Capítulo 4 Cuarto Capítulo

-¡¿Ascher?! -lo llama y aunque su vista está pendiente de la carretera, ella siempre tendría su atención.

-¿Si señorita Ryan? -Mira a los lados antes de cruzar el semáforo en verde.

-Tienes permiso de faltarme el respeto. -Ella se siente tranquila al sacar este tema y aunque hace unos momentos Ascher tenía pensado hacerlo, queda confundido a lo que acaba de decir.

-¿Cómo así señorita Ryan? -Que él le diga así le irrita un poco y le pone los ojos en blanco.

-Me refiero a que me muestres todo de ti hasta tu lado más oscuro, quiero que si eres un chico atrevido, puedes serlo conmigo, te lo digo o te doy permiso por el hecho de que si vamos a ser pareja, no quiero que temas a tener un apetito sexual conmigo solo por mi pasado, créeme que necesito esto, no quiero seguir teniendo la idea que todos los momentos sexuales son en llanto y, contigo aquella vez que lo hicimos nunca me sentí mal, de hecho quise más, pensé que por mi pasado nunca viviría mi vida sexual, pero contigo quiero vivirla, así que por favor no te cierres por respetarme, quiero que seas como eres y yo decidiré si eso me afectará o no, ya sea tanto de forma positiva o negativa. -Ascher lo entiende y le ha dejado una gran sonrisa, se lo ha hecho más fácil, pues su plan era ayudarla poco a poco a tener una vida sexual buena, ya que esto es necesario para lidiar con su trauma de varias violaciones.

-Entiendo preciosa, y gracias, siento que me has leído la mente, ya que hace unos momentos me sentía un poco mal por besarte, cómo si hubiese abusado de ti y no quiero eso. -Él también se sincera, ella coloca su mano a su nuca y acaricia su cabello.

-Ya no tengas más miedo, yo estoy bien, jamás te compararía con un violador, por eso quería aclararte, sería súper incómodo y me sentiría mal si no me quieres demostrar tu lado más sensual, podría sentir que no me deseas o algo así. -Suspira satisfecha.

-Me alegro que lo hayas hecho, y ¿no desearte? Sería imposible cumplir eso. -Toma la mano de ella que tenía en su nuca y la lleva a sus labios para besar su piel con adoración-. Por cierto, toma. -Abre la guantera de su auto y saca una caja pequeña-. Tú nuevo teléfono, te lo regalaría, pero la señorita acá lo desea prestado. -Le pone ojos en blanco algo divertido.

-Tengo trabajo, no tienes por qué tener este tipo de detalle conmigo, así que sí, solo será prestado. -Trata de hacerlo entender y él obligadamente lo acepta.

Ya esto se estaba evolucionando, podrían tener momentos sexuales sin sentir miedo o incomodidades, pues sería triste tener una pareja y no tener sexo por un trauma psicológico, cada persona tiene la manera de superarlo y Holly simplemente lo hizo viendo el lado bueno de la vida, no me refiero a que le vio el lado positivo a una violación, sino que simplemente ella no tiene por qué comparar a violadores con alguien como Ascher, que ha sido un chico tan dulce y paciente.

Primera semana de trabajo y digamos que Holly estaba mejorando un poco más, una vez que Ascher siempre la dejaba en el trabajo él se dirigía a su oficina, que por cierto parecía como un padre llevando a su hija al prescolar, estaba siendo protector o quería aclarar en pocas palabras que ella es su novia y debían respetarla, sin embargo, Holly lo ha entendido y prefería que su jefe, el señor Crow, la regañara si era necesario para corregirse y tal vez Holly lo haya mal interpretado.

Ascher cuando hizo esa acción no fue para que nadie le reclamará algo, simplemente fue para que no abusaran de ella, pero tal vez todos lo mal interpretaron como para no meterse con la novia del jefe, esto le podría traer enemigos a Holly, seguramente lo creerán injusto, pero eso no les importará, ya que nadie sabe cuántas goteras tiene el techo de la otra persona.

