A los pocos quienes llegar a cuestionar mi frívola actitud hacia los jóvenes mismos en algunas ocasiones se atrevieron a invitarme a salir, solo dije unas palabras mismas que aun confirmo y fueron "solo puedo amar a una mujer, y a nadie más, esperare por ella".
La mayoría se burla de mis palabras pues creían que era solo una broma que quizá solo justificaba mi soledad, pero yo sabía la verdad era cierto mi corazón solo pertenecía a Eunice y nada más.
Eunice comenzó a integrarse en un grupo dentro de la iglesia para jóvenes mismos que incitaban conductas estrictamente morales, ella se convirtió en una firme devota de sus convicciones, su hermosa voz al pregonar dentro de la iglesia era semejante a escuchar un ángel que llenaba de luz con su sola presencia.
Ella comenzó a convertirse en una joven ejemplar quien fervientemente creía en el matrimonio y las sanas conductas tales como guardar su pureza hasta el matrimonio, misma que solo entregaría al hombre con quien decidiera pasar el resto de su vida, yo soñaba como un lo convertirme en ese hombre, pero incluso al comenzar a ver su angelical rostro en mis sueños seguidos de su espalda desnuda ante mí era incapaz de tocar siquiera su hombro.
Una controversia constante inundaba mis pensamientos una y otra vez pues mi amor era tan puro hacia ella, mi deseo era cada vez más intenso pero sin embargo mi postura dentro de la sociedad me hacía rehusarme amarla igual que un caballo salvaje al ser atado por primera vez, la lucha es intensa.
Así transcurrieron meses, largos para algunos, pero ideales para un hombre como yo cada minuto de mi existencia a su lado era irrepetible, verla comer es todo un espectáculo, escuchar hablar de sus amigas me divierte ella es mi perfecta mujer.
Aunque Eunice poco a poco se convierte en una mujer, confió plenamente en ella, sé que entenderá las voces secretas que encierran mi mirada al verla, lo hará estoy seguro de ello, pues mis ojos gritan con desesperación lo que mi corazón con impotencia calla.
Yo me encontraba tan confiado en ello que no importaba lo que a mi alrededor sucedía , tanto así que no había notado como parte de mi juventud se iba escondido tras las cortinas observando a la bella Eunice.
Pero repentinamente el armónico ritmo de mi vida comenzó a cambiar, Eunice cumplió 20 años el día de ayer, le di como obsequio un hermoso ramo de flores, en su mayoría lilas con pequeños ramilletes alrededor de ellas, era la expresión perfecta de su fragancia al caminar, al tomarlo de mis manos solo sonrió prendiendo a mi mejilla un cálido beso de agradecimiento.
Todo para mi marchaba excelente, mi padres habían preparado en su honor una modesta cena familiar donde algunos de nuestros allegados estarían presentes, yo por mi parte tenía preparada una sorpresa para ella, al anochecer donde expresaría entre poesía la gloria que su presencia emanaba para quienes la amábamos.
Pero repentinamente todo cambio lo parecía ser una velada familiar se tornó de gris pues Eunice también nos tenía preparada una sorpresa a todos en la reunión.
Al oír el timbre sonar en nuestra puerta sabía que algo pasaba, así fue ,Eunice corrió a la puerta y con una enorme sonrisa recibió a Esteban, un joven a quien la vida había tratado bien , pues era hijo de conocidos comerciantes en el pueblo a quien sus ganancias les permitían llevar una decorosa vida.
Esteban era un joven lleno de proyectos ambicioso por no errar, entre uno de ellos se encontraba conquista el corazón de mi pequeña e inocente hermana, sé que quizá lleno en terror adelanto mis más sombrías perspectivas, pero estoy seguro que no debo menospreciar sus intenciones pues es un joven que puede resultar ser muy atractivo a cualquier mujer en su camino.
