisor sin volumen. Las luces de la pantalla parpadeaban sobre su rostro, pero él no estaba viendo nada. Solo escuchaba sus propios pensamientos.

¿Y ahora qué carajo hago?

¿Le contaba a Nico? Imposible. ¿Se lo guardaba? ¿Lo enterraba? Podía intentarlo. Podía fingir que nada pasó. Podía... sí. Pero sabía que todo iba a cambiar. Porque él ya no era el mismo después de ese beso.

Y, si no se lo imaginaba todo, Camila tampoco.

Suspiró, con las manos en la nuca. Había una línea que había cruzado. El problema era que no sabía si quería volver atrás.

Y en algún lugar muy dentro de él, una idea empezó a crecer. Lenta, traicionera, como una semilla plantada sin querer:

¿Y si Camila también sentía algo? ¿Y si no fue solo un error? ¿Y si... había algo más entre ellos?

Por primera vez en su vida, deseó que Nico no lo hubiera invitado a vivir a su casa esa noche.

Y al mismo tiempo, sabía que no cambiaría nada.

            
            

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