Jamás he vuelto a ver belleza semejante a la tuya, resplandeciente, angelical, tu sola presencia era capaz de inspirar el momento más sombrío de mi existencia...
Eunice era su nombre gloriosa mujer esculpida por los dioses sus caderas eran siluetas igual que gigantescas montañas bastas de naturaleza en primavera, sus ojos eran dos guirnaldas que derramaban miel, su cabello ondulado era como hilos dorados que ondeaban a su caminar.
Pero lo que más me volvía loco era su blanca piel igual que leche fresca, enigmática mujer, tu voz me intrigaba a las más bajas pasiones y perversiones de un hombre enamorado.
Solo basta con cerrar mis ojos y recordar tu esplendor entrando a este mundo lleno de sombras, en mis recuerdos solo puedo verte , aun eras un niña pequeña cuando fui atraído por tu singular belleza, me volvía tu completo esclavo con solo observarte saltar una cuerda mientras cantabas una absurda canción infantil, aun no eras una mujer pero yo sabía que estaba enamorado de ti.
Pero antes de continuar debo presentarme ante ustedes mi nombre es Tobías y vivo en una pequeña granja cerca de la ciudad de Piedras Negras del bello estado de Coahuila, estamos por iniciar en unos cuantos días el año 1960, nuestro trabajo es honrado y nos permite sobrevivir, ahora relatare como floreció el más profundo amor entre nosotros aunque debo errar pues el amor realmente era mi secreto oculto de cualquiera que intentara verlo tras esta mascara que yo mismo portaba mientras amaba su caminar de aquella ninfa de cabellos dorados y tierno aroma de rosas .
En mi día era una rutina verte sonreír jugando con sus muñecas, confiabas en mi pues sabias que te protegería del más mínimo insecto cerca de ti hasta los momentos en que tu vida tuviese riesgo alguno.
Yo apenas y cumplí trece años, tu mi amada Eunice solo tenías siete años de vida y ya te habías convertido en la musa que iluminaba mi existencia , con el paso de los meses que rápidamente se volvieron años , tú te convertiste en una adolescente , la pubertad había llegado a ti.
En cambio yo me sentía más que un hombre por completo realizado apenas tenía 19 años pero mi sentir era mayor. Continuaba protegiéndote de los hombres quienes constantemente comenzaban a acecharte por tu deslumbrante belleza, si afirmo ahí continuaba y así seguiré siempre junto a ti.
No podía evitar sentir enojo pues la impotencia crecía cada vez más dentro de mí, tus ojos me tenían hechizado y tus labios me invitaban sin vacilación a la profanación de los mismos.
Tenía que suceder después de las constantes insinuaciones de Eunice hacia mi terminarían en lo que sería mi ruina en este mundo, el mismo en el que ella y yo vivimos. Era simplemente inevitable...
Ore junto a mi almohada por horas enteras suplicando a Dios por alejarte de mí, pues tu sola mirada era lo más parecido a un manjar lleno de suculentos platillos, ahí visibles y alcance de un hombre hambriento, yo era un hombre lleno de hambre y deseo por ti, siempre a tu lado y tu junto a mí el éxtasis crecía sin detenerse.
Pero me temo mis oraciones no han sido escuchadas pues para este pecador es imposible el perdón ante la búsqueda de la aberración que en mis sueños no deja de existir, de la profanación que con mis ojos realizo tras la ventana de tu habitación al verte ahí recostada, sin más desear pues eres la perfección, no existe nada en ti mi bella Eunice que deseara o pudiese cambiar.