Distintos destinos.
img img Distintos destinos. img Capítulo 3 Iniciar no es fácil
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Capítulo 6 Creando momentos img
Capítulo 7 Miedo img
Capítulo 8 Un año img
Capítulo 9 Pedida de mano img
Capítulo 10 Incertidumbre img
Capítulo 11 Lágrimas img
Capítulo 12 Nadie esta preparado para decir adiós img
Capítulo 13 Las despedidas nunca han sido fáciles img
Capítulo 14 Sam img
Capítulo 15 ¿Por qué img
Capítulo 16 Me quiere conquistar img
Capítulo 17 Tentación img
Capítulo 18 Una oportunidad img
Capítulo 19 Mi primer amor img
Capítulo 20 Un mes después img
Capítulo 21 Tengo img
Capítulo 22 La felicidad img
Capítulo 23 Lo perfecto asusta img
Capítulo 24 Mi boda img
Capítulo 25 No es real img
Capítulo 26 ¿Se acabó img
Capítulo 27 Nuestro bebé img
Capítulo 28 Final img
Capítulo 29 Epílogo img
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Capítulo 3 Iniciar no es fácil

Distintos destinos.

Capítulo 2

Patricia López.

Un año después.

El tiempo era despiadado y cruel, ya habían pasado dos años sin saber nada de él, pero el amor que le tenía seguía intacto. Me sobraban pretendientes, pero siempre me negué a la posibilidad de darle entrada al amor. Después de tanto pensarlo decidí inscribirme en la universidad; elegí la carrera de organización de eventos, quería dedicarme de lleno a estudiar, no socializaba con nadie. Mis padres invitaban chicos a la casa, pero siempre los ignoraba.

Estábamos en el comedor.

-Karen -Habló mamá captando mi atención-, no te niegues a la posibilidad de abrir tu corazón a un nuevo amor.

Mamá aspiró con tristeza.

»Por muy difícil que sea debes entender

que Samuel no regresará, hace dos años que perdimos todo tipo de contacto con su familia.

-¡No puedo olvidarlo, yo lo sigo amando! -exclamé.

-Eso lo dices porque no has tenido otros novios. Tienes que dejar el pasado atrás, simplemente Samuel y tú tenían distintos destinos. Hija, sé que suena cruel, pero es la verdad.

Se pellizcó el puente de la nariz con frustración.

»Tú sigues llorando por él y él tal vez ya rehizo su vida. Piénsalo, ¿crees que él siga fiel a tu recuerdo después de dos años?

Se formó un silencio incómodo alrededor. Y sí, tal vez mi madre tenía razón.

...

Estaba en la cafetería de la universidad como solía hacerlo siempre; sola. Pero ese día escuché tras de mí.

-¿Está ocupado?

Ni siquiera levanté la mirada, me limité a responder.

-No.

Seguí tomando mi jugo, cuando alguien se sentó frente a mí, tendió su mano.

-Mucho gusto, Fernando Miller García, pero todos mis amigos me dicen Fer.

Pensé en dejarlo con la mano tendida, aunque sería demasiado grosero de mi parte, así que decidí tender mi mano y estrechar la suya.

-Karen Maldonado.

Justo en ese momento levanté la mirada y vi lo atractivo que era. Era alto, delgado, piel clara, cabello rubio estilo desordenado que le daba un toque perfecto, ojos azules claros con forma ovalada. Sus ojos eran tan hermosos, tan claros, se parecían a la playa de Whitehaven, una de las más hermosas del mundo. Su nariz estilizada y pequeña, barbilla pronunciada, unos hoyuelos perfectos que se formaban con su hermosa sonrisa. Era demasiado guapo, parecía un ángel.

Empezó a platicarme, me dijo que llevaba días observándome desde lejos, ya que yo siempre me aislaba de todos. Me contó que tenía 21 años, estaba estudiando hotelería y turismo, que llevaba dos años en la universidad y le faltaban tres para terminar, justo eso duraba mi carrera. Me preguntó qué estudiaba, traté de responder solo lo necesario y como siempre terminé poniendo una gran barrera. Me levanté con cualquier disculpa y me alejé.

Después de ese día siempre me esperaba en la puerta de la universidad para entrar juntos, yo solo asentía a su saludo y seguía mi camino. En las horas de receso siempre me buscaba, yo lo evitaba, en la cafetería siempre me llevaba un jugo, o fruta, siempre lo rechazaba. Le daba la espalda y él a pesar de eso, se quedaba comiendo a mi lado en silencio. Algunas compañeras me decían que era obvio que él estaba interesado en mí, pero yo no quería nada con él, a pesar de ser un chico tan guapo e interesante. Todas se quejaban, porque ellas querían una pequeña oportunidad con el chico más guapo de la universidad y yo que la tenía me negaba.

Así era todos los días, tan atento conmigo aún cuando yo era tan grosera con él; lo dejaba con la mano tendida, con la palabra en la boca. Hasta que un día decidí recibirle lo que me llevó a la cafetería, una pequeña caja de arándanos. Sonrió y por un momento me perdí en esa sonrisa, era tan hermosa que podía iluminar los lugares más oscuros, incluido mi corazón.

Por un momento me sentí mal, ¿cómo podía ser tan especial conmigo aún cuando yo lo trataba con tanta indiferencia? Así que le pregunté.

-¿Por qué eres así conmigo?

Elevó una ceja con un gesto de confusión, la pregunta lo tomó por sorpresa.

-¿Así cómo? -inquirió con curiosidad.

Sus ojos y los míos se encontraron, quién no se perdía en esos ojos, así que alejé la mirada.

