Nadie responde y sigo escuchando pasos, me asusta que alguien esté por allí y salgo corriendo por el pasillo para buscarla, pero cuando salgo de mi habitación, veo unas sombras que caminan con sigilo de un lado a otro por la casa y comienzo a temblar. Mis manos se mueven con nerviosismo y siento mucho calor. Voy caminando de puntillas, descalzo, para que no me escuchen y entonces las sombras empiezan a tumbar todas las cosas de mamá al suelo y comienzo a llorar, sintiendo lágrimas calientes rodar por mi cara. El piso está muy frío y detengo mis pequeños pasos cuando aquellas sombras, se llevan a mamá que está llorando y pidiendo que la suelten. Toman su cabello largo con fuerza y ella se queja, no quiero que lo hagan, a ella le gusta que pase mis dedos por su rubia cabellera.
Estoy muy asustado, pero quiero salvarla de esas malas personas, debo protegerla y ser el superhéroe que ella dice que soy. Lo único malo es que soy apenas un crío y esas sombras me dan miedo.
- ¿Mamá? - susurro con la voz temblorosa y una de las sombras me mira, creo que he llamado su atención, no he sido silencioso del todo. Tiene los ojos rojos como el fuego y me aterra.
- ¿Qué hace él aquí? - interroga - ¡Saben perfectamente lo que les dije, ahora tendremos que...!
- ¿Dónde está ella? - intento no llorar y uno de ellos se me acerca. Estan todos vestidos de negro, aunque puedo ver sus rostros en medio de la oscuridad y el que viene hacía mi tienes los ojos muy rojos.
- No llores muchacho, aquí no está sucediendo nada malo - no le creo porqué sus manos son muy grandes y parece que no es cuidadoso al tomarme del brazo - Verás, tu querida madre solo estaba molestando y la mandaremos a dormir una siesta.
- ¿Dormida? - digo confundido.
- Si, es que estaba molestando mucho y tenía que callarle la boca - se ríe y no me hace gracia - Quizás tú también quieras dormir...
- Yo no quiero dormir, tengo miedo y quiero estar con mi mamá.
Mis ojos la buscan, pero no la veo, solo escucho su voz pidiendo que la suelten y el señor de manos fuertes me lleva a la parte de abajo obligándome a caminar mucho más rápido, es cuando escucho a mamá llamándome y quiero correr hacía ella, pero me detienen.
- Nada de llantos, los verdaderos hombres no lloramos - el sonido de su voz es muy espeluznante y más cuando sonríe - Nosotros, tenemos que tener el control absoluto de todo - niego con la cabeza.
- No soy tan fuerte, y tampoco soy un...
- Pero, algún día lo serás - dice, y algo no se siente tan bien como debería.
Quiero ir por mamá y rescatarla de aquellas sombras, pero no soy valiente, ahora no me siento como aquel superhéroe que a ella tanto le gusta.
- ¡Azh! - mamá me llama y quiero ir hasta ella.
- ¡Mamá! - grito para que me escuche y sepa que aquí estoy. El señor de ojos rojos se arrodilla poniendose a mi altura.
- Escúchame bien hijo - lo miro de nuevo - Cuando seas grande debes tener el control de absolutamente toda la situación a tu alrededor. ¿Entendido?
- ¿Para qué? - inquiero.
- Eso te dará poder, estatus y hará que te respeten - dice aunque no entiendo mucho a lo que se refiere, escucho unos sollozos y estoy triste por mamá.
- ¿Poder? - pregunto y parece que ha sido la única palabra guardada en mi cabeza.
- Si, el poder del bien y el mal.
- Señor, no sé de lo que habla, yo solo quiero estar con mamá - pido - Las sombras la tienen.
- Ellos estan jugando con ella - me dice el señor de ojos rojos.
- Pero, ella no quiere jugar. Tiene miedo igual que yo.
- Creeme, ella lo quiere - palmea mi rostro - Ahora, quédate aquí o las sombras vendrán por ti.
No se porqué le obedezco, será por miedo o es que un sujeto se queda detrás de mí impidiendo que pueda moverme. Sin embargo, le doy una patada y voy corriendo a la cocina, cuando llego la veo, me mira asustada.
