Capítulo 3 Disfraces

No puedo olvidar mi raíces y de aquellos que inculcaron en mi los más recatados mandamientos a seguir, leyes marcadas por estrictos manuales religiosos, siempre creí en Dios y en su bondad más nunca imagine encontrar la felicidad en medio de la perversión y profanación de Eunice.

Mi espíritu se resistía a sus encantos, recitaba en mi habitación mil y un plegarias esperando la atracción ferviente hacia Eunice terminara, todo era en vano, mis días y sobre todo en las largas noches mis fantasías y sueños eran enteramente de ella.

Mi cortesía hacia Eunice era diariamente confundida con cordialidad y buenos modales frente a mis padres y todo el pueblo, el lugar donde radico es pacífico lleno de vegetación, mis padres poseen una pequeña granja, el aire que se respira aquí es puro y fresco.

Cada semana asisto puntualmente a clases de catecismo y busco sin cesar la aprobación del párroco en la iglesia, con devoción pido en mis plegarias desear de amar profanamente a Eunice.

Aunque no lo esperaba y luchaba contra mis turbios pensamientos, llego el momento más crucial en mi vida, mismo para el cual un joven incauto de 17 años no está listo, una revelación para lo cual faltaba lo que muchos llaman madurez.

A continuación relatare para ustedes con la más sublime dulzura el momento en el que tome la decisión más drástica en mi vida misma que definiría el destino de nosotros.

Pero antes de comenzar con el relato diré lo difícil que fue sacar de mis pensamientos a tan corta edad el sentimiento de culpabilidad por este amor , este pecado que me atormenta con solo mencionarlo, aunque en mis sueños me convierte en el hombre más feliz .

Ahora sin temor alguno comenzare a relatar el momento más glorioso de mi existencia hasta este momento, la revelación que más que esto fue la respuesta que dio sentido a mi existir...

Era para mí lo que parecía ser un día más que ordinario con el sol de mediodía en pleno apogeo, sus rayos eran tan fuertes y luminosos que solo los valientes se atrevían a exponerse a su rigor. Yo aun con pocas responsabilidades decidí dejarlas de lado y refrescarme un poco descansando sobe una vieja tabla de madera bajo la sombra de un frondoso árbol.

Me encontraba en un momento de relajación donde mi mente descansaba profundamente al compás de mi cuerpo, es ahí donde repentinamente escuche su voz; era Eunice al oírla carcajear cerca mi piel comienza a erizarse interrumpiendo el momento de relajación.

Corría ocultarme justo detrás del árbol tratando de pasar totalmente inadvertido pues Eunice estaba acompañada de 2 jóvenes más con quienes habitualmente solía pasear.

En medio del éxtasis de su juventud Eunice y sus jóvenes amigas comienzan a danzar simulando ser artistas de alta rango, al principio era más mi curiosidad, pero después comencé a seguir solo los pasos de la bella Eunice, acorde a los cantos que de su boca salían, tan perfectos...

Repentinamente Eunice comenzó a girar tal cual una hermosa y delicada bailarina, no podía dejar de admirarla, jamás había encontrado semejante pureza en un acto simple, ella seguía danzando mientras yo continuaba enamorándome perdidamente de ella.

Eunice y sus amigas dejaron el lugar después de divertirse por instantes, pero yo me encontraba completamente petrificado, su cabello, piel y labios me enloquecían pero después de ver el girón de su vestido desplegando belleza absoluta pude darme cuenta que no podría vivir sin poseer a esa angelical mujer, a la deslumbrante Eunice.

Había resuelto el propósito de mis días, era imperativo tenerla a mi lado, he decidido vivir en la hipocresía y el pecado, lo prefiero pues he encontrado el amor, aunque hasta ahora para muchos es imposible pues Eunice es mi hermana.