Cuando el Amor es Mentira
img img Cuando el Amor es Mentira img Capítulo 10 ¿Estás libre para acostarte conmigo
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Capítulo 11 ¿Qué demonios haces aquí img
Capítulo 12 Por qué estaba llorando img
Capítulo 13 Los excesos no son buenos img
Capítulo 14 Iré a visitarlo contigo img
Capítulo 15 ¿Cumplirás tu promesa img
Capítulo 16 ¿Cuán descarada podía ser realmente cuando nadie la veía img
Capítulo 17 Señor A img
Capítulo 18 La audacia de Katherine img
Capítulo 19 Burlándose de ella img
Capítulo 20 Ese tamaño era imposible img
Capítulo 21 La sugerencia de Julian img
Capítulo 22 Solo me hacía el héroe img
Capítulo 23 No estés triste img
Capítulo 24 No hace falta indagar más img
Capítulo 25 ¿A quién le compraba cosas img
Capítulo 26 Un beso inesperado img
Capítulo 27 Le cortaron la lengua img
Capítulo 28 ¿Te trató mal la recepcionista img
Capítulo 29 Burla deliberada img
Capítulo 30 ¿Todavía no sabes cómo dar un buen beso img
Capítulo 31 Él acaba antes de empezar img
Capítulo 32 El collar llegó a manos de Louisa img
Capítulo 33 Cubrepezones img
Capítulo 34 ¿Realmente verme te afecta tanto img
Capítulo 35 ¿Verdad que duele img
Capítulo 36 ¿Estás loca img
Capítulo 37 A partir de ahora, no significas nada para mí img
Capítulo 38 ¿Ahora te interesa mi esposa img
Capítulo 39 Katherine no volvió a casa img
Capítulo 40 El mal humor de Julian img
Capítulo 41 ¿La conoces img
Capítulo 42 Julian sabía la verdad img
Capítulo 43 Katherine lo bloqueó img
Capítulo 44 Necesitamos hablar img
Capítulo 45 Lo pateó en la ingle img
Capítulo 46 ¿Ahora te gustan más las casadas img
Capítulo 47 Una llamada equivocada img
Capítulo 48 ¿Aún no estás acostumbrada a besar img
Capítulo 49 ¿Ahora lo haremos todos los días img
Capítulo 50 Tres mil img
Capítulo 51 Actuar como extraños img
Capítulo 52 ¿Estar casada le impide trabajar como intérprete img
Capítulo 53 Parece que últimamente te ha ido bien img
Capítulo 54 No hace falta que me contenga img
Capítulo 55 Platillos para aumentar la vitalidad masculina img
Capítulo 56 Ajuste de cuentas img
Capítulo 57 Defender a Katherine img
Capítulo 58 Un Julian inflexible img
Capítulo 59 Su esposa claramente lo quiere img
Capítulo 60 Nos mudamos al balcón img
Capítulo 61 Responde a mi pregunta img
Capítulo 62 Hablar mal de Katherine img
Capítulo 63 Algo para adultos img
Capítulo 64 Trátame como a tu marido img
Capítulo 65 Tres veces por semana img
Capítulo 66 La resistencia de los hombres parecía de otro mundo img
Capítulo 67 Una idea maliciosa img
Capítulo 68 Un poco de moderación no le haría daño img
Capítulo 69 Me recuerdas a mi marido img
Capítulo 70 La llamada de Pierson img
Capítulo 71 Mantenerse alejada img
Capítulo 72 Dieciséis centímetros img
Capítulo 73 Está cansada de la gimnasia en el dormitorio img
Capítulo 74 Has cambiado estos días img
Capítulo 75 Nueva forma de tocar el piano img
Capítulo 76 No me dejarías sufrir img
Capítulo 77 Venganza educada img
Capítulo 78 ¿De qué son esas marcas img
Capítulo 79 ¿El señor A era realmente Julian img
Capítulo 80 El plan de Pierson img
Capítulo 81 Katherine está acostándose con otro hombre ahora mismo img
Capítulo 82 ¿Atrapando a Katherine en el acto img
Capítulo 83 Dame el nombre de quien planeó todo esto img
Capítulo 84 Soy su hombre img
Capítulo 85 Me observas como si estuvieras a punto de saltarme encima img
Capítulo 86 La espada encontró su vaina img
Capítulo 87 La visita de Louisa img
Capítulo 88 Siempre pensaste utilizarlo en contra de Eloise img
Capítulo 89 No bajes la guardia img
Capítulo 90 Su aroma reconfortante img
Capítulo 91 ¿Sabes quién soy ahora img
Capítulo 92 Daba igual img
Capítulo 93 Espérame esta noche img
Capítulo 94 Saca la lengua img
Capítulo 95 Volvió a caer en la trampa img
Capítulo 96 Katherine soñaba con abrir un bufete de abogados img
Capítulo 97 Ella nunca era su prioridad img
Capítulo 98 Un malentendido img
Capítulo 99 Aplastar a Katherine img
Capítulo 100 Pero no quiero tu ayuda img
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Capítulo 10 ¿Estás libre para acostarte conmigo

"¿O sea que si mi padre se altera y le pasa algo, la culpa va a ser mía? Qué calculadora resultaste ser", respondió Julian, soltando una risa fría y sin ápice de humor.

"Dime, ¿tienes una mejor opción?", preguntó Katherine, con el ceño fruncido.

"Tú eres la que está desesperada por divorciarse, no yo. ¿Por qué debería ser yo quien proponga opciones?", respondió él, con la voz cargada de desdén.

"Entonces, tal vez deberíamos ser honestos con él", propuso la joven, con la mandíbula tensa, pues sentía que la indiferencia de su cónyuge le sacaba el aire de los pulmones.

