Capítulo 5 : Disculparse y abofetearse a sí mismos

Al llegar a la residencia Marsh, Eleanor se encontró con una escena caótica. Un charco de sangre oscura, de origen incierto, manchaba el suelo.

Se detuvo en el umbral, en silencio, y observó con una ira apenas contenida cómo Chloe ordenaba con frialdad a los sirvientes que limpiaran el desastre.

Chloe, al sentir su mirada, se giró lentamente para encararla. Al ver la furia en los ojos de Eleanor, su rostro se descompuso en una mueca de incredulidad y desprecio.

"¿Te atreves a volver?", preguntó Chloe con voz estridente, rebosante de desdén, mientras la señalaba. "¿Acaso tienes idea de lo que hicieron tus inútiles padres?".

El rostro de Eleanor se ensombreció y sus pupilas se contrajeron por la furia. Sin mediar palabra, avanzó con rapidez y la sujetó por el cuello. El repentino ataque dejó a los sirvientes paralizados, con los ojos desorbitados por la sorpresa. Era como si la dama serena y compuesta que conocían se hubiera desvanecido, reemplazada por la personificación misma de la venganza.

Chloe jadeó, luchando por respirar bajo la presión implacable de la mano de Eleanor. La desesperación se apoderó de su mirada mientras arañaba la mano que la oprimía, su cuerpo sacudiéndose en un intento frenético por liberarse. Balbuceó una súplica casi inaudible.

Eleanor la soltó con una expresión glacial, y su voz cortó la tensión en el aire. "¿Dónde están mis padres?", preguntó.

Chloe titubeó, retrocediendo para tomar aire y recuperar el aliento. Su arrogancia vaciló por un instante, pero recuperó la compostura rápidamente. "Tu padre está en la comisaría, rindiendo declaración. Si te disculpas...".

La voz de Eleanor, grave e inflexible, la interrumpió. "Si a mi padre le sucede algo, me aseguraré de que la familia Marsh pague las consecuencias". Dicho esto, se dio media vuelta y se marchó, con el corazón encogido.

Un torbellino de confusión e inquietud la consumía. Esperaba sentir indiferencia por sus padres biológicos, a quienes nunca había conocido, pero el saber que Maverick había llegado al extremo de enfrentar a los Marsh con un cuchillo despertó en ella sentimientos que no esperaba.

Al parecer, los lazos de sangre eran más fuertes de lo que había imaginado.

En la comisaría, Louis estaba sentado con aire estoico en la sala de mediación, con la mirada aguda y furiosa fija en Maverick y Lily.

La sangre se filtraba a través de la gasa que envolvía su mano vendada, un doloroso recordatorio del ataque. Hervía de ira, deseando nada más que ver a la familia Harris borrada de la faz de la tierra.

Horas antes, Louis se preparaba para la visita del señor Campbell, supervisando los últimos detalles en la residencia. Sin embargo, todos sus planes se vieron frustrados cuando Maverick, en un arrebato de furia, irrumpió con un cuchillo. El ataque lo había dejado herido, una interrupción abrupta en su día meticulosamente organizado.

Ahora, obligado a rendir declaración en la comisaría, su rabia era palpable. Si este caos arruinaba sus planes, se aseguraría de que la familia Harris pagara las consecuencias.

Lily, con los ojos enrojecidos y una angustia visible, miró a Louis. Su voz temblaba al suplicar: "Señor Marsh, fue un impulso de Maverick. Por favor, tenga piedad". Hizo una pausa, luchando por mantener la compostura. "Estamos dispuestos a disculparnos y a ofrecerle una compensación total. Solo le pedimos que firme el acuerdo de conciliación. Haremos lo que usted nos pida".

"¡Lily, no te humilles rogándole a este animal!", estalló Maverick, con la voz cargada de rabia. Sus ojos inyectados en sangre ardían, fijos en Louis, como si quisiera despedazarlo. "Creí que mostraría algo de decencia con nuestra hija, pero en lugar de eso, no solo la rechazó, sino que la trató con una crueldad infinita. Te juro que no descansaré hasta que pague por esto".

"¡Maverick, basta ya!", lo urgió Lily, con la voz quebrada por la angustia. Le dolía el corazón por Eleanor, pero el miedo a que Maverick terminara en la cárcel por su arrebato lo eclipsaba todo. "Si esto se agrava, podrías ir a la cárcel".

"¿A la cárcel? ¿Y qué? Serán unos meses, como mucho...", respondió Maverick con desdén, con la voz ronca por el desafío.

La mueca de desprecio de Louis fue fría y deliberada. Se inclinó hacia adelante, y su mirada pareció cortar el aire tenso de la sala. "¿Unos meses? ¿De verdad cree que el equipo legal del Grupo Marsh es una broma? Usted irrumpió en mi casa armado y con intención de matar. Créame, pasará en la cárcel mucho más tiempo del que se imagina".

Maverick lo miró con los ojos desorbitados, la incredulidad pintada en su rostro. "¡Eso es absurdo! Nunca quise matar a nadie, solo darle una lección". Su voz temblaba en un intento desesperado por defenderse.

Louis se ajustó las gafas con un gesto lento y deliberado, su expresión destilando un desprecio absoluto. "Qué insensato es provocar un caos sin comprender el peso de sus actos. Prepárese para una larga condena, Maverick".

Lily, desesperada, abrió la boca para seguir rogando, pero la mirada afilada de Louis la silenció. Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios mientras se reclinaba en la silla. "Claro que podría considerar firmar el acuerdo. Pero hay una condición: su familia, incluida Eleanor, debe ofrecer una disculpa pública. Y para que quede claro, cada uno de ustedes deberá abofetearse a sí mismo. Solo entonces, tal vez, lo considere".

Maverick y Lily se pusieron de pie de un salto, estupefactos, incapaces de procesar la exigencia de Louis. Era un ataque directo a su dignidad, algo que habían soportado toda su vida. Sin embargo, la idea de ver a su propia hija sometida a tal humillación era más de lo que podían soportar.

"¡Cómo se atreve a exigir algo así, desgraciado!", resonó una voz, fría como el hielo, desde la puerta, rompiendo la tensión en la sala.