Mi virgen Hermanastra
img img Mi virgen Hermanastra img Capítulo 4 mi hermanastra es virgen
4
img
  /  1
img

Capítulo 4 mi hermanastra es virgen

Eduardo aprieta el brazo de Marlyn y vuelve a estrechar su cintura aprisionando su cuerpo contra el de ella.

-¿Qué haces? -le dice con tono nervioso.

-¡Con que idiota! -Marlyn ensancha la mirada ante su tono de voz.

El rubio arrastra el cuerpo de Marlyn hacia una habitación que casualmente era la de ella, cuando él nota que había sido remodelada frunce el ceño. Luego baja la mirada para ver los impactantes ojos de ella.

Eduardo la sujeta por la base de sus nalgas alzándola del suelo, entre tanto Marlyn posa sus manos sobre sus hombros y ensancha la mirada cada vez más.

-¡Bájame! ¿te volviste loco? -empieza a golpear a aquel monstruoso cuerpo.

-¡No! Te daré un escarmiento ya que tienes esa boca muy sucia.

-¿Qué?

Eduardo lanza el cuerpo de Marlyn sobre la cama para luego él gatear sobre ella de manera posesiva y peligrosa, ella lo observa con los bien abiertos y se pregunta ¿Qué diablos estaba pasando?

¿Cómo es que pasaron a llegar a esa situación?

Estaba petrificada, estaba haciendo algo prohibido con su hermanastro.

Eduardo se posiciona sobre ella y de inmediato se inclina hacia su rostro quedando a poca distancia de sus labios lo que provoca que ella lo mirara expectante.

-No te vas a referir hacia mí de esa manera, nunca más jovencita -la sujeta por el mentón mientras que sus labios chocan levemente con los de ella.

Marlyn abre los ojos del susto mezclado con otro tipo de emoción que no lograba identificar, seguido de eso los labios de Eduardo se posan sobre los de ella lo que provoca que ella sintiera un respingo en todo el cuerpo.

-No -musita contra la boca de Eduardo.

-¿Por qué? -responde al mismo tiempo que reposa su cuerpo sobre el de ella.

Ella sabía que no debía permitir aquella situación, pero algo no andaba bien con ella, era como si su cuerpo reaccionara a su hermanastro. Eso no estaba bien, tenía que haber perdido la cabeza.

La lengua de Eduardo se introduce en el interior de su boca llenándola por completo, el cuerpo de Marlyn empieza a ceder sin que ella lo aprobara, aquel beso era demasiado intenso, incluso mucho más apasionado al primero que le dio en el corredor.

Siente como Eduardo junta sus muñecas para llevarlas por encima de su cabeza mientras que continúa besándola ardientemente, al mismo tiempo su cadera se acomoda entre sus muslos tan habilidosamente que la hace olvidar que lo que estaban haciendo era incorrecto.

-No volverás a decirme idiota -Marlyn abre los ojos para ver a Eduardo.

-¿Por qué haces esto?

-Porque me da la gana -responde seriamente mientras que la mira a los ojos.

-Ya oíste a tu padre, soy tu hermanastra.

-No eres mi maldita hermana.

Él suaviza los labios de Marlyn con el pulgar mientras que los observa con deseo. Luego alza la vista para ver los ojos de ella.

-Y como no llevas mi sangre, puedo usarte a mi antojo -en ese instante Marlyn frunce el ceño al escuchar aquellas palabras tan horribles.

-¿Qué?

-Así como tu madre usa a mi padre, yo te usare a ti como yo quiera.

-¿Qué diablos estas diciendo?

Marlyn trata de quitarse a Eduardo de encima, pero no consigue moverlo ni un poco. Él deja su reposar su cuerpo sobre el de ella mientras que la castaña se retuerce de todas las formas posibles.

-Harás lo que te digo, te guste o no.

-Ni en sueños haré lo que te dé la gana, no pretendo someterme a tus caprichos.

-Mi padre se somete a los de tu madre, ¿Por qué tú no puedes someterte a los míos?

-Eso no es así.

La joven trata de removerse, pero Eduardo era muy grande y pesado, lo mira con ceño fruncido notando como él guarda una sonrisa cruel en sus labios. Nunca imagino que el hijo del esposo de su madre fuese de esa calaña.

