/0/8452/coverbig.jpg?v=f64030d947de1fa798bf156c495775db)
¿estas completamente segura de tú fe? - le cuestiono Salvatore- ¿o solo quieres huir del mundo en el cual no estas a gusto? - el hombre miraba con intensidad a Salma que se movía de manera indecisa en su asiento, los ojos de ese hombre hacían que se prendiera fuego en sus entrañas.
Tenía una vida plena fuera de aquí- dijo Salma- una buena carrera, me ofrecieron un buen trabajo en la televisora de la ciudad cercana, pero eso no me llenaba, aquí siento seguridad y protección- la mujer no podía dejar de mirar las manos de Salvatore
¿protección? - cuestiono el hombre- cuéntame más acerca de ello- Luca miraba la faz de la joven, su piel era tersa y hermosa, la observaba con atención, y más los labios que formaban un corazón perfecto.
Me sentía vulnerable en el mundo exterior, simplemente ese no es mi lugar, la mayoría de las personas lo único que desean es que haga lo que ellos quieren y yo me canse de eso, mi madre, mí padre, amigos, tenían unas altas expectativas en mí y eso hizo que colapsara, pensé miles de soluciones, y este camino fue el único en el cual encontré que podía alcanzar un poco de paz y tranquilidad- Salma bajo la mirada ante la intensidad de la mirada de Salvatore que comenzaba a sentir mucho calor.
Esos no son motivos por los cuales deberías estar en este lugar- dijo el hombre con severidad a la joven- eres muy joven Salma y no creo que tú personalidad se ajuste a este lugar, por ejemplo, dime esa chica, Geraldine, al parecer se escapó con su novio- hablo el padre con voz ahogada- los ojos de la joven lo miraban y noto que lo estaban estudiando con calma y detenidamente.
Claro que son buenos motivos- se defendió la chica con agrietad- usted no entendería, mis motivos son válidos- la chica se levantó furiosa y miro de forma desafiante al hombre que se encontraba frente a ella; en sus ojos se miraba una pasión y calor tan grande.
Salvatore quedo hechizado al ver el fuego en la mirada de la joven novicia, era simplemente hermosa, electricidad corrió por su espalda, necesitaba salir de esa habitación, la mirada de ella lo estaba trastornando y si lo tenía que decir con la palabra correcta, lo estaba excitando de tal manera que cualquiera poder notar.
Es todo por esta ocasión, Salma- hablo Salvatore con voz firme- te puedes retirar, esto no se puede tomar como una confesión, así que retírate por el día de hoy, nos veremos la próxima semana- la chica se quedó completamente extrañada y salió del lugar con calma.
Luca Salvatore tuvo que respirar hondo muchas veces, faltaban otras novicias que confesar y hablar con ellas, ser su confesor y guía, pero con el rostro de la joven Neville era imposible de lograr- >> ¡Dios mío, retírame esta tentación!, ¡por favor! - >> suplico dentro de sus pensamientos el padre Luca.
La tarde paso entre las confesiones de las otras novicias, y monjas, eran monótonas y aburridas, eran confesiones de mujeres sumergidas en una vida rutinaria, así como le comenzaba a aburrir la vida, su vida perfecta que llevaba antes de llegar a esa pequeña ciudad, cuando la diócesis le anuncio que iría ya a una ciudad, era porque el viejo sacerdote era muy anciano y no le faltaba mucho para fallecer, cuál fue su sorpresa que el anciano padre falleció a los dos días de llegar a la iglesia.
Salió del lugar y camino con rapidez, tenía la enorme necesidad de salir corriendo del convento, cuando observo que a lo lejos en uno de los ventanales se encontraba Salma, y se marchó con paso veloz, casi huyendo del deseo incontrolado que le provocaba o comenzaba a producir esa joven.
El convento se encontraba en silencio las jóvenes y religiosas mayores se encontraban en su hora de introspección y penitencia después de la confesión con el sacerdote, todas menos Salma, la novicia recordaba el aroma del padre, sus manos y labios, no podía dejar de pensar en ese hombre, se sorprendió así misma con esa clase de pensamientos.
Recordó la última conversación con una de sus compañeras de la universidad, había sido en un café, el tema poco a poco se le fue de las manos, era acerca de su vida amorosa y profesional, lo cual la hacía sentir muy fuera de lugar e incómoda, ¿Qué cuando aceptaría la propuesta de un buen trabajo? ¿Qué si ya tenía novio?, muchas preguntas que no tenían sentido para ella, en verdad sentía que todos tenía grandes expectativas y eso comenzaba a abrumarla.
Salma- una voz severa la saco de sus pensamientos y recuerdos, era la madre Jenkins quien la miraba de manera reprobatoria- deberías estar en tú celda, señorita, es la hora de la reflexión penitencia, y no de estar mirando los jardines, así que ve a ella y reflexiona, espero que luego hables de esto con el padre Salvatore- la mujer la miraba con ojos severos.
Solo estaba mirando el jardín y reflexionando- dijo Salma- estaba pensando en la penitencia que me puso el padre Luca- mintió con descaro la joven, puesto que Salvatore no le puso ninguna- por eso me encuentro en este lugar- hablo con calma la joven, el rostro agrio de la madre Jenkins, le causaba un poco de enojo y ansiedad.
Este no es el lugar, así que vete a tu celda y estas castigada, Salma – dijo Jenkins con creciente enojo-en este lugar hay reglas y son estrictas, así que irás directo a tu habitación y permanecerás en ayuno hasta que yo lo crea conveniente- la madre señalo con la mano la dirección donde se encontraban las celdas de las novicias, Salma ahora dormía sola, después de que Geraldine escapara del convento, así que la chica se dirigió con furia a su celda, en verdad era injusto, la madre Jenkins desde que ingreso al lugar, siempre era dura con ella, era como si quisiera hacer flaquear los motivos por los cuales ella se encontraba ahí, pero no le daría gusto y permanecería ahí de por vida.