Te Quito como La Raíce Enferma
img img Te Quito como La Raíce Enferma img Capítulo 2
3
Capítulo 6 img
Capítulo 7 img
Capítulo 8 img
Capítulo 9 img
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
img
  /  1
img

Capítulo 2

El recuerdo de ese día en el Cerro de la Gloria era tan vívido.

Yo estaba sentada en el borde de piedra, el viento de la montaña me enfriaba la piel. La preocupación se había convertido en un nudo en mi estómago. ¿Y si le había pasado algo? ¿Un accidente?

Cuando finalmente lo vi subir corriendo por el sendero, el alivio fue inmenso.

"¡Sofía! ¡Perdón, perdón, perdón!"

Jadeaba, apoyando las manos en las rodillas para recuperar el aliento.

"Mi celular murió. Estaba terminando esto y perdí la noción del tiempo."

Abrió la palma de su mano. Allí estaba la cajita de olivo, imperfecta, rústica, pero hecha con sus manos. La abrí y dentro había un pequeño papel doblado. "Para mi futura enóloga, mi futura esposa, mi futuro todo".

Lo abracé tan fuerte que casi nos caemos. Sentí la sinceridad en cada fibra de su ser.

"Lo siento tanto, mi amor. Odié cada segundo sabiendo que estabas aquí esperando, sin poder avisarte."

Me tomó la cara entre sus manos. Sus ojos, los ojos del joven Mateo de 18 años, brillaban con una devoción que me desarmaba.

"Te lo juro, Sofía. Nunca más. Nunca más te dejaré a oscuras. Siempre sabrás dónde estoy, siempre tendrás una respuesta. Es una promesa."

En ese momento, sus palabras eran el ancla más segura del mundo. Me sentí la mujer más afortunada, la más amada. Creí en esa promesa con todo mi corazón.

Ahora, sentada en el sofá de nuestra casa, la casa que construimos juntos, esa promesa se sentía como una mentira cruel.

¿Cómo podía ser el mismo hombre?

El Mateo de 18 años que tallaba cajas de madera y hacía promesas solemnes bajo las estrellas.

Y el Mateo de 28 años que me dejaba en visto mientras profanaba nuestros rituales con otra mujer.

La decepción era un peso físico, una opresión en el pecho que me dificultaba respirar. Era increíble cómo diez años podían transformar a alguien tan completamente. El amor que yo conocía se había convertido en algo irreconocible.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022