-Le contare todo a tu padre y ya veremos que tiene que decir al respecto -Eduardo aprieta un poco más sus muñecas lo que provoca que ella frunza el ceño -. ¡ah! Me estas lastimando.

-No le dirás nada ni a mi padre, ni a tu madre, ya que si lo haces me veré obligado a arruinarle el teatrito de esposa anegada a tu querida mamá.

Aquellas palabras causaron gran impacto en Marlyn ya que para su madre era bastante importante el señor Claudio, desde hace un tiempo se dio cuenta de que su mamá estaba enamorada de ese hombre y estar casada con él le había traído felicidad.

-¡No! -exclama con susto en la mirada -. No puedes hacer eso.

Aquellas palabras de miedo le confirman a Eduardo que no estaba equivocado, la nueva esposa de su padre solo era una vulgar interesada que buscaba buena posición social y seguramente apoderarse de la fortuna que le pertenecía al viejo.

Eduardo tensa la mandíbula al darse cuenta de que esa chica y su madre solo eran unas hipócritas.

-Si no quieres que derrumbe el imperio de tu madre, tú harás lo que yo te ordene que hagas, ¿lo has entendido?

-¿Hacer qué? -pregunta justo cuando siente los dedos de él rozar sus labios.

-¡Lo que se me antoje! -musita contra sus labios.

Marlyn no sabía que otra cosa podía hacer, ese sujeto parecía estar hablando muy en serio, la presencia de su madre y la de ella no eran gratas para él. Se le notaba que no estaba de acuerdo con el nuevo matrimonio de su padre.

-No puedes, tu padre quiere que nos llevemos bien.

-¡Y lo haremos! Pero a mi modo, Marlyn -la mención de su nombre la petrifico, produjo una especie de escalofríos en su cuerpo que no la dejo pensar -. Más te vale que colabores, o las cosas se pondrán muy malas para el matrimonio de tu madre.

-También es el de tu padre, le estarías arruinando la felicidad.

-¿Felicidad? ¿piensas que lo es?

Ella frunce el ceño, no entendía a ese hombre, era como si odiara la felicidad de las demás personas. ¿acaso no le gustaba ver a su padre feliz? Siempre estaba sonriendo.

-Voy a desenmascararte a ti y tu madre, y cuando eso suceda mi padre se dará cuenta de que no son las personas que él pensaba que eran y muy pronto ambas estarán fuera de la vida de Claudio y de esta casa.

Sus palabras causaron que Marlyn se cabreara, Eduardo estaba decidido a arruinar la felicidad de su madre y no estaba dispuesta a permitir que eso pasara.

Marlyn termina por empujar a Eduardo con todas sus fuerzas, la joven se pone en pie rápidamente para abrir la puerta de su cuarto.

-Quiero que te vayas de mi habitación -Eduardo la mira seriamente desde la cama, pero termina por ponerse en pie y caminar hacia ella con pasos firmes.

-No hemos terminado este asunto, ¿lo sabes? -Marlyn baja la mirada, no lograba mantener mucho contacto visual con él -. Y recuerda lo que te he dicho.

Eduardo abandona la habitación de ella, y es cuando la joven cierra la puerta. Al hacerlo traga saliva y mira sus manos temblorosas, suelta el aliento contenido y parpadea varias veces para tratar de asimilar lo que paso.

Seguido de eso roza sus labios con los dedos y revive ese momento cuando Eduardo la beso con tanta pasión, Marlyn frunce el ceño al mismo tiempo que niega.

-¿Por qué hizo eso? -levanta la vista para ver la puerta cerrada.

Entre tanto, el CEO se encontraba en el corredor aun de pie mientras que observa la punta de sus zapatos. No entendía porque diablos fue que beso a esa chica, frunce el ceño.

-¿Qué diablo paso conmigo?

Recuerda ese momento cuando la vio descender por las escaleras, no supo porque, pero justo en ese instante deseo meterla en su cama y hacerla el amor hasta el cansancio. Y aquellos deseos no eran típicos de él.

Después del divorcio, su deseo por las mujeres cada vez era más escaso, de hecho, no estaba saliendo con nadie. Pero Marlyn, gira el rostro para ver la puerta por encima de su hombro, ella...

