Capítulo 4 Cap. 4

Capítulo 4

Natasha caminaba con sigilo por el vestíbulo de la empresa, recorriendo cada rincón con la mirada, como si buscara algo, o mejor aún, a alguien. Sabía exactamente lo que buscaba: al "viejo guapo" que había captado su atención desde el momento en que sus miradas se cruzaron. Pero intentaba convencerse de que él no debía ser su objetivo. Después de todo, su verdadero objetivo era algo más, algo que llevaba planeando más de dos años.

Desde que descubrió a Maximiliano Colt, el hermano de Jack Colt, de quien estaba enamorado, Natasha no podía quitarse de la cabeza la idea de conocerlo. Un hombre poderoso, respetado y, según los rumores, también irresistiblemente encantador. Soñaba con tenerlo en su vida, aunque solo fuera como su sugar daddy. La idea de ser la esposa de un hombre como Max la emocionaba y motivaba.

Sin embargo, ver a ese hombre mayor, cuya identidad aún desconocía, estaba arruinando todos sus planes. Algo en él la hizo cuestionar sus propios deseos y ambiciones. ¿Estaba su obsesión por Max a punto de ser reemplazada por una atracción más visceral e inmediata?

Mientras estos pensamientos la distraían, Natasha caminó hacia la entrada, donde la esperaba un taxi. Nerviosa como estaba, había decidido no conducir esa mañana. Con el miedo a no ser aceptada en FashionTech Colt rondando su cabeza, pensó que sería más seguro dejar el coche en casa y tomar un taxi.

Subió al vehículo y se recostó en el asiento, intentando relajarse. Sin embargo, sus pensamientos seguían agitados. Las imágenes de los dos hombres, el desconocido y Max, se mezclaban en su mente, y no podía decidir a cuál quería realmente.

Natasha siempre había sido una mujer con objetivos claros, pero ahora se encontraba dividida entre su antiguo sueño y una nueva e irresistible tentación. Aunque nunca había visto una foto de Max en persona, no sabía cuál sería su reacción al verlo, pero el otro hombre, alto como un edificio, irresistible, atractivo, tenía tantas cualidades que suspiró con añoranza.

Al alejarse el taxi del edificio de FashionTech Colt, Natasha sintió que el corazón se le aceleraba. Sabía que, a partir de ese momento, su vida estaba a punto de cambiar drásticamente. Lo que empezó como un simple deseo de conseguir un contrato se había convertido en algo mucho más grande. La mezcla de ambición y atracción que sentía en su interior la inquietaba, y sabía que este nuevo trabajo podría llevarla por caminos inesperados.

Al llegar al hotel, Natasha no pudo contener la emoción y llamó inmediatamente a su madre. Cuando escuchó su voz al otro lado de la línea, Natasha apenas pudo contener una sonrisa al compartir la buena noticia.

"¡Mamá, lo logré! ¡Firmé el contrato con FashionTech Colt!", exclamó Natasha, con la emoción evidente en su voz.

"¡Ay, mi niña, sabía que lo lograrías!", respondió su madre, igualmente emocionada. "Te mereces cada parte de este logro".

Las dos siguieron hablando con entusiasmo sobre el contrato y todas las oportunidades que podría traer. Sin embargo, había un tema que Natasha aún no podía quitarse de la cabeza.

-Mamá, no te lo vas a creer... Todavía no conozco al director ejecutivo, Max Colt. ¡Tengo muchísimas ganas de verlo por fin! -confesó Natasha, con la voz teñida de expectación.

La madre suspiró al otro lado de la línea; su alegría inicial dio paso a una silenciosa preocupación.

-Hija mía, ¿aún tienes ese sueño loco? -La tristeza en la voz de su madre era evidente-. Este hombre es imposible. Lo que tienes que hacer es seguir adelante con tu vida y encontrar un buen novio, alguien que pueda estar a tu lado de verdad.

Natasha dudó un momento, pero la verdad que había guardado durante tanto tiempo salió de sus labios casi sin pensar.

-Pero... Pero mamá, estoy enamorada de él... -Las palabras salieron en voz baja, como si temiera admitir lo que sentía, incluso a sí misma.

-¿Enamorada? ¿Cómo, si nunca lo has visto? -preguntó su madre con ternura, pero también con incredulidad-. Tú también estabas enamorada de su hermano hasta que se casó. Hombres como Maximiliano Colt solo se juntan con chicas como tú por sexo. ¿Es eso todo lo que quieres de él? Si lo está, invierte. Si no, te irás con el corazón roto.

Las palabras de su madre impactaron a Natasha como una dolorosa verdad. Sabía que su madre tenía razón, pero le costaba aceptarlo. Una parte de ella quería creer que las cosas podían ser diferentes, que tal vez ella era especial de alguna manera. Pero la realidad se impuso como una sombra sobre sus sueños.

-Lo sé, mamá... -respondió Natasha con la voz quebrada-. Intentaré olvidarlo.

"Dudo que pueda ahora que lo verás casi a diario", dijo su madre con resignada tristeza. "Cuídate, hija. No quiero verte con el corazón roto. Te quiero".

"Yo también te quiero, mamá. Hasta luego", dijo Natasha, terminando la llamada.

Al colgar, Natasha sintió una lágrima correr por su mejilla. Sabía que se estaba metiendo en algo peligroso, algo que podría destruirla.

            
            

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