-Aún no señora Saltzman... Pero prometo tenerlo mañana. -Estoy dándole la espalda, no quiero voltear y encontrarme con su rostro furioso. Da mucho miedo cuando se encuentra en ese estado.
-¡Mañana, Mañana! Eso me dijiste hace una semana... Si no tengo el pago mañana a primera hora te echaré a ti y a tu madre a la calle, no me importa que esté enferma, esto es un negocio no una casa de beneficencia. -Me sobre salto cuando azota la puerta de su apartamento al entrar.
Cierro mis ojos por un segundo, ¿Ahora que voy hacer? Si no tengo para mañana lo de la renta nos echará a la calle, y estoy segura de que lo hará...Por un momento Jessica llega a mi mente recordando su propuesta.
¿En que diablos estás pensando Catherine?... ¿A caso quieres venderte? Niego enseguida con la cabeza.
Retomo mi camino hasta entrar al pequeño cuarto de cuatro paredes que me rodea, todo se encuentra en penumbras a excepción de la poca luz que se filtra por la puerta entre abierta del cuarto de mi mamá.
Ella se ha quedado dormida esperándome, le he dicho muchas veces que no se preocupe por mí, pero para ella siempre seré su bebé, aun cuando me case y tenga hijos, sonrío con nostalgia, dudo mucho que llegue a casarme y formar una familia, apenas tengo tiempo para dormir, no tengo ánimos ni fuerzas para pensar en el amor en este momento.
Solo estoy dedicada a cuidar de mi mamá, ella es todo lo que tengo después de que papá muriera hace diez años, y luego de eso le detectaran la enfermedad en su corazón, yo soy el sustento para ambas. Le doy un beso en la frente y se remueve al sentirme.
-¿Caty?... -susurra entre abriendo sus ojos somnolientos.
-Shhh... Duerme ya estoy aquí -le digo con ternura.
-¿Vas a cenar?. -Trata de pararse, pero la detengo.
-No te preocupes ya cené. -Miento. La verdad solo desayuné lo que me dieron en el café, pero no importa, no es como si fuera la primera vez que me quedo sin comer. Hay unos cuantos huevos hervidos que serán su comida de mañana, no quiero quitárselos, ella los necesita más que yo-. Duerme, yo iré a dormir igual.
La beso de nuevo, se recuesta y apago la luz antes de salir a la sala y acostarme en el único sillón viejo que tenemos, donde duermo desde hace mucho. Me tapo con una manta delgada mirando la oscuridad del cuarto, pequeñas lagrimas empiezan a rodar por mi mejilla, mi vida es una mierda. ¿Por que es tan difícil querer estar bien? Un techo donde vivir, donde no falte un plato de comida en la mesa, donde mi mamá no esté muriendo por una maldita enfermedad. No importa cuanto me esfuerce o cuanto trabaje, no puedo tener lo que quiero, no pido lujos, ni cosas ostentosas solo pido sobrevivir.
El sonido de mi mamá pidiendo ayuda hace que me pare a toda prisa. Sin tiempo de poder ponerme los zapatos. Se sacude en la cama mientras lleva una mano a su pecho y abre los ojos desesperada. Es otra de sus crisis, busco en la encimera donde se supone tiene que estar su medicamento, pero al abrirlo no hay nada, la sangre baja estrepitosamente de mi cerebro al sentirme impotente. No hay, ya no hay más medicamento. Miro a mi madre, apenas han pasado unos segundos, segundos donde ella está sufriendo y no sé que hacer, ahora soy yo quien siente el corazón estallar por la impotencia. Puede morir si no le doy su pastilla, maldigo mil veces, tenia que comprársela hace días, pero sin dinero. ¿Qué podía hacer? Joder.
Salgo a toda prisa a la cocina donde están otros medicamentos, busco en los envases pero todos están vacíos, hasta que encuentro una pastilla, la última, sirvo agua en un vaso y regreso al cuarto a toda prisa, sostengo a mi mamá para que pueda tragar la pastilla y luego un poco de agua. Después de otros segundos, empieza a regularizarse poco a poco y siento como mi alma regresa a mi cuerpo, suspiro aliviada.
-Ya pasó mi amor, tranquila -susurra con su voz ronca al verme llorar. Me acaricia la mejilla limpiándola con sus dedos, no puedo contenerme ante ella y llorar después a solas, me aterroriza la idea de que muera. ¿Que haría sin mi mamá?
-Lo siento. -Le pido y la abrazo con mucha fuerza.
-¿Por que lo sientes mi amor? -me dice con ternura.
-Debí comprarte el medicamento -digo entre sollozos.
-Tranquila cariño... Yo lo siento más, soy una carga para ti. -La miro y está llorando igual. No, no quiero verla así, no quiero que piense que es una carga, por eso siempre me guardo el dolor para mi sola-. Tú deberías de estar terminando una buena carrera y no estar trabajando hasta tarde por una vieja enferma como yo.
-Por favor no digas eso... Eres todo lo que tengo... Lo único que me importa, si tú me faltaras...
-¡Shh! Ya pasó, no pienses en cosas tristes. -Asiento para tranquilizarla pero estoy muy preocupada, no tiene medicamento. ¿Si le da otra crisis y no estoy? Aunque si estuviera no serviría de mucho si no hay como controlarla.
Mierda, me muerdo el labio.
-Ve a dormir hija, estoy más tranquila. Es mejor que descanses. -Me retiro cabizbaja para dejarme caer sobre el sofá.
¿Que debo hacer?... De nuevo la conversación con Jessica vuelve a mi mente, niego. ¿Pero si mi mamá vuelve a tener otra crisis? Si no debiera la renta podría comprar su medicamento con el dinero que tengo ahora, pero si no la pago mañana nos echaran a la calle, estaba en un maldito dilema.
"Tendrías para un mes de tratamiento de tu madre más medicamentos"
Me siento en el sofá y me pongo los zapatos, salgo del apartamento, solo hay una solución a mis problemas y aunque me duela admitirlo esa solución era convertirme en prepago.
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