-Ella solo es la hija de una interesada que solo busca fortuna -aprieta los puños, no podía dejarse seducir por esos besos -. Debo mantener mi postura con esa chica.

Tensa la mandíbula y se encamina hasta las escaleras...

[...]

Al día siguiente, Marlyn debía asistir a la nueva universidad donde Claudio le consiguió plaza muy fácilmente. Según el hombre allí había estudiado su hijo, la joven pone los ojos en blanco al recordar al pesado de su hermanastro.

-Solo es un pervertido.

Toma su mochila, echa un último vistazo en el espejo y sale de la habitación, cuando empieza a bajar las escaleras alguien estaba ingresando en la casa, y en lo que ella observa a su hermanastro su corazón, su vagina, su cuerpo y todos los vellos de su cuerpo se erizan.

Marlyn lo observa y este a ella, nota como mete sus manos en los bolsillos mientras que la mira descender, ella se pregunta qué demonios estaba haciendo tan temprano en esa casa. Entendía que era el hijo del dueño, pero ¿estaba las 24 horas del día metido allí?

Eso sí que podía ser un problema serio...

-Que puntual.

-Ni siquiera me hables.

-Hijo, Marlyn, buenos días. ¿ya estás lista para tu primer día de clases? -le dice el viejo, y un poco después aparece la madre de Marlyn.

-Si, ya me voy. Nos vemos más tarde -ella se despide de su madre y hace amago de salir.

-¡oh no! Mi hijo se ha ofrecido a llevarte a la universidad, como es un poco lejos, además le queda de paso hacia su empresa.

-¿Todos los días?

Ella pregunta incrédula mientras que observa al viejo quien no estaba colaborando con ella, luego mira a su madre quien estaba asintiendo como si estuviera dando su aprobación. Lo que ellos no sabían era que ese hombre prácticamente quería follarsela.

Marlyn relame sus labios al mismo tiempo que medio sonríe...

-¿Tienes algún problema? -pregunta Eduardo seriamente lo que provoca en ella escalofríos -. Me queda en el mismo camino, no veo porque no llevar a mi pequeña hermana.

-Me gusta que traten de llevársela bien.

-Si.

Solo logra decir aquello ya que por dentro estaba teniendo gritos desesperados, y aparte de eso, esa sensación de hormigueo en su vagina era tan incomoda e irritante.

-Entonces, ya debemos irnos, tengo una junta importante esta mañana. Padre, Mirella -Eduardo regresa sus pasos y abandona la casa mientras que Marlyn se queda pensando qué demonios hacer.

-Hija, se te hace tarde.

-Si, si, lo siento...

Una vez dentro del coche, Marlyn lleva la mirada hacia el lado de la ventanilla sintiendo que la presencia de Eduardo era muy poderosa llenando todo el coche.

-Así que no querías venir conmigo.

-No quiero tener que hablar contigo, mientras menos lo haga será mejor.

-Eso no me parece justo, ¿Qué pensara tu madre sobre eso?

Ella aprieta la mandíbula, solo la estaba chantajeando para su propia conveniencia. Era un desgraciado desalmado.

-No sé porque haces esto.

Marlyn observa que Eduardo disminuye la velocidad y eso la obliga a fruncir el ceño, luego detiene el coche y es cuando ella se pone muy, pero muy nerviosa y ansiosa y no sabía porque razón.

-¿Qué haces? Tengo clases muy temprano y tu una reu...

-Yo soy el jefe, todos pueden esperar por mi -ella lo mira de reojo vislumbrando esos ojos color café.

-¿Por qué te detuviste?

Eduardo observa a Marlyn, detalla mejor su rostro, y esa cara de inocencia era tan llamativa, su cabello castaño recogido en una coleta alta y aquellas pocas pecas en su cara resaltaban bastante ya que hacían un juego perfecto con esos ojos grises.

-¿Eres hija única? -Marlyn frunce el ceño y termina por asentir-. ¿Dónde está tu padre?

-Abandono a mi madre cuando nací -Eduardo frunce el ceño, así que era la protegida de Mirella.

Lo que significaba que su hermanastra era virgen.

Él sonríe de medio lado, la situación se había puesto mucho más interesante que antes.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022