En su vida anterior, Daniel disfrutaba de los sacrificios de Sophie y de la familia Wilson, mientras en su corazón albergaba a otra mujer. Después de la muerte de Sophie, tomó sin piedad el control de Wilson Enterprises, hundiendo a su familia en la ruina.
"¿Pasado?", Sophie repitió la palabra en voz baja, con un deje de melancolía. "Daniel, ¿queda algo entre nosotros?".
El rostro de Daniel palideció. Dio un paso hacia adelante, suplicante: "Sé que te fallé, Sophie. Pero Eleanor... ella de verdad te aprecia, siempre te ha visto como a una hija. Ahora está postrada en una cama de hospital, y no deja de llamar tu nombre...".
Bajó la cabeza, la voz apenas un susurro: "Sé que todo esto es culpa mía. Pero no puedo traicionar a Lily. Le prometí que sería responsable de ella".
Dolor y conflicto se reflejaron en sus ojos: "Yo... compensaré a la familia Wilson, lo juro...".
"No hace falta", lo interrumpió Sophie con calma, "Para mí, lo nuestro terminó hace mucho. De ahora en adelante, Tú sigues con tu vida, yo con la mía; cada familia a lo suyo. No tenemos nada que ver el uno con el otro. No vuelvas a buscarme".
Cuando intentó cerrar la puerta, Daniel la sostuvo con la mano, ansioso: "¡Pero Eleanor solo te reconoce a ti como su nuera! Si se entera de que lo nuestro terminó, ¡su estado empeorará!".
"Ese es un asunto de los Carter", replicó Sophie, "No tiene nada que ver conmigo".
"¡Sophie!", la desesperación impregnaba su voz. Miró su determinación y continuó: "Sé que me odias, y sé que la familia Wilson sufrió por nuestra culpa. Estoy dispuesto a ceder el cinco por ciento de las acciones de Carter Enterprises a los Wilson, siempre y cuando aceptes ir al hospital a ver a mi madre, para que pueda recuperarse en paz".
El cinco por ciento.
El corazón de Sophie se estremeció.
No era una cifra pequeña; con ese porcentaje, la familia Wilson podría alcanzar nuevas alturas.
En su vida pasada, su padre había enfermado y muerto bajo la presión implacable de los Carter.
Esta vez, no podía permitir que la historia se repitiera.
Miró a Daniel: en aquel hombre frente a ella hervían sentimientos encontrados, odio y resentimiento.
Pero no era momento de dejarse arrastrar por las emociones.
Por el bien de los Wilson, valía la pena aceptar ese trato.
"De acuerdo", asintió con calma, "Iré contigo a visitar a Eleanor al hospital. Pero recuerda: esto es solo un intercambio. Una vez que las acciones lleguen a la cuenta de los Wilson, entre tú y yo todo habrá terminado".
Una mezcla de emociones cruzó por los ojos de Daniel, con un dejo de pérdida.
Asintió levemente. "Gracias, Sophie", murmuró.
Ella no respondió.