-¡Charlie! -habla por el intercomunicador.

-¿Sí? Joven Basquin -responde a su llamado desde el otro lado de la oficina.

-En unos minutos Holly tendrá su hora de descanso, por favor búscala y la traes, dile que la invitaré a comer -dice un poco ocupado recogiendo sus papeles para preparar todo.

-Sí señor. -Suelta el botón del intercomunicador y se levanta de su escritorio, estaba algo irritada-. Está mocosa hará que mi jefe no se concentre de nuevo. -Charlie estaba celosa y obviamente le molestaba que él siempre estuviera pendiente de Holly.

Charlie llega a la cafetería y espera a que Holly tenga su descanso, una vez sonada la campana, ese sería el descanso de Holly, ella se dirige al mostrador y antes de que Holly entregue su delantal a su compañero para que la suplante, le habla.

-El joven Basquin la ha invitado a comer y la está esperando ahora mismo en su oficina. -Trata de ser respetuosa y amable, ya que primero era su trabajo que estar pendiente de su jefe.

-Qué raro, normalmente él baja a verme. -Se extraña y Charlie voltea sus ojos.

-Estaba muy ocupado, así que sígueme -ordena y se da la vuelta.

A Holly no le gustó para nada su actitud, pero no haría nada, pues a ella no le gustaba los problemas, aunque un día la pondría en su sitio si se pasa de la raya. Holly hizo casó y ha seguido a Charlie, quedó muy impresionada de como el edificio estaba impecable y ordenado, tenía bastante control, eso quería decir que Ascher es un excelente jefe, suben al ascensor y se dirigen al piso doce, el último piso, una vez llegado a él, Charlie camina por el largo pasillo guiando a Holly a la oficina de Ascher, al llegar Charlie toca la gran puerta.

-¡¿Sí?! -grita desde el otro lado.

-La señorita Ryan está aquí joven Basquin -dice su asistente profesionalmente.

-¡Hazla entrar por favor! -Estaba emocionado.

Charlie abre la puerta y sin mirar a Holly le hace señas para que entre, Holly no le toma importancia y entra, queda fascinada ante la sorpresa de Ascher, habían pétalos en el suelo guiando a la mesa, una mesa con un mantel rojo junto con un jarrón de rosas blancas y orquídeas moradas, más unos platos tapados y dos sillas, se veía tan romántico y no solo por eso, también por el gran ventanal de su oficina quién tenía vista de la ciudad y en este momento del atardecer.

-¡¿Ascher?! -Camina entre los pétalos y se cierra la puerta, comienza a buscarlo con la mirada, su oficina era muy grande, podría ser hasta un pent-house.

-Estoy aquí señorita Ryan -responde detrás de su escritorio.

A mano derecha a la vista de Holly, él buscaba alguna bebida alcohólica para su cita en aquella nevera pequeña de su oficina, al encontrar la bebida se reincorpora, cierra la nevera y se dirige hacía Holly.

-Solo estoy en mi hora de descanso Ascher, ¿qué es todo esto? -Tenía una sonrisa que no se la podía quitar nadie, él deja la hielera con la botella en la mesa, toma una silla y la echa hacía atrás.

-Siéntate. -Le sonríe, ella hace caso y luego la ajusta en la mesa como todo un caballero, se dirige al otro lado de la mesa y se sienta.

-Muy bien, ahora cuéntame, ¿qué es todo esto? -Está extrañada, pero su felicidad no se borra.

-Es una cita Holly, quiero hacer las cosas bien antes de ser novios. -Toma una de sus manos y la besa.

-Entiendo. -Respira hondo y destapa su plato-. ¿Qué comeremos hoy? -Sonríe.

-Sushi, sé que también es tu favorito, estuve tan ocupado que no pude cocinarlo yo, pero pedí la orden a uno de los mejores restaurantes de comida japonesa del país. -También destapa su plato y tal vez se siente mal por no haber hecho la comida él.

