Capítulo 8 Secreto revelado

La mansión de los Smith se alzaba imponente ante nosotros, iluminada por cientos de luces que destacaban su arquitectura clásica y elegante. Al bajar del auto, sentí un nudo en el estómago. La magnitud de lo que estaba a punto de hacer me golpeó de lleno.

Ethan me ofreció su brazo, y aunque mi corazón latía con fuerza, lo tomé con firmeza. Caminamos juntos hacia la entrada, donde un mayordomo nos recibió con una reverencia.

-Bienvenidos, señor Smith, señorita-dijo con una voz educada y profesional.

-Gracias, James-respondió Ethan, asintiendo con la cabeza.

Entramos en el vestíbulo, y de inmediato, todas las miradas se volvieron hacia nosotros. Sentí el peso de las miradas curiosas y expectantes, y me esforcé por mantener una expresión serena. Ethan me apretó el brazo ligeramente, como si quisiera transmitir su apoyo.

-Recuerda, solo tienes que seguirme la corriente-susurró Ethan en mi oído-. Todo saldrá bien.

Asentí, tratando de calmar mis nervios. La sala principal estaba llena de gente elegante, todos vestidos con trajes y vestidos de gala. La música suave de un cuarteto de cuerdas llenaba el aire, y las conversaciones se mezclaban en un murmullo constante.

Ethan me guió hacia un grupo de personas que parecían ser importantes. Entre ellos, reconocí a algunos de los directivos de la empresa, así como a varios inversores. Todos nos miraron con interés cuando nos acercamos.

-Señoras y señores-dijo Ethan, con una voz firme y segura-. Permítanme presentarles a mi esposa, Emily.

Sentí un escalofrío recorrerme al escuchar esas palabras. Las miradas se intensificaron, y pude ver la sorpresa en los rostros de algunos. Pero también había sonrisas y asentimientos de aprobación.

-Es un placer conocerlos-dije, tratando de sonar lo más natural posible.

Las presentaciones continuaron, y poco a poco, comencé a relajarme. Ethan se movía con gracia y confianza, y su presencia me daba una extraña sensación de seguridad. A medida que la noche avanzaba, me di cuenta de que, a pesar de todo, estaba disfrutando de la experiencia.

Pero en el fondo, sabía que esto no era real. Era solo una fachada, una mentira que estábamos construyendo juntos. Y aunque me dolía, también sabía que haría cualquier cosa por Ethan, incluso si eso significaba vivir una mentira por un tiempo.

Nunca había Pensado encontrar a tantas personas importantes juntas, nunca hubiera sospechado este engaño de Ethan, pero yo más que nadie lo entendía perfectamente, Dahia hubiera echado a perder tanto su carrera como su estatus en la sociedad.

Aun me imagino pensando que pasará cuando Dahia se entere de todo esto, que cara pondrá y que pasará después al saber que oficialmente ya estaba divorciada de Ethan y no tendría derecho a ni siquiera una parte del dinero de este impotente hombre.

Mientras Ethan, se entretenía hablado con quienes pareces ser unos socios, yo muy sutilmente me aparte hasta la mesa de los bocadillos, no había nada que amara más que los dulces y la comida, me encantaba comer y nada ni nadie dañaría este momento.

De repente, el maestro de ceremonias tomó el micrófono y llamó la atención de todos los presentes.

-Damas y caballeros, por favor, denle la bienvenida a nuestro anfitrión y dueño de la empresa, el señor Ethan Smith, quien dará unas palabras en esta noche tan especial.

Ethan me miró y me dio un apretón de manos antes de soltarme y dirigirse hacia la tarima. Sentí una mezcla de orgullo y nerviosismo mientras lo veía subir al escenario. La sala se llenó de aplausos y murmullos de admiración.

-Gracias a todos por estar aquí esta noche-comenzó Ethan, con una voz firme y segura-. Esta celebración no solo marca el aniversario de la empresa que mis padres fundaron, sino también un nuevo capítulo en nuestra historia.

Mientras Ethan hablaba, noté una figura familiar en la multitud. Dahia había entrado en la sala, acompañada por Dael. Su expresión era una mezcla de sorpresa y furia. Se abrió paso entre la multitud, acercándose cada vez más a la tarima.

-Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a todos los que han apoyado a nuestra empresa a lo largo de los años-continuó Ethan-. Y también para presentarles a mi esposa, Emily, quien ha sido un pilar de apoyo para mí.

Los aplausos llenaron la sala, pero Dahia no se detuvo. Finalmente, llegó al pie de la tarima y levantó la voz.

-¡Ethan!-gritó, interrumpiendo su discurso-. ¿Qué es todo esto? ¿Por qué no me dijiste la verdad?

Ethan se quedó en silencio, sorprendido por la interrupción. La sala se sumió en un silencio expectante.

-¿De qué estás hablando, Dahia?-preguntó Ethan, tratando de mantener la calma.

-De tu mentira-dijo Dahia, con la voz temblorosa de rabia-. De tu secreto millonario. ¿Cuánto tiempo pensabas ocultarlo?

Un murmullo de sorpresa recorrió la sala. Ethan miró a Dahia, y luego a la multitud, consciente de que no podía seguir ocultando la verdad.

-Es cierto-dijo finalmente, con la voz firme-. He ocultado mi verdadera identidad por mucho tiempo. Pero lo hice por una razón. Quería ser juzgado por quién soy, no por lo que tengo.

La sala estalló en murmullos y exclamaciones. Dahia lo miró con una mezcla de furia y dolor.

-¿Y qué hay de mí?-preguntó, con la voz quebrada-. ¿Qué lugar ocupo en todo esto?

Ethan bajó la mirada, consciente de que no había una respuesta fácil.

-Lo siento, Dahia-dijo finalmente-. Pero esta noche no se trata de nosotros. Se trata de la empresa y de todos los que han trabajado duro para llegar hasta aquí.

No podía entender el sinismo de Dahia, decir todo esto delante de tantas personas hacia que se me calentará la sangre, dejar por malo a Ethan era muy acordé a ella. Más sin embargo no dije ni hice nada, Ethan es el que tiene que solucionar su problema con Dahia.

Y era muy importante que lo hiciera cuántos antes, pues los murmullos y las personas ya estaban comenzando a hablar.

Mayor fue mi pena, por qué yo fui la que fue presentada como su esposa, y que no aclarara el asunto de inmediato hizo que me diera punzadas en el pecho.

Dahia lo miró por un momento más, luego se dio la vuelta y salió de la sala, seguida por Dael. La tensión en el aire era palpable, pero Ethan se mantuvo firme.

-Gracias a todos por su apoyo-dijo, retomando su discurso-. Y gracias por entender que, a veces, las decisiones más difíciles son las que nos llevan a donde necesitamos estar.

Mientras los aplausos llenaban la sala una vez más, supe que esta noche marcaría un antes y un después en nuestras vidas. Y aunque el futuro era incierto, estaba dispuesta a enfrentar lo que viniera, junto a Ethan.

            
            

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