Julian se le quedó viendo, con los ojos ligeramente entrecerrados.

El estudio era amplio, y ella había elegido a propósito un asiento que quedaba lejos de él, manteniendo su distancia. Sus palabras, su tono, e incluso la forma en que lo miraba gritaban una sola cosa: estaba decidida a divorciarse.

"Incluso si logras calmarlo después de decirle la verdad, ¿crees que con eso terminará todo el drama? Tu madre, tu hermano, tu padre en la cárcel... ¿todos ellos van a desaparecer como por arte de magia de la vida de mi familia", soltó Julian con frialdad, reprimiendo el impulso de explotar.

"Yo nunca te pedí ayuda con ninguno de sus problemas", replicó Katherine.

"Es cierto, no viniste a rogarme ayuda, pero... ¿tienes idea de lo que tu madre ha estado haciendo a tus espaldas?".

"¿De qué estás hablando?", soltó ella, con los ojos abiertos de par en par.

"Pregúntale. Averigua qué tipo de favores ha estado cobrando", respondió su esposo, cortantemente.

En el fondo, ella ya lo intuía. Las facturas del hospital de su hermano y los supuestos privilegios de su padre en la cárcel... no habían surgido de la nada.

"Katherine, a menos que estés lista para devolver cada favor, deja de recurrir a la carta del divorcio. Tú escogiste esta vida, así que sigue interpretando tu papel", sentenció su esposo con frialdad.

La mujer sintió que el estómago se le retorcía. Él había soportado su matrimonio durante tres años, y parecía que ahora estaba dispuesto a hacerla pagar por cada segundo.

"Entonces, ¿cuál es el plan? ¿Nos quedamos casados y encima te tengo que dar un hijo?", inquirió, con una risa amarga.

"Me parece bien".

'¿Qué le pasa?', pensó atónita mientras la sangre le hervía. Luego lo provocó con frialdad: "¿Y cómo piensas lograrlo? Porque, seamos sinceros, sería un milagro que me embarazaras de la forma convencional".

Julian apretó la mandíbula, mientras un destello de curiosidad brillaba en sus pupilas. ¿Cómo sería todo si ella tomara la iniciativa? El pensamiento lo divirtió, así que con una ligera sonrisa, dijo: "A ver, demuéstrame de qué eres capaz. O si quieres ahorrarte el esfuerzo, simplemente drógame. Incluso te puedo mandar unas botellas".

Katherine se quedó sin palabras.

"De hecho, mejor consigue una caja entera. Porque, siendo sincero, no me resultas nada atractiva", añadió él, con una mueca burlona, mirándola de arriba abajo.

Hirviendo de rabia, Katherine se dio la vuelta y salió furiosa del estudio, cerrándolo de un portazo.

El ama de llaves, que claramente había estado escuchando, fingió que limpiaba un rincón del suelo y preguntó con una vocecita "¿No piensan irse a la cama?".

Katherine ni siquiera la miró. Con una expresión tormentosa, se dirigió a la recámara.

No podía conciliar el sueño, así que se la pasó dando vueltas por la cama. Al final, reconoció que sus pensamientos eran demasiado ruidosos, así que desistió y se levantó. Acto seguido, comenzó a guardar cada cosa en la habitación que le recordara a Julian, como si con eso lo eliminara de su vida.

Mientras vaciaba un cajón, rozó una tarjeta de presentación que había guardado y olvidado. Al fijar los ojos en el número de contacto, sintió que la vergüenza le subía por la garganta, pero apretó los labios y se la tragó.

Un pensamiento temerario se deslizó en su mente, uno que no se había atrevido a considerar antes. Sabía que Julian no la amaba, pero la retenía como si fuera su posesión, ¿y ahora que quería un hijo, esperaba que ella lo hiciera realidad como por acto de magia? Muy bien, pues ella aceptaría el desafío.

Katherine examinó la tarjeta. No tenía nombre, solo el título de "Ejecutivo del Grupo Nash" y un número de contacto. Sin embargo, no había olvidado al hombre de esa noche: alto, de complexión fuerte y músculos definidos. Además, también era joven. Definitivamente era una persona difícil de pasar por alto.

Tras inhalar profundamente, escribió un mensaje y lo envió.

......

A la mañana siguiente, Julian se saltó el desayuno y se dirigió directamente al trabajo.

Cayson lo estaba esperando, con una taza de café en la mano como de costumbre.

"¿Qué rayos es esto? ¿Lo hiciste tú mismo?", preguntó el jefe, con el ceño fruncido, tras beber un sorbo.

"Mis disculpas, señor. Le traeré uno nuevo", respondió su asistente, tensándose, mientras recuperaba rápidamente la caja.

Sin embargo, en lugar de irse, se quedó allí, sosteniendo la taza de café, como si tuviera algo que decir, pero no se atreviera a soltarlo.

"¿Planeas convertirte en una estatua o vas a hablar?", le preguntó Julian con la mirada penetrante, todavía molesto por lo ocurrido la noche anterior.

Cayson inhaló hondo, consciente de que no tenía sentido seguir aplazando lo inevitable. "Señor, necesito decirle algo".

"Adelante".

"Es sobre su esposa".

Julian arqueó una ceja, pero guardó silencio.

"Me envió un mensaje anoche...", prosiguió el empleado, tragando saliva.

"¿Te escribió? ¿Qué fue exactamente lo que te dijo?", preguntó el patrón, con una expresión dura.

"Será mejor que lo lea usted mismo", respondió el otro, entregándole su celular.

Julian tomó el dispositivo y leyó el mensaje en la pantalla, que decía con total claridad: "Hola. ¿Estás libre para acostarte conmigo?".

                         

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