-No te preocupes, solo me importa tu intención y en como haces que cosas tan sencillas como estás me hagan feliz. -Se había dado cuenta de su sentimiento y trata de animarlo con su verdad.

-Gracias. -Vuelve a besar su mano y la ve muy sonriente, por fin había encontrado a una chica que no le iba a exigir más de la cuenta, simplemente lo valoraba y eso le gustaba a Ascher.

-Muy bien, comamos, en unos minutos tendré que trabajar nuevamente. -Toma sus palillos y Ascher asiente.

-Tienes razón señorita Ryan. -Está de acuerdo con ella.

-Entonces me parece que tú bebida no lo tomaremos hoy. -Lleva una rodaja a su boca.

-Tal vez. -Alza sus hombros un poco inocente-. Podría guárdala para otra ocasión -sugiere.

-Pues sí, además, se ve deliciosa, ¿qué es? -pregunta muy intrigada.

-Es un vino llamado La Española, es espumante y muy deliciosa, tiene sabor a fresa. -Ella asiente lentamente.

-Seguramente debe ser carísimo, no debes gastar tanto para poder disfrutar cosas conmigo Ascher. -Se siente un poco mal y él ríe levemente.

-Esa botella sinceramente no cuesta nada, yo no compro cosas por lo caro que sean señorita Ryan, yo compro lo que quiero y porque me gusta -le aclara muy amablemente.

No lo había dicho con mala intención, sabe que tiene mucho dinero para no importarle el precio, pero sinceramente no valía nada para lo que él suele gastar.

-Entiendo. -Sonríe satisfecha con su respuesta, no podía tomarlo mal-. Ya no estoy con Tim, ¿cuándo dejarás de decirme señorita Ryan? -Ladea un poco su cabeza-. Pareces un viejo prematuro -se burla e impresiona a Ascher, este juego sería de dos, pero él quería lograr otra cosa.

-¿Te molesta? -Arquea una ceja y sonríe con picardía.

-Un poco -dice muy sincera.

-De acuerdo, tal vez lo siga diciendo porque te ves tan adorable cuando te molesta que te lo diga, podría decir que hasta me excita tu rostro cuando te irritas por esa pequeña palabra o también el hecho de decírtelo es muy excitante para mí -hablaba despacio y provocador.

Quería que cada palabra la escuchará muy bien, ella tal vez se arrepiente de haber sacado el tema, pero no sabía que llegarían a eso, traga saliva y no sabe que decir, Ascher estaba siendo bueno provocando, decirle eso le había gustado a Holly.

-Pero si realmente no te gusta, yo podría dejar de decírtelo. -Se vuelve un inocente y a Holly le molesta un poco, él era un genio, sabía lo que quería llegar.

-Mmm ya, y ¿por qué justamente esa cara o esa palabra te excitan? -Ella cruza sus piernas para tener un poco más de control en ellas, quienes temblaban por las palabras de Ascher.

-¿Deseas que te lo diga o que te lo demuestre? -Da media sonrisa perversa y encanta a Holly.

-Yo, yo, yo tengo que ir a trabajar -tartamudea ante provocadora situación.

-Tienes razón, entonces seguiríamos este tema después, ¿cierto? -pregunta para ver si estaba de acuerdo.

-No serías capaz. -No puede creer este lado de Ascher.

-¿Cuánto quieres apostar señorita Ryan? -La desafía con una mirada encantadora.

Holly no podía creerle, ella le dio permiso, pero no creyó que fuera tan así y le quedaba jodidamente bien, realmente le encantaba que tuviera ese lado juguetón, por un momento pensó que solo era el chico bueno y no tenía un lado travieso.

-¿Y si no quiero? -Lo pone a prueba y él se sobresalta, tal vez se siente un poco mal, pero recuerda lo que ella le dijo en el auto.

-Entonces respetaré tu decisión, pero nunca está de más que sepas que me excita un poco molestarte. -Vuelve a besar su mano y Holly nuevamente está hechizada por él.

