El florecer y marchitarse de los girasoles
img img El florecer y marchitarse de los girasoles img Capítulo 3
3
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
Capítulo 24 img
Capítulo 25 img
Capítulo 26 img
Capítulo 27 img
Capítulo 28 img
img
  /  1
img

Capítulo 3

Por la mañana, Kenia acababa de terminar una cirugía y había regresado a su oficina para descansar brevemente cuando la enfermera de urgencias llamó a su puerta, jadeando.

"¡Doctora. Watson! ¡Hay un paciente que sufrió un accidente automovilístico y necesita atención médica urgente!".

No lo dudó ni un momento, agarró su bata blanca y salió apresuradamente. Después de vestirse, entró al quirófano y vio al hombre en la mesa de operaciones, cubierto de heridas.

Su mano tembló al tomar el bisturí.

El hombre en la mesa pareció reunir todas sus fuerzas para decir una frase. "¡Quiero otro cirujano principal!".

Los colegas a su alrededor dirigieron la mirada hacia ella. Miró al hombre empapado en sangre y devolvió el escalpelo a la bandeja.

"Por favor, llamen al doctor Lambert. Él tiene más experiencia".

Con pasos pesados, Kenia salió del quirófano y esperó en silencio afuera, pendiente de lo que ocurriera dentro.

De repente, la enfermera salió corriendo, y Kenia preguntó de inmediato. "¿Qué pasa?".

La enfermera, sudando profusamente y nerviosa, dijo: "¡El paciente tiene una hemorragia grave y necesita sangre urgentemente!".

Kenia pensó unos segundos. "¡Tomen la mía!".

La enfermera se quedó atónita.

"¡No te quedes ahí sin hacer nada! Tiene un grupo sanguíneo muy raro, y no tenemos tiempo para conseguirla del banco de sangre".

Antes de extraer la sangre, la enfermera dudó, insegura de si debía proceder.

"Doctora Watson, ¿podrá su cuerpo soportarlo?".

"Lo más importante es salvar su vida".

La cirugía concluyó con éxito. Kenia, pálida pero decidida, caminó hacia su habitación de hospital.

Al escuchar las voces en el interior, su mano se detuvo en el aire, justo sobre el pomo de la puerta.

"Hobson, ¡qué alivio que estés despierto! Estaba tan asustada. ¡Por favor, no vuelvas a hacer cosas peligrosas por mí!".

El hombre acarició suavemente su cabello, con una sonrisa en los labios.

"El premio de la carrera era el collar que siempre has querido. Quería hacerte feliz".

Kenia se quedó inmóvil frente a la puerta, sin saber cómo enfrentar todo aquello.

Ella le donó sangre sin importar lo que costara, mientras que su esposo arriesgó su vida por una sonrisa de su amante.

"Hobson, me enteré de que tuviste una hemorragia. Fue mi sangre la que te salvó. ¡Me dolió mucho!".

Hobson miró el brazo de la mujer y su expresión se suavizó.

"Eliana, qué buena eres conmigo. Haré que mi asistente te compre el último bolso como compensación".

Kenia no entró apresuradamente a discutir. Quizás lo hubiera hecho en el pasado, pero ahora ya no le importaba en absoluto.

Observó a los dos abrazarse a través de la puerta de vidrio y se alejó.

Después de terminar su trabajo esa tarde, regresó a su habitación.

Hobson la vio y no se molestó en ocultar su desprecio, preguntando con sarcasmo. "Doctora Watson, debes estar muy ocupada. ¿Te tomaste el tiempo de ver si ya estaba muerto?".

Kenia se quedó al pie de la cama, sin acercarse más.

"Eres un paciente en nuestro hospital. Vine a chequear tu estado".

Hobson volvió a burlarse "En la mesa de operaciones, realmente deseé morir en tus manos, para reunirme con Sarah Barnett. Pero luego pensé que todavía no me he vengado lo suficiente de ti. Aún no puedo morir".

Ella permaneció quieta, sin querer discutir más con él.

Habían peleado demasiadas veces en el pasado, todo en vano.

"Si me odias tanto, podrías simplemente divorciarte de mí".

Esta frase pareció enfurecerlo. De repente se incorporó y avanzó hacia ella, paso a paso.

"Kenia, ¡ni se te ocurra! No creas que puedes deshacerte de mí con el divorcio. Estaremos ligados de por vida".

Hobson la agarró bruscamente por la garganta, su expresión helada mientras hablaba.

"Debes cargar con los pecados de tu padre y expiar ante Sarah y ante mí por el resto de tu vida!".

"Para ti solo soy un sustituto de ella ¿Qué sentido tiene?".

Los pensamientos de Kenia se remontaron al pasado, a la primera vez que él le fue infiel y se emborrachó en un bar. Cuando ella fue a buscarlo, escuchó a Hobson hablando con sus amigos.

"Hobson, sigo sin entender por qué te casaste con ella".

"Se parece mucho a Sarah. Estoy seguro de que Sarah no querría que yo estuviera solo".

En ese momento, se dio cuenta de que había sido solo un remplazo desde el principio.

Pero no podía dejar de amarlo.

Hobson soltó su agarre. Ella se dio la vuelta y caminó hacia la puerta.

"Kenia, odio que todavía te ame, y odio a tu padre".

Ella no podía oír lo que decía porque su voz era demasiado baja.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022