Una Aventura de Amor
img img Una Aventura de Amor img Capítulo 3 Perdidos
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Capítulo 7 Un beso img
Capítulo 8 Disfrutando una noche lluviosa img
Capítulo 9 A salvo con él img
Capítulo 10 Mas días atrapados img
Capítulo 11 Se enfermo img
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Capítulo 3 Perdidos

Julia estaba al borde del desespero cuando vio que el avión comenzó a caer en picada, su vida comenzaba a pasar por sus ojos y se preguntó ¿Por qué? ¿Por qué tenía que pasarle esas cosas a ella?

Lograba escuchar que el piloto le decía que se calmara, pero eso era imposible en un momento como ese, ¿Quién carajos podía calmarse mientras que el avión donde viajas está cayendo? ¿moriría? Sin duda alguna la respuesta era sí.

La joven ve como el Avión pasa las nubes y en eso ve el océano, Julia ensancha la mirada al saber que iba a morir ahogada, era la peor situación de su vida. Nunca le dio una respuesta a su novio sobre el matrimonio, jamás llegaría a presentar la mayor propuesta de su vida.

Siente mucha tristeza por dentro y de la nada su mente se volvió negra y ya no supo más de ella.

-¿Julia? -Bruno la llama ya que nota que se desmaya mientras que el avión cae-. Juliaaaaa...

Como puede maniobra el avión y de la nada aparece una pequeña isla que podría salvarlos ahogados y devorados por tiburones en caso de que sobrevivieran a la caída.

Trata de levantar la punta del avión hasta que lo consigue, sin embargo, la presión es bastante fuerte, pero logra estabilizarlo un poco y llevarlo hacia esa isla. Gira como puede ejerciendo de toda su fuerza hasta que dirige la avioneta hacia tierra.

-Vamos bebé, se buena chica.

Empieza el descenso abrupto, aunque trato de disminuir la velocidad le resultó imposible, iban a impactar con mucha fuerza.

-Joder -mira a su pasajera, su cinturón se notaba bien ajustado, pero ella estaba desmayada, quizás eso era lo mejor.

Vuelve la vista al frente y sus ojos se abren enormemente al ver que ya estaban por impactar, sujeta el volante con fuerza hasta que el primer impacto estremece a Bruno y Julia de sus asientos, el pelinegro trata de mantenerse firme contra el volante mientras que lo sujeta con todas sus fuerzas.

Se estremece con tanta fuerza que su cinturón comenzaba a liberarse, el avión empieza a dar giros y él siente como un ala se desprende el avión hasta que la avioneta se estrella contra una pequeña montaña.

Luego de eso todo se volvió negro para Bruno.

[...]

Zara no para de mirar la hora en su reloj, la mujer pensó que Julia ya debía de estar en Honolulu, lo extraño de eso era que ella no se lo había notificado y quedo en hacerlo. Frunce el ceño mientras que se encuentra delante de su ordenador esperando la llamada de su diseñadora.

-¿Qué puede estar haciendo? -muerde levemente una de sus uñas, de la nada el teléfono suena y ella se emociona -. ¿Diga?

-Señorita Zara, tiene una llamada del aeropuerto -la mujer se tensa y piensa si es que el vuelo se había retrasado.

-Si, pásame la llamada.

-¿Empresas Zara' O?

-Si, habla con la dueña, ¿Qué sucede?

Hubo un momento de silencio y aquello atormenta profundamente a Zara quien no tenia noticias de su mejor diseñadora.

-¿Ocurrió algo con el vuelo de la señorita Capell? ¿se atrasó por la tormenta? -pregunta con el corazón acelerado.

-No señora, el avión salió en el tiempo previsto por el piloto.

En eso la mujer recibe una llamada a su móvil personal y observa que en la pantalla marca el número del señor Zaharie y es cuando su corazón se acelera mucho más que antes.

-Un momento -guarda el teléfono de mesa y contesta la llamada -. ¿Señor Zaharie?

-El avión ha desaparecido en la tormenta.

La morena se queda perpleja al escuchar las palabras de su futuro jefe, el corazón de Zara ya no soportaba tantas emociones para un solo día.

-Pero ¿Qué dice señor Zaharie? ¿Cómo que el avión se ha perdido?

-Mi personal me acaba de llamar, el piloto notifico una fuerte tormenta por la que estaban atravesando y luego de eso ya no se comunicó más, están rastreando la ubicación de la avioneta, pero no dan con ella.

