De matrimonio a Venganza
img img De matrimonio a Venganza img Capítulo 1
2
Capítulo 4 img
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
img
  /  1
img

Capítulo 1

El día de mi boda, renací.

Mientras el sacerdote hablaba del amor eterno, yo miraba a Javier Mendoza, mi futuro esposo, y recordaba el frío del cuchillo en mi espalda.

En mi vida pasada, este mismo hombre, junto a su amante Sofía, me había quitado todo. Mi fortuna, el imperio de aguacates de mi familia, y finalmente, mi vida.

Morí sola y traicionada.

Pero ahora, estaba aquí de nuevo. Viva. Con el mismo vestido blanco, en la misma iglesia.

Javier me sonrió, una sonrisa que antes me parecía encantadora y que ahora solo me causaba náuseas. Vi la ambición brillando en sus ojos, la misma que no supe ver antes.

"Acepto."

Mi voz sonó firme, mucho más de lo que esperaba. La venganza me daba una fuerza que no sabía que tenía.

La fiesta fue en la hacienda principal de mi familia, un mar de lujos que a Javier le fascinaba. Mis padres, aunque aprobaban la boda, nunca confiaron plenamente en él. Veían al chico de barrio pobre que se había ganado a su única hija.

Esa noche, en nuestra habitación, Javier me abrazó.

"Isabella, mi amor," susurró en mi oído. "Ahora que somos uno, quiero proponerte algo. Vivamos una vida libre, bohemia, solo para nosotros. Sin las ataduras de los hijos."

Sentí un escalofrío. Era el mismo discurso. El principio del fin.

"¿Qué quieres decir, Javier?" pregunté, fingiendo confusión.

"Demostremos nuestro amor eterno. Hagamos algo radical. Lígate las trompas, mi vida. Así seremos solo tú y yo, para siempre."

En mi vida anterior, lloré. Le rogué. Le dije que quería una familia. Él me manipuló, me dijo que si de verdad lo amaba, lo haría. Y yo, ciega de amor, cedí.

Esta vez, sonreí.

"Qué idea tan romántica, Javier."

Lo besé, un beso frío que él no notó.

"Lo haré por ti. Por nosotros."

Una semana después, le entregué un certificado médico falso. Él lo miró, triunfante. El primer paso de su plan estaba completo.

Y el primer paso del mío, también.

Dieciocho años. Mi venganza no sería rápida. Sería una tortura lenta, meticulosa. Iba a destruir a cada persona que me traicionó, y lo haría usando sus propias armas contra ellos.

Esa noche, mientras Javier dormía, salí al balcón. La luna iluminaba los campos de aguacates que se extendían hasta donde alcanzaba la vista.

Alejandro, el capataz de la hacienda, estaba abajo, haciendo su ronda. Nuestros ojos se encontraron. Él era leal a mi familia, no a mi esposo.

En esta nueva vida, él sería mi único aliado. Y mucho más.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022