¿Me casé con un multimillonario inconsciente?
img img ¿Me casé con un multimillonario inconsciente? img Capítulo 3 El gemelo de un desconocido
3
Capítulo 6 Una reacción intensa img
Capítulo 7 : Un golpe bajo img
Capítulo 8 : El regreso del amo img
Capítulo 9 El divorcio no es una opción img
Capítulo 10 El precio de un mes img
Capítulo 11 : El precio del acuerdo img
Capítulo 12 Un espectáculo repugnante img
Capítulo 13 Cobarde img
Capítulo 14 ¿Acaso lo merece img
Capítulo 15 Chantaje img
Capítulo 16 Adulación img
Capítulo 17 Amenazas veladas img
Capítulo 18 Gatita salvaje img
Capítulo 19 La compostura perdida img
Capítulo 20 : La esposa legítima img
Capítulo 21 : El precio de un berrinche img
Capítulo 22 ¿Acaso intentas romper un récord de velocidad img
Capítulo 23 : Un desafío inesperado img
Capítulo 24 : Los secretos que oculta img
Capítulo 25 No quiero a nadie más img
Capítulo 26 : El tono que te mereces img
Capítulo 27 La acusación img
Capítulo 28 : La guerra silenciosa img
Capítulo 29 : Bajo los reflectores img
Capítulo 30 La esposa img
Capítulo 31 Tienes razón, cariño img
Capítulo 32 Juego de depredadores img
Capítulo 33 : Una lección de humildad img
Capítulo 34 El precio de la arrogancia img
Capítulo 35 Tienes buen gusto img
Capítulo 36 : No soy tan indulgente img
Capítulo 37 : Una esposa impropia img
Capítulo 38 : La verdad detrás de su matrimonio img
Capítulo 39 : ¿A qué se dedica img
Capítulo 40 Más que suficiente img
Capítulo 41 : ¿Quién dejó entrar a esta perra callejera img
Capítulo 42 : Nace una alianza img
Capítulo 43 Quiero que fracase img
Capítulo 44 Toque de queda img
Capítulo 45 : Pasar la noche fuera img
Capítulo 46 : Tumulto img
Capítulo 47 Abuso de poder img
Capítulo 48 Control de daños img
Capítulo 49 Furia ciega img
Capítulo 50 Una tregua incierta img
Capítulo 51 Recompensas y castigos img
Capítulo 52 : La piedra angular del poder img
Capítulo 53 Una petición inoportuna img
Capítulo 54 : Sal del auto img
Capítulo 55 : Un error de cálculo img
Capítulo 56 El alivio del amanecer img
Capítulo 57 : La sombra del pasado img
Capítulo 58 : Alguien podría escucharnos img
Capítulo 59 Quién mueve los hilos img
Capítulo 60 : La gota que derramó el vaso img
Capítulo 61 : Esnob img
Capítulo 62 : Te dejo el resto img
Capítulo 63 : Un talento para la actuación img
Capítulo 64 : Una oferta de cien millones img
Capítulo 65 : Una tentación irresistible img
Capítulo 66 Al borde del abismo img
Capítulo 67 Arruinaste mi vida img
Capítulo 68 No tiene nada que ver con nosotros img
Capítulo 69 : No habrá próxima vez img
Capítulo 70 : Una última advertencia img
Capítulo 71 : Sospechas img
Capítulo 72 : El papel de una esposa img
Capítulo 73 Una mirada reveladora img
Capítulo 74 : Palabras astutas img
Capítulo 75 : Un obsequio inesperado img
Capítulo 76 La pieza complementaria img
Capítulo 77 : Más ingeniosa que yo img
Capítulo 78 La discípula de Zoie img
Capítulo 79 El arte de la reputación img
Capítulo 80 : El arte de la manipulación img
Capítulo 81 : Cuiden a sus maridos img
Capítulo 82 : Una identidad cuestionada img
Capítulo 83 : El peso de un abrigo img
Capítulo 84 : Una fortaleza llamada hospital img
Capítulo 85 Al descubierto img
Capítulo 86 : Una grieta en la fortaleza img
Capítulo 87 Un poco de gasolina img
Capítulo 88 : Una silueta en el vapor img
Capítulo 89 Un refugio en la tormenta img
Capítulo 90 : Una propuesta indeseada img
Capítulo 91 : Un regalo envenenado img
Capítulo 92 : Es mi deber ayudar a aliviar su estrés img
Capítulo 93 Cuentas pendientes img
Capítulo 94 : Una visita inesperada img
Capítulo 95 : El susurro de la discordia img
Capítulo 96 : Todos somos adultos aquí img
Capítulo 97 : Amantes trágicos img
Capítulo 98 Sal a disculparte img
Capítulo 99 En defensa del ídolo img
Capítulo 100 El gran salto img
img
  /  3
img

Capítulo 3 El gemelo de un desconocido

Valerie liberó la amargura que había reprimido durante tanto tiempo. Su voz sonó fría y cortante. Miró al padre y a la hija que tenía ante ella con una indiferencia glacial. El resentimiento, cultivado durante años, finalmente afloró, rasgando la tensión del ambiente como el filo de una navaja.

Durante dieciocho años, Craig la había ignorado, prefiriendo mimar y proteger a su otra hija todo el tiempo.

Alguna vez, Valerie había anhelado su atención y soñado con el amor de un padre. Pero ahora, de pie frente a él, comprendió que ya no lo deseaba.

Su mirada se desvió hacia Javier, que permanecía inmóvil. Él pareció sentir el peso del desprecio de Valerie y, sin darse cuenta, retrocedió unos pasos. Le temblaban los labios, pero no fue capaz de reunir el valor para hablar.