-Ellos... ¿ellos murieron?

El señor Zaharie no le responde de inmediatamente, aquel silencio tan sepulcral le pone los vellos del cuerpo de punta a Zara.

-Señor...

-No podemos saberlo, comenzara una búsqueda de rescate, llevaban varias horas de viaje, asumimos que ya estaban cerca de la isla.

-Pero si hay una tormenta afuera, ¿Cómo van a dar con ellos? ¿Cómo es que su piloto despego en esas condiciones? -la mujer le reclama sin importarle que fuese su jefe.

-La tormenta estaba prevista únicamente para la ciudad, sin embargo, otra los esperaba a mitad de camino, una que se encamina a la ciudad.

La mujer toma asiento ya que no podía creer que Julia estuviera desaparecida y sin posibilidad de ser encontrada.

-Entonces, ¿Qué pasara ahora?

-Los buscarán y harán todo lo posible para dar con la avioneta.

-Yo necesito que me mantenga informada, tengo que saber que paso con mi Julia.

-Por supuesto, la estaré llamando para informarla de todo. Solo debemos tener un poco de paciencia y rogar porque ambos estén sanos y salvos.

Luego de colgar la llamada con su jefe la mujer se queda pensando donde podrían estar sanos y salvos, ¿en medio del océano? Ese avión tuvo que haber aterrizado en el agua e inmediatamente hundirse.

¿Su pobre Julia se ahogó en medio de la nada?

-Dios mío, Julia -los ojos de la mujer se aguan inmediatamente.

[...]

Bruno abre sus ojos lentamente, frunce el ceño al sentir una especie de dolor a un costado de su cuerpo.

-¡ah! -se queja ya que se mueve, coloca una mano en sus costillas e inclina la cabeza hacia atrás y es allí cuando abre sus ojos por completo.

Logra ver el techo de la avioneta un poco golpeado y parpadea varias veces y relame sus labios, gira un poco el rostro y ve que estaba lloviendo. Frunce el ceño y regresa la vista al frente, luego la baja y nota que su camiseta estaba manchada con sangre.

-¡Mierda! Esto no debe ser bueno.

Trata de sacarse el cinturón de seguridad y lo encuentra trabado, saca una navaja de bolsillo y corta los arneses, es allí cuando logra respirar con normalidad. Traga saliva y mira a su lado para ver a Julia, pero ella no estaba allí.

De hecho, su asiento no estaba donde debería de estar.

-¿Julia? -la llama con voz quebrada, el sonido de la lluvia y el viento era ensordecedor ahora que estaba despertando -. ¿Julia? ¿Juliaaa? -grita al no escuchar una respuesta por parte de ella, gira el rostro hacia atrás y la ve tumbada en el piso -. ¡oh, no! Julia...

Como puede se arrastra hacia ella sintiendo mucho dolor en su costado, pero al llegar a ella empieza a revisarla por todas partes. Ella seguía sentada en la silla atada al cinturón de seguridad, nunca se percató de que el asiento de ella había volado de su lugar.

-¿Julia? -la sujeta de las mejillas para ver su rostro, tenía un corte en la cabeza algo profundo, su cara estaba manchada con sangre la cual él limpia con suavidad -. Julia, debes despertar, vamos, despierta por favor.

Toma su pulso y lo siente bajo, frunce el ceño y procede a quitarle el cinturón, este también estaba atascado, usa su navaja y rompe la cinta para liberarla. Ella cae en sus manos y él la sujeta con suavidad para acomodarla bien.

-Julia-musita, y es cuando observa que ella empieza a parpadear poco a poco que lo hace suspirar -. Julia, despierta -la sujeta de las mejillas justo cuando ella abre sus ojos.

-¿Qué? -ella frunce el ceño mientras que Bruno la ayuda a incorporarse y es allí que ella se queja un poco y él ve rápido de donde proviene la queja.

-Tienes una herida en la pierna, no es grave, vas a estar bien.

-¿Qué paso? -dice ella mirando la herida en su pierna -. ¿Caímos?

Bruno observa la herida de ella, no era profunda, más bien era un rasguño que sanaría poco a poco, por suerte. Pero la de la cabeza si tenía que coger un poco de puntos, luego mira a Julia y observa el desespero en su mirada.