-Así tan... Especial, atento, sabiendo que yo soy tan cortante.

Sonrió y pensé: «esos hoyuelos son tan perfectos». Sacudí la cabeza y alejé esos pensamientos.

-Sencillo, es porque me gustas desde el primer día en que te vi.

Su respuesta me dejó sin palabras, no lo esperaba.

»Me encantaría empezar por ser tu amigo y luego poco a poco ir avanzando.

-Déjame decirte que estás perdiendo tu tiempo -me levanté.

Él hizo lo mismo.

-No tienes porqué preocuparte, yo decido de qué manera invertir mi tiempo-, ni siquiera sonó grosero porque todo lo que él decía le salía con tanta dulzura.

Lo miré desconcertada sin saber qué responder. Después de ese día empezó a insistir en una salida por el parque o por un helado, nunca se cansó de insistir, parecía una guerra en insistir y yo en negarme, hasta que decidí aceptar la invitación. Vaya que me sorprendió bastante, él era un chico, pero con la madurez y mentalidad de un adulto. Me llevó a comer a un restaurante, el lugar era hermoso y él se portó como todo un caballero. Fer era el hombre ideal para cualquiera, menos para mí ya que mi corazón le pertenecía a otro.

Decidí ser honesta y clara con él. Le conté un poco de mi historia, le dije que no quería nada con nadie y que lo mejor era que se alejara de mí, pero él se negó.

-Kay...

Por alguna razón empezó a decirme así; Kay, cuando le pregunté por qué Kay, me dijo que en japonés, Kay tenía varios significados, incluidos "océano" "abierto" "restauración" y "recuperación" los que más llamaron su atención fueron, abierto, restauración y recuperación;

Quería que me abriera a una nueva oportunidad.

Quería recuperar mi sonrisa.

Y quería restaurar mi corazón.

Ese día sonreí por primera vez al escuchar el significado, me gustó mucho. Es que él tenía una manera de ser tan especial.

»No me cierres las puertas, sin siquiera dejarme intentarlo. Déjame hacer un pequeño intento por conquistar tu corazón, permíteme conquistarte poco a poco y si las cosas no funcionan te dejaré, lo prometo. Quiero ser la curita que intente cerrar esa herida.

Su rostro se iluminó con una sonrisa. Aspiré aire bruscamente y solté.

-Está bien, pero no te prometo nada.

-Solo déjame acercarme, de lo demás me encargo yo.

Acepté su propuesta de que tratará de llegar a mi corazón, nada perdía con dejar que lo intentara. Cuando le conté a mis padres se pusieron muy felices, me decían que al menos había dado un paso, pero yo sentía que traicionaba al amor de mi vida, me sentía fatal.

...

Los días transcurrían con total normalidad, excepto porque Fer empezó a llevarme y a traerme. Era muy atento conmigo, tenía toda la intención de ganarse mi corazón o al menos un pedacito como decía él. Él era muy detallista y no estaba hablando de lo material, sino de la manera tan especial que tenía de tratarme y hacerme sentir. Empecé a sonreír más seguido, empecé a buscarle sentido a otras cosas, empecé a amar la vida otra vez.

Salíamos a parques, al cine, a veces me invitaba a bailar, empezamos a compartir mucho más tiempo juntos y ese tiempo era de calidad porque él me hacía sentir tan bien. Nunca me presionó a nada, era un excelente chico, el estándar perfecto, pero uno no elige, lo hace el corazón. Por más que yo trataba de corresponder a ese sentimiento no podía, Samuel seguía muy presente en mi corazón como una gran sombra que no me permitía avanzar.

Seis meses después.

Habían pasado seis meses en los cuales habíamos compartido muchos momentos juntos. Sentía que Fer era demasiado para mí, no lo merecía y no quería lastimarlo, así que fui muy honesta con él. En una de nuestras salidas al parque le comenté.

-Fer, eres un hombre espectacular, tienes muchas cualidades, eres el estándar perfecto para cualquier chica, pero por más que yo trato no puedo corresponder como tú lo mereces. No es justo que tú seas tan especial conmigo y yo no pueda devolverte un poco de lo mucho que me das.

-Kay, no puedo luchar con ese fantasma del pasado - sus ojos se cristalizaron -. Te amo, hice todo lo posible porque me amaras, pero mis intentos fallaron. Te entiendo, no tienes porqué sentirte mal. La curita que puse en tu corazón al parecer no funcionó.

Sonrió con tristeza. Se levantó y dejó un beso en mi frente, sus perfectos ojos azules se nublaron por mi causa, sentí un asqueroso nudo que apretaba mi interior.

»Lo único que deseo es que mi Kay pueda alcanzar la felicidad que merece, no tienes idea de lo hermosa que te ves en esos pequeños momentos donde sonríes.

Lágrimas empezaron a fluir por sus mejillas, antes de que yo pudiera decir algo, giró sobre su propio eje y se marchó.

Me quedé con un nudo en la garganta, me sentí mal por romper su corazón, no quería lastimarlo y lo hice. Esa semana Fer no fue a la universidad, pensé que quería evitarme, pero luego de unos días tampoco lo vi, así que empecé a preocuparme. Pregunté por él a sus compañeros de clase, pero nadie me daba razón. Me sentí tan mal, pensé que era mi culpa, había roto su corazón y tal vez no quería volver a la universidad para no verme.

Recordé que nunca le pedí un número telefónico, pues él era el que siempre me recogía o me llevaba. Empecé a investigar hasta que conseguí la dirección de su casa. Tal vez él no quería verme, pero yo necesitaba hablarle, saber que estaba bien.

Continuará...

            
            

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