Capítulo 4 Nuevo camino

EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO.

CAPÍTULO 4.

Patricia López.

Cuando mi mamá se enteró de mi relación con Mariana se puso muy feliz, dijo que ojalá la llevara algún día a la casa, todo lo contrario de mi papá, estaba furioso porque según él iba a descuidar mi carrera. Siempre traté de ignorar sus comentarios, parecía que nada de lo que hiciera lo hacía feliz. Por más que lo intentara, mi padre nunca se sentiría orgulloso de mí. Pero decidí que no iba a dejarme afectar lo que él pensara, decidí vivir mi vida como mejor me pareciera.

No iba a dejar que me siguiera amargando. Mi relación con Mariana marchaba de maravilla, compartíamos el tiempo libre juntos. Cumplimos tres meses de relación cuando mi entrenador me dijo que tenía una gran noticia.

-¡Esteban! Tengo algo que contarte.

-¿Qué pasa? -inquirí.

-¿Recuerdas del patrocinador que te comenté? Quedaste elegido entre sus candidatos. Alista tus cosas, te irás a correr a Italia un año, o quizás más.

Me quedé en shock, no podía creerlo. Mi sueño de irme al exterior se estaba haciendo realidad, no se imaginan la felicidad tan grande que sentí al saber que uno de mis sueños se estaba realizando.

-¿En serio? -solo eso pude decir.

-Por supuesto. Nos pondremos con todos los trámites necesarios para tus documentos para que puedas viajar lo más pronto posible.

Platicamos mucho, me explicó algunas cosas. Luego me reuní con el señor Harrison, el patrocinador. Me explicó cómo sería todo, me entregó el contrato para que lo revisara y saber si estaba de acuerdo. Ganaría muy bien, eso me gustaba mucho. También me dijo que no sería fácil para mí, pero que era cuestión de adaptarme a los cambios de horario y el idioma, pues tendría que aprender hablarlo. Estaba dispuesto a todo por cumplir este logro.

Revisé el contrato, todo estaba perfecto, ahora tenía que hablar con Mariana y contarle que me iría a otro país, no sabía cómo lo iba a tomar. Primero llamé a mis padres y les conté, mi padre estaba feliz porque ganaría muy bien. Era lo único que le importaba, el dinero que ganaría, además podría presumir que su hijo estaba en otro país. Mi madre estaba muy triste, según porque un año sin verme era mucho tiempo. Esa noche invité a Mariana a un café, tenía que contarle todo, no imaginaba cómo iba a reaccionar.

-Amor, ¿pasa algo? -me preguntó con curiosidad.

-Tengo algo que contarte -tomé sus manos-, pero no sé por dónde empezar.

-¡No me asustes! ¿Es grave?

-Depende como lo tomes tú -exhalé.

-¿Quieres...?

La interrumpí, porque sabía lo que estaba pensando.

-No amor, no es lo que piensas -dejé un pequeño beso en sus labios.

-Pensé que terminarías conmigo - respiró aliviada-, ¿Qué es lo que sucede?

-Hoy el entrenador habló conmigo, me contó que soy uno de los candidatos del equipo que eligió el señor Harrison.

-Mi vida, que buena noticia -me abrazó-, es increíble-me miró-¿no estás feliz?

-Por supuesto amor -la miré-, solo que me tengo que ir a Italia un año o tal vez más.

Bajo la mirada, tomé su rostro en mis manos.

» ¿Ahora entiendes? Tendremos que estar lejos del otro.

-¡Amor! -Dejó un pequeño beso en mis labios-, sabíamos que esto podía pasar en cualquier momento, una oportunidad así no se presenta todos los días. Ambos éramos conscientes que esto podía pasar contigo o conmigo, primero está nuestro sueño, no lo dudes en ningún momento. Si lo que sentimos es real durará el tiempo que tenga que durar y será capaz con la distancia.

Sonrió.

» Yo jamás te pediría que renunciaras a tus sueños por mí, así como yo tampoco renunciaría a los míos por ti.

-Gracias amor.

Tenía que reconocer que su respuesta me dejó frío, al parecer para ella era más importante la carrera y estaba por encima de todo.

» Tienes toda la razón, por eso te amo. Gracias por el apoyo, claro que este amor seguirá creciendo, la distancia no lo acabará.

-Lo sé, te amo mi vida, sé que este amor podrá con todo, te deseo lo mejor del mundo, adelante por tus sueños.

Unimos nuestros labios en un beso apasionado. Mariana era una gran mujer, me encantaría un futuro con ella. Nos quedamos platicando largo rato, luego regresamos a la casa, pero antes de despedirnos para irse cada quien a su habitación dejó un beso apasionado e insistente.