-Pude aterrizar en una isla.

-¿Isla? Entonces, ¿estamos varados aquí? ¿el avión no sirve? -por todo lo golpeado que estaba sabía que la avioneta no se levantaría.

-¡No!

Ayuda a Julia a ponerse en pie para sentarla en una silla que aún seguía en su lugar, se agacha sintiendo que sus costillas le dolían a morir, sospechaba que tenía al menos una partida.

-Déjame ver tu pierna -alza un poco la falda de su vestido y ve la herida que sangraba, Julia ensancha la mirada al ver que él estaba revisando su pierna, aquella acción ocasiona que sus mejillas se sonrojaran -. La vendare y estará bien.

-¿Insinúas que no volverás a volar esta cosa?

-Esta cosa era mi avión, y no, no lo volveré a levantar.

Bruno se pone en pie para caminar hacia la parte donde estaba el botiquín de primeros auxilios, pero todo estaba hecho un desastre y nada estaba en su lugar.

-¿Y me lo dices así tan tranquilo? ¿acaso nos vamos a quedar en esta isla toda la vida? ¿Cómo vamos a salir de aquí? -Julia estaba perdiendo la paciencia, no se podía creer que todo aquello estuviera pasando.

-No sé nada todavía, no he visto las condiciones del avión, pero imagino que...

-¿Qué vamos hacer? ¿nos vamos a quedar atrapados aquí?

La desesperada voz de Julia lo estaba poniendo más nervioso de lo que ya estaba, tensa la mandíbula ya que no era un hombre de mucha paciencia y esa mujer estaba acabando con la suya.

-Espero que la última posición que di sea de utilidad para que nos encuentren. Por ahora tranquilízate y deja de ponerte toda histérica que me sacas de quicio esos gritos tuyos.

Ella observa al piloto por encima de su hombro y nota como él busca algo, se le notaba enojado, ella frunce el ceño y trata de mantener la calma. De la nada escucha un estruendo afuera que la obliga a gritar y ponerse en pie para correr a los brazos del piloto.

-Por el amor de dios, ¿Qué ha sido eso? -Bruno siente la fuerza de esa mujer y se queda quieto mientras que ella se muestra como una niña asustada por los relámpagos de la tormenta.

-¡Está lloviendo!, es una gran tormenta, será mejor que nos quedemos dentro del avión y esperemos que pase todo para poder salir.

Ella asiente mientras que todo su cuerpo tiembla por el miedo. Bruno la separa un poco para luego llevarla a la silla y hacerla sentar.

-¿Estás seguro que son relámpagos?

-¡Lo son! -sujeta la pierna de ella para limpiar la herida y seguido de eso vendarla.

Se pone en pie y es cuando ella alza la mirada para verlo a la cara, en seguida él separa su cabello y Julia termina por quejarse.

-¡Ah! -frunce el ceño y trata de tocarse la cabeza, pero la mano de Bruno la separa.

-Tienes una herida grave, creo que tendré que tomarte puntos.

-¿Puntos?

-No te preocupes, yo sé cómo hacerlo.

Julia se pregunta qué clase de piloto era ese, ¿acaso también era doctor? El señor Zaharie al parecer tenía un personal muy capacitado. Y es allí cuando recuerda su reunión, ahora estaba en medio de dios sabe quién.

-¡Mi cita! la reunión que tenía era muy importante.

-¿Sí? -Bruno coloca anestesia superficial para luego empezar a coser, solo dos puntos serían suficientes.

-¡Oh! Pero que bruto eres, eso me ha dolido mucho, ¿acaso no me has puesto anestesia?

Él la observa fijamente a los ojos y ella a los de él, sinceramente era una mujer insoportable, de ciudad tenía que ser. ¿Qué podía esperar de una citadina engreída? Se le notaba que solo le preocupaba su apariencia y hacer un buen trato con esa cita que tenía.

Sin embargo, y por desgracia tenía que mantenerla con vida el tiempo que les tocara quedarse en esa isla.

Soportar a esa rubia de malos modales sería un suplicio para él, no entendía porque Angus tuvo que pedirle a él que hiciera ese viaje, si tan solo iba a la ciudad por una tontería y termino transportando a esa petulante mujer.

-¡No te muevas! ¿o prefieres que te pinche donde no es y te quede una gran cicatriz?

-¡¿AH?! ¡¿cicatriz?!

            
            

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