/0/16469/coverbig.jpg?v=3f4f24e5120b74c0dc7e100c674ace7e)
presionó contra la cama. Para ponerlo a prueba, empujé contra su agarre. Él no se movió. Su cuerpo se tensó, los músculos de su mandíbula se tensaron. Sus ojos brillaban con una intensidad impresionante. -Dime que pare si me pongo demasiado duro. Estuve de acuerdo. Su mirada vagó por mi rostro. - ¿Eres mía, ángel? ¿Mía para besar, para acariciar? ¿