Susurró a mi oído que quería pasar la noche conmigo, entramos a su habitación teniendo cuidado de que nadie nos viera. Empecé a besar sus labios con deseo llevándola hasta la cama, lentamente nos despojamos de nuestra ropa entregándonos en cuerpo y alma. Esa noche hicimos el amor, me encantó tenerla en mis brazos. Obviamente Mariana ya había tenido relaciones antes al igual que yo. Me regresé a mi habitación en la madrugada, lo que menos quería era escuchar habladurías.

Seguí entrenando y organizando todo para mi viaje, ese fin de semana viajé a mi pueblo natal para despedirme de mis padres. Aproveché la ocasión e invité a Mariana para que la conocieran. Era la primera novia oficial que llevaba a mi casa. Era verdad cuando dije que yo esperaba tener un futuro con Mariana.

Estaba nervioso, no sabía cómo reaccionaría mi papá delante de ella, lo que menos quería era un mal comentario y que la hiciera sentir mal. Aunque Mariana sabía cómo era mi papá, yo le conté todos los problemas que habíamos tenido.

-Amor, estás tan callado -tomó mi mano-, desde que salimos no has pronunciado casi palabras.

-Estaba pensando en mis padres - respiré profundo-, en mi padre, no quiero que te incomode con algún comentario.

-Amor, no pienses en eso -sonrió-, no importa lo que él piense, solo sé que te amo.

La abracé, se quedó dormida. Hasta que por fin después de tres horas llegamos al pueblo, luego tomamos un taxi que nos llevaría hasta la entrada de la finca. Llegamos a mi casa, vaya que mi padre me dejó sin palabras, estaba muy amable. Les presenté a Mariana y la recibieron muy bien, mi padre empezó a platicar con ella sobre temas de ciclismo. Se relajó al ver que Mariana era una deportista entregada a su carrera.

Ella tenía muchas cosas para su futuro a nivel profesional. Estuvimos tres días en mi casa, todos se llevaban bien con Mariana. Me sorprendió bastante la actitud de mi padre, él estaba feliz porque me iba a Italia, según porque ahora sí ganaría mucho más y los podría ayudar cuando lo necesitaran. Eso era lo que más tristeza me daba, ni siquiera era el orgullo de que su hijo llegara tan lejos, para él solo era un signo pesos que le mejoraría la vida económicamente.

Mariana estaba feliz en el campo, ella decía que era lo mejor, le recordaba su tierrita. Mi madre estaba feliz con ella, ya hasta planeaba un futuro. Me dijo que era una mujer con grandes cualidades y que anhelaba verme casado, con una hija, una nieta para ella. Creo que mi madre se fue demasiado lejos, yo aún no pensaba en formar una familia ni nada de eso, primero mi carrera. Además para Mariana su carrera estaba por encima de cualquier cosa.

Nos despedimos de mis padres, mi padre actuó normal, él nunca demostraba nada, todo lo contrario de mi madre que sí lloró mucho porque para ella un año era demasiado tiempo. Le dije que le hablaría cada que pudiera, mi padre solo me dijo que me enfocara en ganar, qué más podía esperar de él. Regresamos a la ciudad y esa misma semana empecé con todos los trámites necesarios.

Firmé el contrato, esa semana me la pasé con Mariana, tenía que aprovechar el tiempo ya que iba a estar lejos de ella por muchos meses. Imaginé que podría venir en vacaciones, eso esperaba. Todo estaba listo, me despedí de los que me hospedaron en esa casa, gracias a ellos tuve la oportunidad de buscar un futuro en la ciudad. Estaré siempre eternamente agradecido por esa oportunidad que me dieron. Me despedí de mis amigos porque dos de ellos también viajaban conmigo, Mariana me acompañó hasta el aeropuerto.

-Buen viaje amor -me abrazó con lágrimas en sus ojos-, te deseo lo mejor del mundo, que este nuevo cambio para tu vida sea para bien, te amo mi amor.

Dejó un beso en mis labios.

» Aquí te estaré esperando, no me olvides.

-Gracias amor -tomé su rostro en mis manos-, claro que no te olvidaré nunca, te llevo en mi corazón, te hablaré cuando pueda.

Besé sus dulces labios, un beso apasionado y profundo.

» Te amo.