- Vete... - murmura.
- Mamá...
- Vete, Azahel... - asustado y nervioso, salgo corriendo por la puerta de atrás, recordando lo que ha dicho el señor malo.
- Tengo que ser fuerte por los dos, buscar ayuda y no volver a llorar. Nosotros los hombres debemos tener el control.
Y así será siempre, seré un hombre que tenga control sobre todo...
Me despierto sobresaltado y empapado de sudor. Cada nochee es la misma pesadilla, una donde me veo a mi de pequeño, a mi madre sobre el suelo, siendo golpeada, el liquido rojo empapando la ceramica y a mi, saliendo por la puerta de atrás como un puto cobarde internandome en la oscuridad. No hay un solo día que no recuerde ese rostro, saber que no eran solo sombras, no eran espectros de la noche ni fantasmas. Fueron unos desgraciados que se metieron en mí casa, abusaron de mi madre y me engañaron con frases estupidas. Querían acabar conmigo, y su error siempre será haber dejado que un pequeño, asustado, confundido, y solo se escapara internándose en la oscuridad.
Esta noche tengo una cita en un bar, o mejor dicho en un club nocturno donde los rusos estarán celebrando con sus putas, así que no creo que nada pueda salirse de control con el imbécil de Cromwell, si el da un paso en falso estando Vasíliev a cargo de la organización, desatara una masacre. Es un lugar neutro así que aunque el líder de la organización más criminal de todas, puede tener contacto conmigo siendo italiano. Para su desgracia, aunque quisiera atacar, tengo lo mejor de ambos bandos, además solo me interesa hablar con unos viejos amigos del pasado y estoy seguro que el ruso puede ayudarme, aunque tenga que sacrificarme.
Salgo de la cama para darme un baño, el sudor me recorre por la espalda y quedarme aquí pensando idioteces no ayuda para nada, lo que necesito es una ducha fría que despeje mis pensamientos y distensione mis músculos. Los recuerdos solo sirven para recordar el hombre en el que me he convertido hoy en día. El que no le tiembla el pulso a la hora de levantar un arma y disparar. Es lo que soy, y no me arrepiento de nada.
- ¡Torricelli, abre la puerta ahora mismo! - escucho la voz ruidosa de mi compañero de cuarto y desgraciadamente mi mejor amigo - Si no sales de tú habitación en cinco segundos, voy a patear tu trasero -ruedo los ojos con fastidio y simplemente no le prestó atención.
Todo el tiempo es lo mismo, viene a gritar como si fuera a darme una gran noticia, y solo lo hace para j0derme, sabe que no me haré caso y dice que se caga de miedo cuándo lo fulminó con la mirada ya que parece que lo aplastaré de un solo golpe. Lo que no es del todo una mentira, he acabado con la vida de más de uno solo por ponerme un dedo encima, pero siendo honesto aunque me cueste admitirlo por lo molesto que es, se convirtió en mi mejor amigo, uno que ha sido fiel a mí en todo momento. Y eso, tiene un valor incalculable.
El agua fría golpea mi espalda y escucho la voz de Louis, afuera gritando a todo pulmón, parece un niño pequeño en busca de atención. Veinte minutos después, cierro la llave y salgo de allí con una toalla alrededor de la cintura. Me doy cuenta que hay alguien sobre mi cama, echado como si nada viendo algo en su teléfono.
- No preguntaré cómo entraste porqué es evidente - no me mira, parece distraído - ¿Qué haces aquí?
- No es mi culpa, jamás le pones seguro a tus puertas - se excusa - Además, he venido a invitarte a una fiesta - alza las cejas con diversión.
Busco un pantalón de jeans negro, mis botas negras,una camisa negra. Me fastidian los trajes elegantes, y muy a pesar de las citas que pueda tener con otros empresarios del mundo criminal, no voy a cambiar lo que soy y como me sienta cómodo por otros.
- Olvídalo, sabes que no voy a ninguna de esas estupideces - aclaro - Además, está noche no puedo, me veré con alguien - me coloco una chaqueta de cuero del mismo color.
