Borré Mi Vida Por Su Engaño
img img Borré Mi Vida Por Su Engaño img Capítulo 7
7
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
Capítulo 24 img
Capítulo 25 img
Capítulo 26 img
Capítulo 27 img
img
  /  1
img

Capítulo 7

Victoria POV:

Mis ojos, enrojecidos por la rabia contenida, se posaron en la ventana. La oscuridad de la noche era un manto pesado sobre la ciudad. "Nada, Franco," respondí, mi voz carecía de emoción. "Solo la noche."

De repente, el cielo se iluminó con una explosión de color. Un estallido de fuegos artificiales. El mismo espectáculo que Rubí me había prometido que esta noche celebraría su embarazo.

"¡Mira, Victoria!" Franco exclamó, su voz llena de un entusiasmo fingido. "¿Te gustan? Puedo encargar más. Un espectáculo solo para ti."

Me abrazó con fuerza, sus labios rozando mi oído. "No tienes que envidiar a nadie, mi amor. Siempre serás mi única reina."

Una risa hueca escapó de mis labios. Las lágrimas se agolpaban en mis ojos. "No me gusta usar cosas usadas, Franco," susurré, mi voz apenas audible. "Ni los fuegos artificiales de otra mujer."

Sentí cómo se tensaba en mis brazos. Esa era la verdad. Una verdad que él no podía negar.

"Te tengo otras sorpresas, mi amor," dijo, su voz ahora un poco más baja, un poco más insegura. "Solo espera."

No respondí. Solo miré los fuegos artificiales que explotaban en el cielo, cada estallido un recordatorio de su traición.

Los días siguientes fueron una tortura silenciosa. Franco salía temprano y regresaba tarde, su paradero un misterio. Las sirvientas susurraban sobre sus "sorpresas" para mí, sus ojos llenos de una falsa envidia.

"El señor está planeando algo grande, señora," dijo una. "Primero el collar, ahora esto. ¡Qué suerte tiene!"

Las miré, mi rostro una máscara de indiferencia. Qué ironía.

Un día, Franco me tomó de la mano, sus ojos brillando de emoción. "Ven conmigo, mi amor. Tengo algo que mostrarte."

Justo cuando estaba a punto de negarme, mi teléfono vibró. Un mensaje de Rubí. "Pensando en ti, Victoria. ¿Quién es más importante para Franco? ¿Tú o yo? ¡Pregúntale!"

En ese mismo instante, el teléfono de Franco también vibró. Una imagen de Rubí, semidesnuda, en una pose provocativa. La vi en la pantalla. Su rostro se puso lívido. Sus ojos se abrieron de terror. Rápidamente, guardó el teléfono.

"Un problema urgente en la empresa," balbuceó, su voz tensa. "Tengo que irme, mi amor. La sorpresa tendrá que esperar."

Lo miré fijamente. Una ligera risa escapó de mis labios. Él se estremeció. Mi risa era fría, vacía.

Bajé del coche sin decir una palabra. Él dudó tres segundos. Tres eternos segundos. Luego, el coche arrancó.

Horas más tarde, otro mensaje de Rubí. Una foto de un condón usado en un bote de basura. "Todavía cree que soy suya," decía el mensaje. "Pero esta noche me divierto con tu hombre. ¡Se vuelve loco por mí!"

Miré la foto. No sentí nada. No había lágrimas. No había dolor. Solo un vacío abrumador. Ya había tomado la decisión de irme. Ya no podían herirme.

Los días pasaron. Franco no regresó. Los mensajes de Rubí seguían llegando, cada uno más provocador que el anterior. Pero no respondí.

Mis días los pasé borrando cada rastro de mi existencia en esa casa. Cada foto, cada recuerdo, cada objeto que me ataba a él. Estaba a punto de desaparecer por completo.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022