¿No podía ser más perfecto? Obvio no, tenía sus pequeños defectos, pero eso lo volvían ser él y como es, es perfecto.

-¿Por qué tú oficina está en el último piso? Nunca has pensado en lo cansado que estarás si se va la luz o se llega a dañar el ascensor. -Saca un tema nuevo.

-Para eso tengo trabajadores y mantener todo arreglado en todo el edificio -se explica muy seguro de ello.

-¿Y si existiera esa posibilidad? ¿habría otro plan? -Ascher ríe un poco, no sabía a dónde quería llegar con esto.

-Tengo un helipuerto, podría bajar en él -dice un poco pensativo.

-¿Y si no tuvieras helipuerto? -Lo reta y él abre bien sus ojos.

-¡Holly! -Sigue riendo y niega su cabeza.

-Admite que tú oficina está en lo muy alto. -Se pone cómica.

-No, sé que lo dices porque te dan miedo las alturas -se burla un poco y ella asiente riendo.

-Solo un poco -admite entre risas.

-De igual forma respondiendo a tu pregunta, si no hubiera helipuerto, bajaría las escaleras o compraría un tobogán. -Ella ríe y le pone ojos en blanco.

Estaba siendo un poco creído, ella ignora su respuesta y se acuerda de algo, era muy importante que su mente no ha olvidado.

-¿Te puedo preguntar algo? -Tenía miedo de saber, pero quería matarse esa duda.

-Por supuesto preciosa, lo que sea. -Le sonríe y le transmite confianza.

-Si Tim le pagaba a mis padres para tenerme controlada, ¿cómo le hiciste para que te permitieran entrar a la casa? ¿acaso les ofreciste dinero para poder verme? -Ascher queda atónito y está nervioso, lo ha tomado por sorpresa esa pregunta.

-No Holly -responde después de un largo rato-. Tal vez le haya puesto precio a tu vida para que Tim te dejará en paz, pero nunca le ofrecí dinero a tus padres para poder verte, simplemente entre a tu casa siendo yo, no sé la razón del porque me dejaron entrar, pero me alegro que así haya sido. -Sonríe y se siente mal por haberle mentido, pero espera que la haya convencido.

-Gracias por responder. -Está satisfecha con lo que ha escuchado y al parecer no sospecha nada, sinceramente le asustaba que él hubiera hecho tal propuesta solo para verla, no quería que fuera un indicio como el de Tim, Ascher ve su reloj y suspira.

-Bueno, terminó tu hora de descanso señorita Ryan. -Él se levanta para poder arrimar su silla como todo un caballero, pero ella se adelanta y se levanta también.

-Hasta luego, joven Basquin. -Sonríe un tanto burlona.

Tomo el hombro de Ascher, se pone de puntillas, le deja un beso cerca de los labios y se voltea, Ascher no se quedará con eso, así que sujeta su mano y tira de ella para juntar sus cuerpos.

-Te gusta mucho jugar señorita Ryan. -Le sonríe algo travieso y ella asiente divertida, se acerca a su oído y le susurra-. Pues entonces este juego es de dos.

Hace un camino de besos desde su oreja hasta sus labios, disfruta cada pedazo de su piel y queda atontado con sus labios, Holly le sigue el beso y estos se movían despacio, Ascher coloca la mano en su lomo y la otra en su cuello mientras acariciaba la mejilla con su pulgar, ella baja la mano más cerca de él a su trasero y Ascher la vuelve a subir creyendo que se había equivocado, pero ella vuelve a bajar su mano y esta vez Ascher toma acción comprendiendo su permiso y la aprieta, eso sería un gran inicio para comenzar su calentura.

-Me tengo que ir -interrumpe su beso.

-Está bien, cuando terminé acá, te esperaré para llevarte a casa. -Besa sus labios nuevamente y luego la suelta con delicadeza, la acompaña hasta la puerta y una vez que sale, vuelve a su oficio.

            
            

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