Teach me to forget
img img Teach me to forget img Capítulo 9 Nueve
9
Capítulo 11 Once img
Capítulo 12 Doce img
Capítulo 13 Trece img
Capítulo 14 Catorce img
Capítulo 15 Quince img
Capítulo 16 Dieciséis img
Capítulo 17 Diecisiete img
Capítulo 18 Dieciocho img
Capítulo 19 Diecinueve img
Capítulo 20 Veinte img
Capítulo 21 Veintiuno img
Capítulo 22 Veintidos img
Capítulo 23 Veintitres img
Capítulo 24 Veinticuatro img
Capítulo 25 Veinticinco img
Capítulo 26 Veintiseis img
img
  /  1
img

Capítulo 9 Nueve

- Bueno, en ese caso ven- Me pide, levantándose de la banca en la cuál estábamos descansando, interrumpiendo mis pensamientos de tajo.

- ¿A dónde?- Pregunto, al no saber a qué se refiere.

- En vista de que esto de pedir trabajo no está funcionando y que no quieres ir por tu ropa y te aferras a traer esa cosa fea puesta- Ruedo los ojos en falso fastidio-, vamos a divertirnos un poco.

- En primer lugar- Ataco- Dime, ¿qué tiene de malo mi ropa? No está fea.

Me mira, aprieta sus labios suavemente, cierra los ojos por unos instantes y mueve la cabeza de arriba abajo, en señal de asentimiento, mientras frunce levemente su ceño.

No puedo evitar reír ante su gesto tonto, parece un niño.

- No es cierto, no está fea, solo es ropa cómoda- Le alego, mirando por enésima vez mi conjunto.

Vuelve a hacer el mismo gesto.

- Luego de que compremos algo la tiras o la quemas no sé, haz lo que quieras con ella- Me sugiere, pero solo logra que me ría un poco más por sus tonterías.

- No seas exagerado no está tan horrible- Repite el gesto-. Ay, ya basta- Levanto mi mano en el aire y doy un manotazo, fracasando en mi tarea de golpearlo ya que él se alejó de mí rango. Ahora es su turno de reír.

- Ya enserio, ven- Me pide- vamos a qué busques algo decente.

-Así estoy bien, gracias- Vuelve a hacer el gesto, pero ésta vez negando con la cabeza-. Si vuelves a hacer eso una vez más...

Cierra sus ojos un momento y parece como si quisiera hacerlo de nuevo, pero al escuchar mi queja, tan solo se ríe un poco más fuerte y abre los ojos. Yo levanto mi mano para golpearlo de nuevo pero se aleja un tanto más.

- Ya cálmate- Me pide, levantando sus manos en señal de paz, ruedo los ojos y niego con la cabeza de forma cansina-. Vamos, para que compres algo.

- ¿Con que dinero?- Pregunto, ante su trigésima proposición.

- Con el mío- Dice, como si fuese algo obvio.

- No, no quiero que me compres nada más, ya fue suficiente con lo de la mañana.

- No se trata de que quieras, es necesario.

- No lo es. Solo es ropa- Digo, porque es cierto, no necesito que me compre ropa, cuando las cosas se aligeren un poco iré a mi casa por una maleta y ya tendré mis cambios en el departamento, será pronto, solo necesito tiempo.

- Luciendo así nadie te va a contratar, tienes que dar una buena imagen- Me dice, y en cierto sentido, comienzo a creerle, quizá no me veo del todo bien para una entrevista de trabajo-, y necesitas un par de cambios nuevos así que vamos.

Sin embargo, me niego.

- Vamos- Me pide por última vez, pero yo solo lo rechazo-Mira, este día- Hace una pequeña pausa y me mira, al mismo tiempo que extiende un poco sus brazos, haciéndose notar-, aprovéchate de mi

"¿Que?"

- ¿Qué?

Me señala con su dedo y sonríe nervioso.

- No en ese sentido.

"¿Qué?"

- ¿Qué?

Esta vez ríe despacio y aprieta sus labios para evitar que su risa se alargue más.

No estoy entendiendo nada, ¿Qué demonios le pasa?