Esa noche fue la primera vez que vi a Esteban, pero no la última pues en la ya mencionada cena de cumpleaños para Eunice ella solo lo presentaba con un entrañable amigo, todos en la reunión le sonreían y mostraban empatía hacia él, solo yo era capaz de entender la gran maldad de la que era capaz este joven, nada más y menos que profanar el corazón de la dulce Eunice.
Días después la presencia de Esteban en nuestro hogar fue cada vez más continua y sus pretextos para estar cerca de Eunice eran cada vez más burdos; mis padres parecían sentirse cómodos con la presencia de aquel joven en casa pero yo en cambio lo veía como un intruso buscando el tesoro más grande mi pequeña e inocente hermana...
Como era de esperarse Esteban no tardo en comenzar a cortejar a Eunice con pequeños regalos llenos de palabrerías vacías,era imposible ocultar mi enojo así que evitaba verlo a los ojos no era más que un joven incauto.
Después de algunos días no se convirtió en sorpresa la noticia de que ambos iniciarían lo que parecía ser un noviazgo, las mejillas de Eunice se sonrojaban cada vez que Esteban volteaba a verle, estaba realmente ilusionada.
Al principio creí que sería solo un noviazgo pasajero, un capricho por no exagerar, que simplemente pasaría inadvertido con el paso de los días, así que me dispuse a esperar para que al terminar y pudiese sin interrupción alguna disfrutar nuevamente de la belleza de Eunice solo para mí.
Pero ante todo, comencé darme cuenta de la equivocación en la que había caído pues la relación llevaba ya algunos meses mientras solo se veía como se fortalecía cada día más .Mis pensamientos solo rondaban alrededor de causar la separación en esta relación pero me dolía pensar en el sufrimiento de mí amada Eunice.
Comencé a idealizar la manera en la que podía alejar a Esteban del lado de Eunice, de tal manera que ella comprendiera que este hombre no sería capaz de amarla con la intensidad que ella merecía.
Decidí acercarme a Esteban esperando entablar una supuesta amistad a fin de conocerle, pero sobre todo ver su debilidades, sus verdaderas flaquezas, no podía al final tener todo siendo un joven con apariencia triunfadora.
Al aceptar salir juntos a tomar un inofensivo trago, su comportamiento parecía inmutado, correcto pensé que quizá solo se esforzaba por mentir mientras controlaba sus impulso reales de los cuales yo estaba seguro los había.
Sin embargo al pasar las horas y tras varios intentos por descubrir más detalles de su personalidad, todo fue en vano, el aprecia el joven indicado para mi bella Eunice.
Al regresar a mi hogar me sentía lleno de frustración y me preguntaba constantemente si ¿era realmente un pecado amar de esta manera a Eunice?, pensaba tanto en ella, soñaba en tomarla de la mano, despertar junto a ella, y sentir con mis labios sus tan prohibidos besos.
Los siguientes días para mí se convirtieron en largos y pesados pues no creí que Eunice llegara al momento justo en que el amor tocara sus puertas, la impotencia de no ser un rival para Esteban me carcomía por dentro, la sola idea de pensar que en algún momento de desesperación confesaría mi amor a Eunice era simplemente bochornosa.
Comencé a sentir deseos de no despertar, no bajar de mi habitación, pues no podía enfrentarme a la felicidad de Eunice, no estaba preparado para ello. Debía encontrar una salida a este martirio que vivía diariamente en lo que hasta el momento era el lugar donde vivía el amor.
Pero todo esto tenía que pasar, aunque yo no estuviera preparado para asimilar lo que sucedía, ver por la ventana los besos que Eunice recibía de Esteban al despedirse eran insoportables para mí no podía siquiera dormir por las noches pues la rabia acumulada era cada día más.
Así que tome una de las decisiones más acertadas en mi vida, creo que fue lo mejor para Eunice, para mí y sobre todo para salvaguardar el intenso amor que ocultamente le profesaba.