Capítulo 10 No pudo contener las lágrimas

Normalmente, Jacob simplemente ignoraría a los extraños; pero, ante las palabras de Sherry, lo más que pudo hacer fue dar una breve respuesta.

Luego de esto, se volvió para echarle un vistazo al plato de Sara y soltar una risa burlona. "¿Quién querrá comer eso?".

La chica echó un vistazo a su plato, que estaba amontonado junto con los otros que Thompson había reservado para ella y se dio cuenta de que Jacob la estaba ridiculizando.

Entonces, Thompson tomó las palabras de Jacob con calma y sonrió: "Me di cuenta de que Sara había estado perdiendo peso últimamente, así que quise ayudarla a recuperar fuerzas. Con todo el trabajo que ha tenido, seguramente olvidó comer a tiempo".

Luego de esto, la miró con afecto y replicó, entrecerrando los ojos:

"Darle comida no va a ayudar en nada; ya sea que aumente de peso o no, seguirá siendo fea".

La frialdad en su voz y sus palabras cortantes naturalmente provocaron a Sara, quien apretó los dientes para murmurar: "Sr. Jacob, tengo que defenderme a mí misma; efectivamente, puede que haya perdido algo de peso, ¡pero eso no quiere decir que sea poco atractiva! Claro, a menos que tus estándares de belleza hayan cambiado recientemente".

Cuando Sherry notó toda la conmoción, no pudo evitar tirar de la manga de Sara para preguntarle: "Oye, ¿qué está pasando aquí?".

"Nada; es solo que, al parecer, algunas personas se empeñan en arruinarme el día", respondió ella, con una voz que no era ni demasiado alta ni demasiado baja. Todos en la mesa pudieron escucharla claramente.

Sherry volteó a ver a Jacob y pudo captar el momento en que este le lanzaba una mirada de hielo a Sara.

Por su parte, Alice también echó un vistazo a la comida en la mesa frente a ella y exclamó con disgusto: "No me gusta la comida de aquí. Se ve barata y poco apetitosa".

A pesar de que dijo esas palabras en voz muy baja, Thompson pudo escucharla con claridad y, entrecerrando los ojos, pensó: '¿Barata?

Tal vez la comida en este restaurante sea normal, pero los chefs son muy hábiles. Cada platillo que preparan es delicioso, y cualquier persona normal babearía por solo un bocado. ¿Cómo puede llamarlo barato solo por los ingredientes? ¡Ni siquiera lo ha probado todavía! ¡Qué mujer tan melindrosa!'.

Estaba desconcertado; siempre había admirado a Jacob por ser un hombre refinado y decidido así que, ¿cómo podría alguien así enamorarse de una mujer como Alice?

Jacob le acarició el cabello a Alice cariñosamente y sonrió. "Esta comida no es apta para ti, ¿por qué no bebes un poco de agua? Ya te llevaré a un buen restaurante para disfrutar de una buena comida más tarde, ¿de acuerdo?".

Luego de esto, se volteó para lanzarle una mirada fría a Sara.

Evidentemente, Alice estaba feliz de que Jacob la defendiera. Entonces, bebió el agua y le dijo a Sara con aire de suficiencia: "¿Tú comes este tipo de cosas normalmente?".

Mirando las judías verdes en el plato, un rastro de desprecio brilló en sus ojos.

Sara arqueó las cejas y respondió: "Sí, de hecho, este es el tipo de comida con el que crecí; gracias a eso, no me convertí en una mujer mimada y consentida como alguien más".

Luego, le lanzó a Alice una mirada extraña, como si con ese "alguien" se estuviera refiriendo a ella.

La verdad era que estaba demasiado cansada para lidiar con todo ese drama; la hipocresía y la arrogancia de la mujer era lo último que necesitaba en ese momento.

Cuando Alice sujetó el brazo de Jacob, Sherry la miró y comentó: "Esta comida es deliciosa. ¿Quién no querría comerla? ¿Acaso no comes cosas normales, Alice? Cuéntanos, tenemos curiosidad por saber... ¿Qué es lo que comes usualmente?".

Sherry siempre había sido una buena persona, y no era del tipo que ofende a alguien a propósito; sin embargo, había notado que, desde el momento en que Alice entró en el restaurante, no había hecho más que menospreciar la comida, la gente y la decoración. Esto le molestó tanto que no pudo evitar decir algo.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Alice, y estaba demasiado furiosa para siquiera responder.

Cuando Sara vio esto, sintió que odiaba a esa mujer más que nunca; ¿cómo podía Jacob conformarse con alguien así?

A pesar de que Sherry había insultado a Alice, él no dijo nada. En cambio, volteó a ver a Sara y le dijo con una mirada de disgusto: "Si tienes algún problema, me lo puedes decir. No es necesario que humilles a Alice".

Ante esto, Sara sujetó su copa de vino con más fuerza, haciendo que las yemas de sus dedos se pusieran pálidas mientras su labio inferior comenzaba a temblar. ¡Llevaba cuatro años siendo su esposa! Nunca esperó que él le caminara por encima de esa forma tan humillante.

"Lo mismo digo para ti", replicó ella con un bufido.