La cobardía que Valerie veía ahora con tanta claridad le revolvía el estómago. ¿Cómo había podido estar tan ciega? ¿Cómo pudo haberse enamorado de un hombre tan débil, tan falto de carácter?

El rostro de Craig se contrajo de ira. Sus fosas nasales se ensancharon mientras la fulminaba con la mirada. "¡Mocosa insolente!", rugió, con la voz temblorosa de furia. "¿Con qué derecho me criticas?", continuó.

"¿Cómo te atreves a hablarme así? ¿Acaso ya no te importa tu madre?". La voz de Craig retumbó, pero detrás de su ira se ocultaba algo más siniestro: una malicia que centelleaba en sus ojos.

Valerie se quedó helada. El corazón le latía con fuerza mientras una ola de pánico la invadía. "¿Mi madre? ¿De qué hablas? ¿Qué le hiciste?", gritó con voz ronca y la mirada encendida de rabia.

Los labios de Craig se curvaron en una sonrisa burlona. "Tranquila. Solo la saqué del hospital", respondió, arrastrando las palabras, saboreando el poder que le otorgaban.

Todo el cuerpo de Valerie tembló, y la furia en su interior amenazaba con estallar.

Su madre era su única ancla en un mundo retorcido. Había dedicado su vida a salvarla. Abandonó la ingeniería mecánica para estudiar medicina con el único propósito de encontrar una cura para ella después del accidente.

Invirtió todo su tiempo, dinero y energía en fundar un instituto de investigación médica, donde logró avances significativos para el tratamiento de su madre.

Y ahora, Craig usaba la vida de su madre como palanca.

Al ver el efecto de sus palabras, Craig resopló suavemente. La furia que había deformado su rostro momentos antes se disipó, reemplazada por una fina y calculadora sonrisa, fría y triunfante.

"Jonathan Holt tuvo un accidente automovilístico", dijo Craig con frialdad, entrecerrando los ojos. "No puedo permitir que Lacey se case para cuidar a un vegetal por el resto de su vida. Pero como tú ya te has deshonrado con algún hombre, puedes ocupar su lugar y hacer algo útil para la familia Brown".

La mente de Valerie era un torbellino.

¿Jonathan Holt? ¿El jefe del Grupo Holt? ¿Un accidente automovilístico?

¿Cómo pudo un incidente tan grave pasar desapercibido?

Pero sus pensamientos cambiaron de rumbo rápidamente. Nada de eso importaba ahora: ni Jonathan, ni el matrimonio.

Lo único que importaba era su madre.

"Libera a mi madre o no obtendrás nada de mí", gruñó Valerie entre dientes. Su voz, aunque ronca, estaba cargada de una determinación peligrosa que helaba la sangre.

La sonrisa burlona de Craig se acentuó, su mirada afilada y fría. Se quitó las gafas con parsimonia y comenzó a limpiarlas como si dispusiera de todo el tiempo del mundo.

"¿Perdón? No estás en posición de negociar conmigo", respondió, con la voz calmada pero impregnada de amenaza. "Mañana vendrá alguien a llevarte con la familia Holt. Si quieres volver a ver a tu madre, harás exactamente lo que te digo. De lo contrario, no me culpes por las consecuencias".

Sus palabras fueron como una bofetada: frías y brutales. Ni siquiera se inmutó al mirar la figura temblorosa y furiosa de Valerie. Era su propia hija, pero para él no era más que un peón en su tablero.

En cambio, Craig centró su atención en Lacey y sacó un botiquín para curarle con cuidado el dedo herido. Su tacto era suave; su expresión, la de una genuina preocupación paternal.

Aquella tierna escena fue una puñalada en el corazón de Valerie. Ver a Craig mimar a Lacey mientras la chantajeaba con la vida de su madre hacía que el dolor fuera insoportable.

Pero no podía permitir que el dolor la consumiera. Por el bien de su madre, Valerie no tenía otra opción. Reprimiendo la ira, tuvo que ceder. Al menos por ahora.

Aunque eso significara involucrarse con la familia Holt, no tenía otra opción.

"Está bien, acepto. Ahora, váyanse de aquí", gritó Valerie. Apretó los puños con tal fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.

Sus labios, secos y agrietados, se sellaron en una línea fina, y sus ojos ardían con una fría determinación.

Obedecería por ahora. Pero una vez que su madre estuviera a salvo, se aseguraría de saldar todas las cuentas: las pasadas y las presentes.

En cuanto se marcharon, Valerie no perdió el tiempo. Se vistió rápidamente, lista para abandonar aquel lugar sofocante.

Pero justo cuando estaba a punto de salir, algo captó su atención y la detuvo en seco.

Sobre la mesita de noche había un gemelo chapado en oro con un diseño inconfundible: una luna creciente con intrincados patrones calados.

Era una creación suya.

El corazón le dio un vuelco. Años atrás, un cliente misterioso le había encargado esa pieza por una suma astronómica: cien millones de dólares.

Había puesto cuerpo y alma en su creación, diseñándolo no solo como un accesorio de lujo, sino también como una herramienta equipada con un localizador GPS y un mecanismo de salvamento oculto. Solo se había fabricado una pieza.

¿Cómo había terminado allí?

La respiración de Valerie se volvió entrecortada mientras su mente trabajaba a toda velocidad.

Quienquiera que fuese el dueño de ese gemelo, no era alguien a quien se pudiera tomar a la ligera. No podía permitirse atraer atención indeseada, no en un momento como este.

Lo recogió. Sus dedos temblaron levemente mientras sacaba una delgada aguja de plata de su bolso.

Con gran destreza, manipuló el gemelo. Un chasquido seco resonó en la silenciosa habitación al desactivar la función de rastreo.

Por ahora, evitaría cualquier problema que eso pudiera acarrearle.

Pero, en el fondo, sabía que no era una coincidencia.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022