Tomé mis maletas y empecé a caminar, giré mi cabeza, ella levantó su mano despidiéndose de mí, le sonreí, ella me devolvió la sonrisa. Abordé el avión y no saben la felicidad tan grande que sentí al hacerlo, mucho más una persona como yo, que venía de una familia humilde de campo. Saber que, si te lo propones y luchas con todas tus fuerzas, los sueños se pueden hacer realidad. Me sentía orgulloso por todo lo que había logrado hasta el momento.

Después de unas horas llegué a Italia, no podía borrar la sonrisa que traía en mi rostro. No se puede describir con palabras lo que se siente cuando alcanzas un logro en tu vida. El señor Harrison me llevó al apartamento que compartiría con mis dos compañeros y otros tres chicos que estaban en el equipo.

Me recibieron muy bien, me instalé, al día siguiente empezamos a entrenar.

Para mí los primeros días fueron muy duros mientras me adaptaba al horario y al idioma. No entendía nada, entonces en mis tiempos libres los compañeros nos enseñaban a parlar. En cuestión de tres meses me organicé con los horarios y ya manejaba el idioma. Cada que podía me comunicaba con mi madre y con mi novia. Con Mariana hablaba por Facebook porque en ese entonces no existía el WhatsApp ni los celulares de alta gama. Con mi primer sueldo me compré un portátil para poder hablar más fácil con Mariana.

Empecé a competir me iba muy bien, en cuestión económica mi vida mejoró mucho. Mi padre cada que podía me pedía dinero para cualquier cosa que se le ocurriera, no le negaba la ayuda pues no quería que terminara sacándome las cosas en cara.

6 meses después...

Ya manejaba a la perfección el idioma, estaba en la mejor etapa de mi carrera, ya tenía muchos trofeos y medallas. Hablé con Mariana, al parecer le estaba yendo muy bien profesionalmente. Me moría por verla, en las vacaciones viajé una semana a Colombia, esa noche la pasé con Mariana. Fue increíble, la extrañaba tanto. Le di todos los besos que tenía guardados para ella.

Le entregué algunos regalos que le llevé, también viajé a casa de mis padres. Recuerdo que a mi madre le llevé de regalo una muñeca hermosa, ella se puso feliz, me dijo que sería la hija que nunca tuvo. A mi padre le di dinero, era lo que le hacía más feliz.

Regresé a la ciudad y toda la semana la pasé con mi novia. Sus padres se mudaron a la ciudad con ella en un apartamento, aprovechó para presentármelos.

En las noches le hacía el amor hasta saciarme por todos los meses que no la vi, pero llegó la hora de regresar a Italia. Sus ojos se cristalizaron al momento de la despedida, es que las despedidas son demasiado difíciles.

Esperaba que esos meses se pasaran rápido. Dicen que las relaciones a distancia no funcionan, pero nosotros hasta el momento íbamos muy bien.

Todo mejoró para bien en mi vida, podía decir que logré cumplir mi sueño. Harrison me dijo que el equipo estaba muy feliz conmigo, hasta podía renovar mi contrato un año más. Excelentes noticias para mí ya que faltaban solo tres meses para que se terminara el contrato, pero nada es como se planea. Mi vida estaba a punto de dar un giro de 180 grados, me tenía preparada muchas sorpresas.

En esos meses había ganado muy bien, de vez en cuando le enviaba dinero a mi padre para lo que necesitara la finca. Tenía mis ahorros para invertirlos en un negocio, no podía quejarme, me iba de maravilla. Recuerdo ese día muy bien, teníamos una etapa, esa sería en descenso y yo estaba en segundo lugar. El descenso era rápido en un momento la llanta de la bicicleta resbaló en una arenilla perdiendo el control de ella, me estrellé directo contra una gran malla. Sentí un gran dolor en el brazo izquierdo, luego todo se oscureció, quedé inconsciente.

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Narrador omnisciente.

Donde esa malla no hubiese estado en ese lugar, Esteban ahora estaría muerto, pues ahí había un gran abismo. Por más que trató, no pudo controlar su bicicleta, el golpe fue tan duro que al instante quedó inconsciente. En ese momento todo era caos, llegaron los paramédicos a socorrerlo, estaba sangrando mucho pues al parecer se fracturó uno de sus brazos. Sus compañeros estaban preocupados y él seguía sin reaccionar.

Lo levantaron con cuidado y lo trasladaron en ambulancia hasta el hospital más cercano. ¿Será este el final de su carrera? ¿Será el final de sus sueños? Como te puede cambiar la vida tan solo en segundos.

Esteban tenía muchos planes para su vida, su carrera y su futuro, pero el destino tenía otras cosas para él. Nada sale nunca como se planea, por eso no se pueden hacer planes a largo plazo, es mejor que cada día tenga su propio afán.

Continuará...

            
            

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