Capítulo 10 Capítulo 10

Con las dos palabras de Dorothy, aquellos que yacían en el suelo experimentaron un escalofrío, y algunos se asustaron tanto que perdieron el control y se humedecieron los pantalones al escucharla.

Nadie cuestionó la seriedad de sus palabras, y Ann era prueba de ello.

Celestine ofreció una sugerencia titubeante: "Dorothy, no sería un problema si los eliminamos fuera del territorio, pero estamos actualmente en el País Z. Matar a tantas personas aquí podría acarrear complicaciones".

Dorothy escaneó con la mirada a todos los que yacían en el suelo cuando escuchó eso. Luego, cargó a su hermano menor, a quien ya habían transfundido toda su sangre, y emitió una orden: "Entonces, fractúrales las extremidades y arrástralos afuera".

Celestine acató.

"Ay.".

"¡No!, por favor.".

"No te acerques.".

Ella sacó a su hermano menor de la sala, sin prestar atención a los lamentos que quedaban atrás.

Con cuidado, lo colocó en una camilla en la habitación contigua, como si manejara algo extremadamente delicado.

En ese momento, alguien llamó a la puerta.

Era el soldado que previamente la había ayudado a rastrear la ubicación de sus objetivos.

Se adelantó apresuradamente, asegurándose de no perturbar al niño. Con voz suave, susurró: "Dorothy, al fin hemos localizado el sitio exacto del objeto que estabas buscando".

Al escuchar estas palabras, Dorothy, quien normalmente mantenía una calma imperturbable, finalmente mostró una pizca de emoción en su rostro.

"¿Dónde está?".

El motivo detrás de su regreso apresurado del campo de batalla fuera del dominio no se limitaba únicamente a su participación en la conferencia más importante del País Z, ni a su búsqueda de venganza en honor a su querida abuela. En realidad, había vuelto porque había descubierto algo que le permitiría dominar el escenario en el campo de batalla exterior.

La oportunidad se encontraba justo en el País Z.

Si lograba asegurarla, podría llevar a sus soldados a las tierras de otros países y, con eso, amenazar las fortalezas de esas naciones.

Tal logro podría cambiar radicalmente la posición pasiva en la que se encontraba su nación en ese momento.

En ese escenario, podría dar una lección a todos aquellos que habían menospreciado a su país.

Sonrió al recibir la respuesta de que el objeto se encontraba en posesión de la familia Clark.

"¡Qué casualidad!", bromeó.

Dicha coincidencia la llevó a planear una visita a su residencia.

La dueña original de su cuerpo pertenecía a esa familia, y Dorothy albergaba un profundo resentimiento hacia ellos.

Así es, ¡ella provenía de otra realidad!

¡No era de este mundo!

Cinco años atrás, bajo la presión de la matriarca de la familia Clark, la dueña original de su cuerpo fue obligada a casarse con un anciano de la familia Crawford que rondaba los sesenta años.

Sin embargo, ella se negó a aceptarlo y, en un giro trágico de los eventos, acabó matando accidentalmente al viejo pervertido.

Dorothy revivió en ese cuerpo en medio de la golpiza que la matriarca de la familia Clark estaba propinando a la dueña original por su desobediencia.

Luego, esa misma mujer la envió a prisión, tomando el control de la vida de recién reencarnada mujer.

Dorothy luchó incansablemente para liberarse de la prisión y finalmente ascendió al rango de General de División.

Mientras reflexionaba sobre su pasado, se volvió hacia Frederick, quien dormía tranquilamente en la cama.

No pudo evitar esbozar una sonrisa burlona.

En efecto, la matriarca de la familia Clark era excepcionalmente malvada. No solo tenía la capacidad de acabar con la vida de su propia nieta sin piedad, sino que también vendió a su nieto a la familia Sherratt para que le drenaran la sangre. Su comportamiento era realmente despreciable.

"General Dorothy, ¿cómo está su hermano?", preguntó William Sherman.

Él era un individuo legendario que estaba a punto de alcanzar el rango de Coronel Mayor a la sorprendente edad de veintiocho años. La miró con inquietud y profundo respeto.

Observó a la joven frente a él. Se había unido al Ministerio de Defensa a los catorce años, participó en la guerra al año siguiente y, posteriormente, lideró a algunos de sus generales más confiables para establecer «El Guardián», una de las fuerzas más influyentes en el mundo, en las afueras de la región. Sus ojos reflejaban un profundo respeto y admiración.

En aquel momento, Dorothy ostentaba el título de General de División No. 1 del Ministerio de Defensa, acercándose cada vez más a la cima.

William era uno de los soldados que había fundado Guardián junto a ella.

Después de un breve silencio, habló con indiferencia: "Debemos visitar a la familia Clark".

"Entiendo", asintió William de inmediato y se apresuró a ordenar a sus subordinados que contactaran con dicha familia: "Informen a la familia Clark que esta noche asistiré a la fiesta de cumpleaños de la vieja señora".

......

En la residencia Clark.

"Mamá, tengo buenas noticias", exclamó un hombre de mediana edad.

La Sra. Clark, que ocupaba el asiento principal en la sala de estar, frunció el ceño con descontento mientras lo observaba.

Reprendió con severidad: "¿No sabes qué día es hoy? ¿Cómo te atreves a gritar y hacer un escándalo así?".

"No es una sorpresa que el grupo Sherratt esté dispuesto a darme un millón de dólares. Después de todo, fue a cambio de mi nieto, ¡y tú tuviste parte en el trato!", soltó.

"No es por el dinero, madre", se apresuró a corregir él.

El hombre sin aliento era Leslie Clark, la cabeza de la familia.

Se inclinó, jadeando mientras decía: "Madre, hoy alguien muy influyente del Ministerio de Defensa vendrá a tu fiesta de cumpleaños".

La señora Clark dejó el rosario que sostenía en sus manos y preguntó con interés: "¿Vendrá alguien importante del Ministerio?".

"Sí, la persona que me dio la noticia trabaja con William Sherman, el coronel del Ministerio de Defensa".

De repente, se escuchó un crujido en el aire y las cuentas del rosario en manos de la anciana se rompieron, cayendo al suelo.

Sin embargo, ella parecía indiferente a eso. Se levantó, entusiasmada e incapaz de ocultar su emoción, y exclamó con alegría: "¡¿De verdad?!".

"Estoy seguro de que es el enviado de William Sherman. No puedo estar equivocado".

La respiración de la señora Clark se aceleró al instante. Si William realmente visitaba a la familia Clark, la posición de su familia en Northon se elevaría en una sola noche.

La idea de finalmente lograr lo que había deseado durante tanto tiempo la llenaba de emoción, haciendo que su cuerpo temblara con ansiedad.

¡Estaba extasiada!