- Me refiero a que puedes comprar lo que quieras, yo pago- Se explica, pero solo logra que lo rechace una vez más.

- No gracias, después no me dejas pagarte.

- Son regalos, lo necesitas.

- ¿Por qué?- Me abalanzo, con un tono mucho más firme y serio-, ¿Por qué quieres regalarme cosas? ¿Por qué pones tanto empeño en ser bueno conmigo?

- Ya te lo dije, trato de devolverte un poco de lo que tú me diste- Me explica, pero no lo veo como razón suficiente para que me trate de está forma y quiera consentirme de sobremanera.

- ¿Quieres aliviar tus penas dándome regalos? ¿Crees que así funciona?

Nuestro entorno vuelve al silencio rotundo después de terminar mis preguntas juzgantes. No sé si debí haber dicho lo que dije, pero solo iba diciendo lo que iba saliendo de mi mente. No sé si estuvo bien, pero debo admitir que fue un tanto liberador.

Harry cambia todo gesto divertido y bromista de su rostro y expresión corporal, por tan solo una mueca seria y rígida.

Suelto el aire retenido en mis pulmones en una bocanada de aire y me decido a levantarme de mi asiento. Paso de él y doy un par de pasos por el pasillo del centro comercial antes de ser detenida por sus palabras.

- ¿A dónde vas?- Pregunta, se le nota bastante confundido a juzgar por su tono de voz.

Me giro sobre mis pasos hacia donde está y le miro.

Con una sonrisa divertida pero a la vez desafiante, le digo, haciendo mía su frase dicha anteriormente-: A aprovecharme de ti.

Noto como poco a poco, su gesto serio y expresión rígida se transforma en uno un tanto bufón y también juguetón. Sonríe ampliamente, y es cuando me giro de nuevo y continúo mi camino, con él siguiéndome los pasos.

*

- Oye, ayúdame con un par de bolsas- me pide, se le escucha cansado.

- No, tu dijiste que tú podías cuando quise ayudarte- le digo, porque es la verdad-. Así que no estés llorando.

Cuando llegamos a la tienda de lencería y ropa interior, le dije que me diera un par de bolsas para ayudarle, incluyendo la de la tienda que mencioné porque, en primer lugar, no quería que cargara mi ropa interior, eso prefería llevarlo yo, y en segundo lugar, quería ayudarle por el peso que, aunque no era mucho, aun así después de un tiempo cansa. Pero me dijo que no, que él podía solo, así que solo tome mi pequeña y ligera bolsa de ropa íntima y seguí visitando las demás tiendas.

Debo admitir que siento un poco de culpa por gastar tanto dinero que no es mío en cosas que, algunas, son innecesarias, que solo tomé porque estaban bonitas pero no porque las necesitara. Pero él tuvo la culpa, yo solo iba a comprar lo básico, solo lo que necesitara, pero él llegaba con prendas bonitas (y costosas) diciéndome que las comprara, me hacía gastar de más en cosas que no necesitaba. Quizá debí haberlo dejado fuera de la tienda sentado en una banca como si fuese mi padre o mi pareja, esperando a que yo salga, sin que se esté metiendo a ayudarme a buscar prendas. Aunque admito que tiene buenos gustos, igualmente no quería esto, pero ya pasó y en este momento, ciertamente solo me estoy divirtiendo.

- Eso fue antes de que entraras a 5 tiendas más y agregaras más bolsas.

Me rio.

Eso es cierto, después de que me dijera eso seguí visitando más y más tiendas, y en cada una de estas compraba por lo menos una cosa. Ya para el final, Harry me miraba con ojos de "ya basta, por favor", pero yo solo lo ignoraba, riendo por dentro.

- No seas nena, no pesa tanto- Me burlo, haciendo una seña desdeñosa con la mano, restándole importancia.

Le miro y noto como deja unos pares de bolsas en el piso antes de sentarse en una banca que estaba a unos cuantos pasos de él. Se deja caer en esta de forma dramática, como si se estuviese muriendo del cansancio, lo cual solo me provoca gracia.

- Vamos levántate- Le digo, acercándome a él para sacudirlo del hombro para que reaccione-, que tienes que ir a guardar eso al auto para ir a comer.

