Salí del baño, cubriendo mi cuerpo con una bata antes de abrir la puerta de la habitación. Los custodios ni siquiera hicieron el ademán de mirarme, solo hicieron una reverencia ante mí.
-Alguno de ustedes llamé a mis doncellas-espeté con hastío-, de inmediato.
No esperé a escuchar una respuesta, solo cerré la puerta y volví a mi helada ventana fa