/0/16471/coverbig.jpg?v=48f2517844f4bf9a2506a00186f18df2)
cosas con Joe siempre habían sido intensas, pero esto era un nuevo nivel. Me encantaron sus ojos color avellana, tan llenos de deseo, admiración y amor... Su mano se deslizó entre nosotros y su pulgar encontró mi clítoris unos segundos después. Tan solo unos cuantos masajes firmes me hicieron caer sobre él, con mi cuerpo convulsionándose de placer.