La Muerte Es Mi Única Respuesta
img img La Muerte Es Mi Única Respuesta img Capítulo 4
5
Capítulo 5 img
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
img
  /  1
img

Capítulo 4

La mansión de la familia Ramírez estaba iluminada como si fuera una fiesta. Sirvientes corrían de un lado a otro, limpiando frenéticamente y colocando arreglos florales frescos por todas partes.

Pero no era por el regreso de Luna.

Era por la inminente visita de Sofía Vargas.

Cuando Santiago la empujó dentro del vestíbulo principal, todas las miradas se posaron en ella. Miradas de desprecio, de asco. Nadie dijo "bienvenida a casa".

Entonces, él apareció.

Ricardo "El Halcón" Ramírez. Su hermano.

Estaba de pie en lo alto de la escalera, alto e imponente como siempre. Su rostro, que una vez la miraba con adoración, ahora era una máscara de hielo.

"¿Tú?", dijo, su voz goteaba desdén. "¿Todavía tienes la cara para volver aquí?"

Luna lo miró, y el dolor de su traición fue casi tan agudo como el del primer día.

Recordaba cuando eran niños, huérfanos que solo se tenían el uno al otro. Él la protegía de todo y de todos. "Mientras yo viva, Luna, nunca te faltará un hogar", le había dicho una vez, después de que ella se cayera de un árbol y se rompiera una pierna. Él la había cargado en su espalda por kilómetros hasta encontrar ayuda. Para ella, Ricardo no era solo su hermano, era su hogar.

Todo cambió cuando él se convirtió en un boxeador famoso y conoció a Sofía.

Sofía, con su apariencia delicada, le susurró al oído que Luna se había vuelto una mujer calculadora y materialista, obsesionada con el dinero que él ahora tenía. Y Ricardo, que siempre había visto a Luna como la persona más pura del mundo, se lo creyó.

La acusó de ser una "cazafortunas", de tener "ojos llenos de codicia". Un día, durante una discusión, le había sujetado la mano y, con una frialdad aterradora, le había roto los dedos uno a uno, para que "nunca más pudiera tocar el dinero que no le pertenecía".

Después de eso, la había echado de la casa y la había borrado del registro familiar.

Ahora, de vuelta en el presente, Santiago habló.

"Ricardo, la encontré tratando de quitarse la vida. Sofía estaba muy preocupada, dijo que tal vez se sentía sola..."

Ricardo soltó una carcajada sin humor.

"¿Quitarse la vida? Por favor. Conozco sus trucos. Es solo otra de sus manipulaciones para llamar la atención. Probablemente se enteró de que Sofía venía y quiso arruinarle la noche".

"Así como Sofía intentó 'quitarse la vida' hace unos días, ¿verdad?", replicó Luna, su voz cargada de un sarcasmo helado.

La cara de Ricardo se ensombreció aún más.

"No te atrevas a compararte con ella. Lo de Sofía fue un acto de desesperación por tu culpa, por tus constantes acosos. Lo tuyo es solo un vil teatro". Luego se dirigió a ella con una orden final. "No tengo tiempo para tus juegos. Vete de mi casa. Ahora".

Vete de mi casa.

Las mismas palabras que había usado la última vez.

Luna sonrió, una sonrisa vacía y rota.

"Está bien", dijo en voz baja. Se dio la vuelta y caminó hacia el jardín. Justo al lado de la entrada, crecía un pequeño arbusto con hojas de un verde intenso y pequeñas bayas rojas. Una adelfa.

Recordaba haber discutido con Ricardo sobre esa planta. Ella le había dicho que era venenosa, que deberían quitarla por seguridad. Él se había reído, diciendo que a ella nunca le gustaba nada bonito.

Sin que nadie se diera cuenta, arrancó un puñado de hojas.

Se giró para mirar a su hermano por última vez.

"Tienes razón, hermano", dijo, y la palabra "hermano" sonó extraña y amarga. "No tengo tiempo para juegos".

Y ante la mirada atónita de Ricardo y Santiago, se metió el puñado de hojas venenosas en la boca y comenzó a masticar.

La expresión de Ricardo pasó de la ira al pánico en una fracción de segundo.

"¡LUNA, NO!", gritó, bajando las escaleras de dos en dos.

Pero ya era tarde. El sabor amargo y nauseabundo ya le inundaba la boca.

Esta vez, pensó Luna mientras el veneno comenzaba a quemarle la garganta, esta vez nadie podría detenerla.

---

                         

COPYRIGHT(©) 2022