Afuera hace frío, pero seguramente la termine dejando tirada en la camioneta una vez que entre al club ese. Me imagino que solo es un puto burdel de mala muerte, investigue un poco; Il Puritone, no es precisamente un sitio lujoso, hay mujerzuelas bailando en tubos.
- No te he dicho de quién es la fiesta - busco entre mis pertenencias y lo miro de reojo cuando levanta las cejas con evidente emoción - No sabes amigo, irán las chicas más sexys de todo el instituto - bufo.
- No lo puedo creer, ¿quieres que vaya a una fiesta de universidad? - no puedo creer que siga con esa estupidez, pero me gustaría reírme de la cara que está poniendo en este momento, no madura.
- Es que no es solo una fiesta de universidad, es...
- Ya te dije que no puedo ir, tengo una cita - lo dejo a la espectativa - Me vere con Vasiliev, en el puto bar de mala muerte - se le borra la sonrisa divertida de pronto y le cambia la cara - Y tú mejor que nadie sabes que no puedo perderme eso.
Se levanta de la cama y me mira fijamente, buscando señales de una mentira. Pero Louis Koslov me conoce demasiado bien para eso. Sabe que no me gustan los jueguitos, especialmente cuando se trata de alguien como el ruso. Nuestra reunión no es un simple encuentro social; es algo mucho más profundo y serio. Louis no es solo mi mejor amigo, sino también una de las personas que mejor me conoce en este mundo. Puede aparentar un aspecto juvenil, de chico alocado, divertido y que se desordena cada fin de semana, pero todo eso es una pantomima ya que por fuera de todo ese papel de inmadurez, es uno de los hombres más letales que he conocido, no le tiene miedo a absolutamente nada. Su mente es maquiavélica y calculadora, sabe trabajar en silencio y parece un camaleón que puede camuflarse ante cualquier situación, pero nunca sabes cuando va a perder la paciencia para asesinarte.
- ¿Lo encontraste? - indaga - Dime lo que tenemos que hacer, sabes que estoy para respaldarte - ya no parece tan divertido como hace un momento.
- ¿Y tú fiesta universitaria? - lo molesto y cojo las llaves de la camioneta, salgo con él detrás de mí y me causa risa - Si te necesito, te llamaré.
- ¡No se te ocurra dejarme aquí! - chilla - Iré contigo, no te meterás allí tú solo, además... - se sonríe y lo conozco muy bien, sé perfectamente lo que quiere.
- No habrá masacre, se supone que hay una especie de tregua en ese asqueroso lugar.
- Pero, va a estar el líder de la mafia rusa, y ese placer no me lo voy a perder por nada del mundo, Torricelli.
- ¿Y qué, con eso? - averiguo.
- Yo también quiero esperar a ese perro de...
- ¡Callate la puta boca! - lo corto antes de que pueda decir cualquier idiotez - No se te ocurra mencionar a ese cabrón.
- Lo siento amigo, pero tengo que ir contigo - sigue - Sabes que te respaldo en todo momento.
- Si es verdad, quiero que vayas a tu fiesta, y no dirás nada más - dictamino.
- Pues, en eso no te apoyo - se burla de mí - No voy a perderme algo como eso, y si las cosas salen mal, tendrás que recurrir a mis habilidades para que te salve el culo - gruño y permito que se suba conmigo a la camioneta.
De nada sirve discutir con este niñato, es demasiado terco y a decir verdad tiene razón, me conviene llevarlo, si las cosas se ponen incómodas, él puede dar una estocada final.
- Pero, tendrás que esperar en la camioneta - no le gusta lo que digo y pone mala cara.
- Nada de eso - mira el teléfono y estoy seguro que está estudiando todos los puntos estratégicos del club, lo conozco perfectamente bien - Tranquilo, nadie me verá, pero no pienso dejarte solo - enciendo el motor y arranco saliendo del aparcamiento.
Tener a Louis cerca, me asegura una vía de escape rápida, sé que tendrá acceso a las cámaras de seguridad, luces y hasta sonido. Aunque sé perfectamente que estando allí a Cromwell, no sé le ocurrirá hacer nada teniendo a Vasiliev de por medio, no es tan estupido para provocarlo.
✧----------------➣