Capítulo 5 5

Lucas caminó lentamente hacia la mesa donde reposaba el cuaderno de Benjamin. Sus dedos temblaban levemente al abrir las páginas amarillentas por el tiempo, como si tocara no solo papel, sino memorias vivas y dolorosas.

Fue como si la vida volviera a vivirse allá atrás... donde tanto luchó por huir.

De aquel dolor.

De aquella época.

De aquel momento.

Pero no dudó:

- ¿Estás lista para escuchar lo que él escribió? - preguntó, con la voz ronca, casi un susurro.

Evelyn asintió, sentándose en una silla cercana.

El aire en el estudio parecía cargado de silencio y expectativas, pesado... como si cada palabra leída pudiera romper el delicado equilibrio que aún los mantenía juntos, pero al mismo tiempo, separados.

Lucas pasó los ojos por algunas líneas hasta encontrar una carta marcada con un trozo de cinta azul desteñida. Pasó los dedos por cada línea, sintiendo casi la presencia de Benjamin allí.

- Esta es una de las últimas - explicó. - La escribió cuando todo ya se estaba derrumbando.

Comenzó a leer:

"Lucas, si estás leyendo esto, es porque el tiempo nos jugó una mala pasada que nadie esperaba. Me habría gustado tener el valor de contártelo todo en persona, de mirarte a los ojos y explicarte lo que me consumía por dentro. Pero la verdad es que estaba perdido, asustado con lo que sentía, e incapaz de pedir ayuda."

La voz de Lucas se quebró por un momento.

No logró decir nada al principio.

Evelyn permaneció inmóvil, absorbiendo cada palabra, sintiendo el dolor de Benjamin latir entre las frases.

- Siempre fue un hombre complicado - dijo Lucas, cerrando los ojos. - Trataba de proteger a todos, pero al final... terminó perdiéndose.

Evelyn respiró hondo, sintiendo cómo el nudo en el pecho crecía.

Y un dolor inexplicable la golpeó de lleno.

- Entonces... ¿por qué no me lo dijo? ¿Por qué tanta distancia?

Lucas la miró con una expresión cargada de culpa. Permaneció allí... y entonces habló:

- Porque no sabía cómo decir que necesitaba ayuda. Porque tenía miedo de parecer débil. Y quizá... porque no quería que nadie sufriera con él.

Sintió las lágrimas comenzar a arderle en los ojos.

Y las dejó caer.

- Lo amaba tanto... Y me sentí tan sola. Tan sola... - susurró.

Lucas dio un paso más cerca, su voz baja, casi inaudible:

- Lo sé. Y lo siento mucho. Por no haber estado allí. Por no haber sido lo que él necesitaba - y lo que tú necesitabas.

Evelyn miró al hombre tan conocido que tenía frente a sí, ese que había estado tan cerca y tan lejos al mismo tiempo.

- ¿Qué quieres que haga con estas cartas? - preguntó.

- Léelas - respondió Lucas. - Léelas y entiende. Pero debes saber que eso no lo traerá de vuelta. Solo mostrará quién fue realmente. Y tal vez... nos ayude a encontrar un camino.

Ella asintió lentamente, sintiendo el peso del cuaderno en sus manos como si fuera una brújula hacia un destino desconocido.

Mientras Lucas preparaba más café en la pequeña cocina al lado, Evelyn hojeaba las páginas lentamente, cada letra, cada palabra cargada de emoción y secretos.

Una frase, en especial, la hizo detenerse en seco:

"Si pudiera volver atrás, lo haría todo diferente. Pero no sé si tendría el valor de amar tanto y perder tanto. Espero que algún día, ustedes dos puedan perdonar mis fallas y encontrar la paz que yo nunca tuve."

Las lágrimas cayeron en silencio.

Sin detenerse.

En ese momento, Evelyn entendió que aquella no era solo la historia de Benjamin - era la historia de ellos tres.

De amor.

De miedo.

De pérdidas.

Y de la búsqueda por redención.

Y, por encima de todo, era la última página que aún necesitaban escribir.

                         

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