- ¿Qué?- Se exalta, abriendo los ojos y dejando de actuar-. Pensé que ya nos íbamos- Me dice, extrañado, frunciendo su ceño.

- Claro que no- le digo, entre risas-, yo tengo hambre fue un día cansado.

Me mira, enarcando las cejas y señalando las bolsas en el piso, como si quisiera decir que quien está cansado en realidad es él.

- Dijiste que este día era mío, y yo quiero ir a comer, así que apresúrate.

- Estoy comenzando a arrepentirme de decirte todo eso- Refunfuña cual niño pequeño, frunciendo sus labios un poco.

- Muy tarde- Contesto, con una sonrisa burlona en mi boca. Él bufa cansino y deja caer su cabeza en el respaldo de la banca-. Vámonos, levántate- Le ordeno, haciendo un ademan que acompaña a la orden. Harry hace un pequeño ruido de fastidio pero de igual forma me hace caso, levantándose de su lugar y tomando las bolsas del piso, para comenzar a caminar y seguirme hasta la salida.

*

Después de comer algo ligero, busque trabajo ahí mismo en el restaurante ya que Harry me había dado la idea, y parecía una muy buena oportunidad, pero me dijeron que ya tenían las vacantes llenas, que por el momento no necesitaban un empleado más, pero que les dejara mi contacto por cualquier cosa y que ellos me llamaban si se abría alguna vacante.

Cuando pasan esas cosas es muy claro que nunca recibirás esa llamada.

Sin más, Harry pagó la cuenta y nos regresamos al departamento, no sin antes pasar por el supermercado para comprar más cosas, como si no hubiese sido suficiente todo lo que ha gastado, pero me dijo que eso era para él, así que le deje hacer sus compras tranquilo.

Llegamos al departamento y le ayudé a bajar las cosas del auto porque ya había sido mucho la broma como para seguirla, así que tome unas cuantas bolsas, las suficientes, y le seguí hasta dentro, dejando las compras del supermercado sobre la barra de la cocina.

- Espero que me llamen del restaurante por el empleo, se ve que es un buen lugar- Digo con desánimo, sacando un tema de conversación para animar el ambiente.

- Si, y como es un buen lugar están las vacantes llenas.

- Que digas eso no me hace sentir mejor- Le confieso, formando una mueca de fingida molestia en mi rostro.

- Solo digo la verdad- Aclara, encogiéndose de hombros.

Suelto un suspiro grande y profundo, antes de disponerme a sentarme en el sofá.

- ¿Qué pasó? ¿Y ese suspiro?- Pregunta, curioso y a la vez podría jugar que luce preocupado, pero de esto último no estoy segura.

- Si no consigo algo nunca podré pagarte lo que te debo y tendré que regresar a mi casa- Le digo, mirando la alfombra mientras me atormentan mis ideas-, y no quiero volver con ella.

- ¿Te refieres a tu mamá?- Inquiere, dudoso.

Aprieto los labios y no contesto.

- No estás lista, lo sé- se acerca al sillón y se sienta junto a mí-, pero en algún momento tendrás que enfrentar eso de lo que tanto tratas escapar- hago contacto visual con él por unos instantes y vuelvo mi mirada a la alfombra luego-. No puedes huir toda la vida.

- Por ahora no quiero enfrentarme a nada- hago un ademan con la cabeza-, después será.

-Está bien- Le miro de nuevo y noto como intenta sonreír, pero está tan solo se muestra como una mueca-. Cuando estés lista.

Le respondo de la misma forma, pero mi gesto es un poco más sutil. Rápidamente, el silencio se hace presente en el lugar, pero no puedo decir a ciencia cierta si éste me resulta incómodo, simplemente porque en éste momento habitan otras cosas en mi cabeza que no me dejan pensar con claridad

- ¿Quieres helado?- Su pregunta repentina logra suprimir el silencio y, en cierto sentido, le agradezco por cambiar de tema y hacerme enfocar en otras cosas que no sean mi madre.

Le acompaño hasta la barra de la cocina y me siento en el lado exterior a esta, mientras que él se encuentra dentro, buscando entre las bolsas el helado que compró.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022