Ante este intercambio de palabras, Sherry se sintió incómoda. De alguna manera se arrepintió de haber insultado a Alice, provocando que Jacob insultara a Sara, pero no podía soportar la mirada tiránica en el rostro de esa mujer. '¿Por qué tendría que aceptar todos esos ataques verbales sin defenderse?', pensó para sus adentros.

Al escuchar las palabras de Sara, un rastro de decepción brilló en el rostro de Jacob mientras miraba a la mujer con quien había estado durante los últimos cuatro años. '¿Cuándo se volvió tan elocuente?', se preguntó. Durante esos cuatro años, ella nunca lo había desobedecido ni confrontado. Al contrario, siempre se había mostrado respetuosa y cariñosa. ¿Acaso había perdido todo su respeto por él después de que se divorciaran?

Solo de pensar en eso se sintió furioso; era como si el aire alrededor de su mesa se hubiera vuelto repentinamente oscuro y sombrío, presagiando una tormenta.

Alice tiró de la manga de Jacob, sabiendo que, sin importar lo que pasara, Thompson defendería a Sara. Simplemente le parecía inútil preocuparse por una discusión tan tonta, y sabía que no sería bueno para nadie si se quedaban. Además, ya había humillado a Sara lo suficiente, así que no había necesidad de provocar una pelea más grave.

"Jacob, actuemos como adultos e ignoremos sus insultos insignificantes. Si seguimos con esto, me temo que no podremos cenar en paz". Luego de esto, la mujer se volvió hacia Sara para lanzarle una sonrisa triunfante. "En verdad eres buena montando una escena".

Después de eso, también miró a Sherry, asegurándose de recordar su rostro. Estaba decidida a que, tarde o temprano, se vengaría de estas dos mujeres.

Al darse cuenta de la expresión de suficiencia en el rostro de Alice, Sherry la miró con desprecio, haciendo que su gesto se volviera obscuro. '¡Qué decepción! Incluso después de todo lo que ha pasado, la gente sigue defendiendo a alguien como ella', pensó.

Cuando Thompson vio que Sara finalmente se había calmado, intentó suavizar las cosas.

"¡Jacob, ha sido una sorpresa muy grata verte aquí hoy! Deberíamos volver a vernos pronto", dijo con una sonrisa.

Pero la expresión de Jacob se volvió sombría. '¿Qué quiere decir con eso? ¿Acaso está intentando que me vaya?', se preguntó.

Al mismo tiempo, Sara levantó su copa de vino para chocarla contra la de Thompson, como si Jacob no existiera, provocando una ola de molestia en su interior.

'¿Son todas las mujeres como ella? ¿Saliendo con otros hombres poco después de haber firmado sus papeles de divorcio?', reflexionó amargamente.

"Sara, te recuerdo que sigues siendo mi esposa, así que no deberías comportarte de forma tan imprudente en público. Te convendría cuidar tus modales y no hacer el ridículo", espetó.

Sin embargo, Sara ya estaba cansada de escuchar las mismas palabras una y otra vez. '¿No podría decir algo más para variar? ¿Algo así como que no lo permitirá?'. Tan pronto como pensó en esto, se burló de sí misma por seguir creyendo en su matrimonio. Estaba a punto de responder, pero se tragó sus palabras cuando vio a Jacob moverse hacia Alice para acariciarle suavemente la mejilla y secarle una lágrima. "Mejor vayamos a un lugar más agradable para cenar. No pierdas tu tiempo llorando por sus palabras. Hoy es un día maravilloso; no puedes dejar que te amarguen el estado de ánimo.

Después de cenar, iremos de compras. Me dijiste que querías el anillo de diamantes de cincuenta quilates que vimos ayer en la joyería, ¿cierto?", dijo él en voz baja, como si quisiera lastimar a Sara deliberadamente. En cuanto ella lo escuchó decir "anillo de diamantes", un terror sin nombre la invadió.

Estaba sorprendida, pero hizo todo lo posible por no demostrar sus verdaderos sentimientos.

Hacía solo un año, Jacob le había prometido llevarla al joyero para mandar a hacer un anillo de diamantes para su cuarto aniversario de bodas.

Ahora, la esperada fecha había llegado pero él rompió todas las promesas que había hecho. La dejó sin pensarlo dos veces solo porque Alice había regresado, tirándola como si fuera un trozo de papel; como si todo su matrimonio no hubiera significado nada para él. Simplemente había terminado su relación de cuatro años alegando que ya no tenía la paciencia necesaria para lidiar con ella. Y ahora, Alice estaba aquí para recordarle lo poco que el hombre la necesitaba.

Sara se apresuró a beber el vino, sintiéndose impotente; no sabía si todo esto estaba sucediendo de verdad o si solo estaba soñando.

¿Podría ser solo una pesadilla? Quizás Jacob todavía estaba enamorado de ella, ¡tenía que ser así! Todo era perfecto hasta el día en que apareció Alice.

Una lágrima rodó por la mejilla de Sara. Palabras como "angustia" y "desesperación" no podían siquiera empezar a describir el tipo de dolor por el que había estado pasando últimamente.

Por lo general, era muy buena para mantener la calma, pero ahora le era imposible contener las lágrimas.