Capítulo 3 24 de febrero 2018

Hice una cita con mi estilista y le pedí que me tiñera el cabello color rojo intenso al principio ella estaba sorprendida por el cambio tan radical dado que mi cabello es castaño, después de algunas horas de tortura (así lo sentí yo, ya que el tinte me daba mucha comezón) termina su trabajo y la verdad quede impresionada pienso que me sienta bien como soy blanca y pálida el color rojo resalta más.

Antes de irme a mi casa me dirijo al panteón donde descansan los restos de mi amigo, al principio cuando me enteré de su muerte pensé que era una broma de mal gusto después lo acepté y aunque quise evitarlo me sentía culpable ¿Por qué? No lo sé, es como si me dijera a mí misma que debería de haber estado con él ese día que sufrió el asalto y tal vez así hubiese hecho algo por él, al principio le mandaba mensajes expresándole cuanto lo extrañaba, también lo visitaba regularme y le dejaba un pequeño arreglo floral o simplemente iba y charlaba un poco con él, pero cada que venía a visitarlo me sumía en la tristeza así que gradualmente dejé de hacerlo, comienzo a recordar la última vez que estuve aquí, ese día en especial me sentía sumamente triste después sentí una brisa ligera y como si alguien hubiese devuelto la calma a mi cuerpo y está se instalará en mi corazón con lo que dejé de sentir ese dolor y tristeza en mi pecho, a decir verdad en cierta forma creo que fue él quien me pedía que ya no estuviese triste debido a su partida y así él por fin podría descansar tranquilo.

Hoy igual que hace años dejó un pequeño arreglo floral y comienzo a platicar con él preguntándole ¿Qué se siente dejar a tus seres queridos? ¿Se está uno en paz después de la muerte? ¿Duele morir? Pero son preguntas que nunca podrá responderme por lo que me limito a mirar a mi alrededor y observar que hay algunas tumbas las cuales se ven bastante descuidadas como si hace años nadie viniera a visitarlas, creo que es normal que eso suceda al principio tus seres queridos te visitarán todas las semanas, para después gradualmente olvidarse de ti y continuar con sus vidas, me despido de él y después me marcho sin mirar atrás, no prometí volver a visitarlo lo que si le prometí es que muy pronto nos reencontraríamos y de esta forma por mí misma sabré las respuestas a mis preguntas.

Cuando llego a mi casa mis padres se quedan sorprendidos por mi nuevo look, el cual les parece increíble ya que nunca me había teñido el cabello aunque consideran que fue un cambio radical sé que les agrada que haga este tipo de cosas, pero si supieran que todo esto se debe a aquella pequeña lista que aguarda en mi escritorio creo que estarían bastante decepcionados y devastados a la vez; decepcionados porque no me atreví antes a hacer este tipo de cosas y devastados porque solo al saber que mi enfermedad me está matando he tomado el valor de hacer todo aquello a lo que tal vez le temía.

El resto del día la paso con mamá horneando unas galletas ya que soy amante de hacer postres para ellos, aunque claro todo en su debida medida y después me siento en la sala para ver televisión con ambos o al menos es lo que aparento ya que mi mente comienza a divagar en ¿Qué harán ellos una vez que ya no esté? ¿Se sentarán aquí a mirar tele pensando en mí? ¿Cómo cambiarán sus vidas una vez que ya no esté con ellos?, me pregunto con gran pesar y miedo, pero es miedo a dejarlos solos, miedo a no volverlos a ver, miedo a que algo malo les suceda; cuando ya estoy bastante cansada subo a mi habitación y me tumbo en mi cama, una vez más recuerdo que hace muchos años tenía intención de saltar del bungee, pero todo se arruino gracias a un video que me mostro mi hermana donde al parecer al chico que debía atar los pies de la chica y luego arrojarla se le olvido atarle la cuerda y tristemente ella falleció (no quiero imaginar la desesperación de aquella pobre chica) además de que me enteré que cuando uno acude a ese tipo de lugares te hacen firmar una carta donde ellos se eximen de cualquier accidente que le pueda suceder a la persona al momento de saltar y así fue como mi hermana esfumo mis ganas de hacer algo como esto, me quedo pensando unos segundos y es mejor que no lo agregue a mi corta lista prefiero disfrutar mis últimos meses.

El domingo por la mañana decido consentir a mis padres y les preparo un delicioso desayuno y como ya es costumbre mis hermanas vienen de visita con sus esposos y sus hijos, comemos todos juntos y juego un rato con mis sobrinos, cuando mi dolor de cabeza comienza a empeorar decido retirarme alegando que debo planchar mi ropa para el día siguiente, el dolor es tan insoportable que alcanzo a llegar al cuarto de baño y vomito todo lo que he comido, me apresuro a salir y tomar mi medicamento no quiero que esto empeore frente a mis hermanas, además de que no es momento que se enteren de mi enfermedad.

Cuando considero que ya estoy un poco mejor, me siento frente a mi pequeño escritorio y abro mi libreta anotando otra cosa que me gustaría hacer y es visitar por última vez la playa, sentir el cálido tacto de la arena en mis pies desnudos, la fresca brisa que trae consigo un poco de agua salada del mar y al imaginarme así a la orilla de la playa con el sol sobre mi piel sonrió recordando los momentos que he paso en dicho lugar ya sea con mi familia o con amigos y me prometo que haré lo que este a mi alcance para volver una última vez.

Después me pongo a buscar alguna película que ver y encuentro una que he visto varias veces "La decisión más difícil" es un tanto triste ya que en esta puedes ver todo lo que los padres son capaces de hacer con tal de que sus hijos vivan el mayor tiempo posible, pero creo que la forma en que optaron para lograr esto no fue la adecuada prácticamente tuvieron otra hija para tener piezas de repuesto para la que está enferma.

También creo que los padres fueron egoístas al tratar de mantener con vida a su hija enferma sin importarles el sufrimiento por el cual ha pasado a lo largo de los años (lo que me lleva a pensar que a veces los familiares solo piensan en su propio sufrimiento y no se paran a pensar en lo que sufre el enfermo, creo que es bueno dejarlos decidir sobre su propia vida y lo que quieren hacer si tomar o no el tratamiento que bien puede salvarle la vida, alargar su vida un poco más a costa de más sufrimiento o simplemente disfrutar el tiempo que le quede de vida) aun así lloro como Magdalena por increíble que parezca lloro por una película, pero no puedo llorar por mi propia vida, termino de verla y como todas las noches me quedo mirando el techo hasta que el sueño me vence y puedo dormir tranquilamente.

            
            

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