Capítulo 4 Una tarde cualquiera

-Bruno Cicarelli-

-No quiero entrar con Weber-bufo molesto en mitad del pasillo del edificio.

-No seas flojo, Cicarelli. Anatomía es un ramo difícil, pero no imposible, cielito- me dice Hanna, limpiando sus gafas de montura y guiñándome uno de sus hermosos orbes.

-Si entras a clases te llevaré al cielo...

-Eres un bruto Dylan. - Ya estamos en tercer año de universidad y mis partners Hanna y Dylan tratan de obligarme a entrar a la clase de anatomía, pero...

-Cielito, vamos y hacemos un trío y así aprendemos más de anatomía.

-¡DYLAN! - exclamamos al unísono con Hanna, es que Dylan a veces me deja con la boca abierta, es tan expresivo que dan ganas de comérselo, aunque aún no ha pasado nada, entre nosotros, ya tengo claro que le gusto y lo ha hecho ver de diferentes formas, el es muy abierto con su sexualidad y nos ha comentado que ha tenido varias parejas, pero que sus padres no tienen idea de nada. Yo, por mi parte, todavía soy un mar de dudas respecto a eso...

He tenido sex0 con chicas y chicos, pero aún no defino si quiero tener una pareja estable, además Hanna, ay, Hanna, está para comérsela pero también es mi amiga y sólo la puedo ver así, por ahora...

-Son unos aburridos, no me dejan ser.-ahora es Dylan el que hace berrinche.

-Bueno, bueno entremos, total que le hace el agua al pescado. -Me encojo de hombros y nos sumergimos en el maravilloso mundo de la anatomía humana, pff.

Hoy, Hanna está preocupada de otras cosas, en vez de nosotros, una vez que entramos al auditorio nos deja y veo como se sienta con el imbécil de Jacobs, al parecer están saliendo pues los he notado muy cercanos, desde hace un tiempo, pero ella no nos dice nada y eso me molesta, porque somos sus amigos y nosotros le contamos todo o casi todo a ella.

La clase de hoy será con una presentación de uno de los mejores médics traumatólogos del país, Apolo Brown, pero el tipo es un completo bodrio. en la universidad le decimos el rey del yoismo. Yo aquí , yo acá, yo acullá, y mierda, eso aburre, así que con Dylan tomamos palco en los últimos asientos por si queremos escabullirnos de este fastidio. Se apagan las luces y empieza la bendita clase.

-Oye Bruno.

-Mmm...

-¿Somos buenos amigos no? -Me habla al oído y yo siento un cosquilleo en mi columna que hace que otras partes de mi cuerpo se tensen.

-Sí claro que lo somos, a ¿qué se debe la pregunta?

-Bueno...

-No te vengas con rodeos conmigo ¿qué quieres decirme? - Se acerca mucho a mí y con su mano presiona mi pierna, siento mi miembro despertar y ponerse duro como piedra en una fracción de segundo.

-Bruno tu me gustas y mucho, pero no quiero que esto que siento interfiera en nuestra amistad. -uff el calor que siento es demasiado, le tomo la mano y le indico que salgamos.

-Vamos...

Salimos a hurtadillas del salón y nos dirigimos al baño, no sé qué estamos haciendo pero me encanta y de verdad que he querido comerme a este bombón hace mucho. Corremos por los pasillos como si fuesemos dos prófugos y nos metemos al baño del tercer piso, cierro la puerta con fuerza y río como un niño haciendo una travesura. Dylan se da la vuelta y me mira con necesidad y lujuria, yo lo tomo por la cara y le planto un beso en sus carnosos labios, el beso sube de intensidad y siento que me lo estoy comiendo. Nos metemos a uno de los cubículos y cierro bien con pestillo, mientras él jadea yo lo vuelvo a besar con ansías. Aprovechando el impulso de empezar a tocarnos, Dylan de manera experta llega a mis jeans y desabrocha el botón de mi pantalón, para luego bajar el cierre dejando mi miembro ya despierto al descubierto.

-Ahora entiendo lo que dicen de los italianos-me dice con esa mirada cargada de deseo que me hace temblar, no sé qué me pasa pero lo quiero, quiero f0llarme esa boquita que relame con su lengua mientras disfruta de la vista.

-Ven acá, Caro mío. -Lo tomo de los hombros con fuerza y lo hago bajar para que quede sentado en la taza del baño con su cara frente a mi miembro que palpita para ser consentido, le tomo el pelo y lo incito a que se lo coma, él con una de sus manos lo toma y empieza a pajearme en forma placentera y con su otra mano agarra mis nalgas y comienza a masajearlas.

-Eres divino. -Suspira e introduce mi miembro en su boca, comenzando un vaivén con su mano, yo reacciono y tomo su cabeza, necesito que sienta como me pone, quiero llegar hasta lo más profundo de esa garganta que tanto había deseado, pero de un segundo a otro se detiene...

-Bruno... para...para...

-¿Qué? ¿Ahora no te gusta?-bufo molesto, estoy demasiado excitado y necesito que se encargue de eso que ahí abajo ya.

-No... no, es eso...

-¿Entonces?

-¿Estás seguro? -¿Seguro? Era una buena pregunta. En mi vida jamás he estado seguro de nada, mi apariencia de macho alfa es la que habla por mí, mis genes me definen, pero de algo estaba seguro en ese momento, quería que Dylan se comiera mi miembro dolorido que pedía por sus atenciones , lo quería todo...Ya lo dije, por hoy quiero ser y hacer lo que quiera, por eso sólo asiento y tomo más fuerte los hombros de Dylan.

-Dale, sin lamentaciones. - una frase que utilizaría mucho en la universidad y que más tarde que pronto me haría pagar más de lo esperado.

-Eso me prende, Bruno. Te daré la mejor mamada que hayas tenido en tu puta vida. -Y, eso comenzó a hacer...

Tomó mi miembro en sus gruesas y callosas manos y comenzó a subir y bajar, luego escupe encima de él y empieza a lamer por toda su longitud, el placer que siento cuando lo hace es inexplicable... Estoy aferrado a sus hombros y muevo mis caderas para que se lo meta dentro de su boca. Me siento eufórico, cuando de una sola vez lo engulle llevándolo hasta lo más profundo de su garganta, con eso empiezo a moverme dentro de su boca, casi sin dejarlo respirar, entro y salgo de manera frenética y él gustoso me recibe. Se siente maravilloso.

-Eso, sigue así, eres un puto negro maravilloso.

-Quiero que acabes en mí, putito italiano.

-Jajaja, Ahhhh, si sigues así lo vas a conseguir...

Entre puteadas y el vaivén que tenemos siento que ya estoy a punto de explotar, mi cuerpo se tensa y mis bolas se transforman en dos rocas, sujeto la cabeza de Dylan y con unas cuantas penetraciones más mi miembro explota y mi cuerpo se retuerce de placer. Me vacío por completo en la boca de mi amigo y el chupa y lame hasta la última gota, dejándome completamente satisfecho y aún con estertores de placer.

-Argh...

-Oh, mi italiano, eres... eres, Uff...

No lo dejo terminar, lo agarro de sus hombros y levanto para ponerlo frente a mí y darle un beso apasionado. Nos separamos por falta de aire y aún siento los resabios de nuestro encuentro en mi miembro, unimos nuestras frentes y nos miramos con deseo.

-Definitivamente, es la mejor mamada que me han dado en la vida...

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