Capítulo 8 16 de mayo 2018

Han pasado varios días desde que renuncié a mi trabajo y aún mantengo fresco el recuerdo de la conversación que tuve con mi exjefa.

Días antes

Espero pacientemente a que sea casi el momento de marcharme para tocar a la puerta de mi jefa y poder hablar con ella, en mi mano llevo un folder beige con mi carta de renuncia son tantos mis nervios que mi mano tiembla incontrolablemente, trato de calmarme y tocó una vez, cuando está me permite pasar le regaló una pequeña sonrisa.

-Hola Lucía, ¿Podría hablar un momento contigo? -Levanta brevemente la mirada de su computador y me indica con una mano que entre, después de unos minutos centra su atención en mí.

-Lo siento Melissa, necesitaba terminar ese reporte. Soy toda oídos ¿En qué puedo ayudarte? -.

-No te preocupes entiendo que también tienes trabajo que hacer -Respiro profundo unas cuantas veces para calmarme -Vengo a presentarte mi renuncia -Después le tiendo el folder que llevo conmigo, está lo toma y lo revisa rápidamente.

- ¿Por qué es tan repentina tu renuncia Melissa? ¿Algo te ha molestado? Si es por la plática que tuvimos hace tiempo te ofrezco una disculpa, yo solo estaba preocupada por ti o dime ¿Cuál empresa te contacto? -.

-Esa plática ha quedado en el olvido, no me iré a ningún otro lado, es sólo que debo renunciar... -.

-Créeme que puedo hacer todo lo posible para que te quedes con nosotros -Comienza a hablar con rapidez.

-No es cuestión de que ya no deseé trabajar con ustedes, es sólo que tengo cáncer en etapa terminal -Respondo antes de que me interrumpa.

-Te puedo conseguir un aumento si es lo que deseas -Comenta sin prestar atención a lo que acabo de decirle, sin embargo, cuando logra captar el significado de mis palabras su cara se ensombrece.

-No... eso... eso no puede ser verdad -Me mira como esperando que comience a reír y le diga que es una de mis tantas bromas - ¡Por Dios no! -Logra articular y después se tapa la boca con su mano, dejando escapar una pequeña lágrima, extiende su mano y toma la mía -Ahora comprendo todo -Sin más comienza a sollozar.

La verdad es que no la culpo ella es como una madre para todos, siempre preocupándose por el bienestar de todo su equipo, tiene alrededor de unos 45 años y según lo que nos ha contado siempre quiso tener hijos, pero lamentablemente no pudo y por esa misma razón su primer esposo la abandonó, después conoció a su actual esposo al cual no le importo en lo más mínimo ese detalle y él cual la ama más que a nada en el mundo, creo que esa es la razón por la cual se porta como una mamá gallina con todos nosotros y como lo he dicho antes no podemos juzgar a las personas sin saber las luchas internas por las cuales están pasando, ella a pesar de todo lo que sufrió es una mujer sumamente alegre y optimista.

-Puedo quedarme las dos semanas que se estipulan en lo que encuentras a alguien para cubrirme -Comento en cuanto deja de sollozar.

-No Melissa, debes... debes de pasar tiempo con tu familia, con dos días más que me des es suficiente, yo hablaré sobre tu caso no debes de preocuparte por eso -.

-Solo te pido que por favor no comentes nada con mis compañeros, el último día que venga yo les haré saber mi situación -Ella asiente, luego se levanta de su asiento y me abraza como una madre lo haría con su hijo, con tanto amor y dolor al mismo tiempo que me es imposible no llorar -Tengo miedo Lucía, pero no por mí sino por mis padres, ellos no serán capaces de soportar perderme -Le confieso aquello que no le he dicho a nadie y que muchas veces me mantiene despierta por horas.

-Sera difícil para ellos, pero tus hermanas serán su fortaleza ellas no los dejarán a su suerte -Comenta en un intento por tranquilizarme.

Cuando llegó el momento de despedirme para siempre de mis compañeros y estos se enteraron de la verdad fue igual de difícil qué cuando se lo conté a mi familia, pero me fui agradecida por haberme cruzado con personas que dejaron una lección en mi vida y de las cuales aprendí no solo en lo profesional sino también en lo personal.

Ahora me encuentro recostada en mi cama con mi laptop sobre mis piernas escuchando mi repertorio de canciones favoritas mientras reviso mi Facebook, riéndome de los memes que encuentro hasta que de pronto me aparece un mensaje por parte de Charlie mi mejor amigo.

- ¿No se supone que deberías de estar trabajando? -.

- ¿Y no se supone que tú también deberías de estar trabajando? -Respondo mientras me llevo un trozo de manzana a la boca.

-Sabes que soy mi propio jefe -Me contesta inmediatamente - Y dime responderás a mi pregunta -.

-Renuncie a mi trabajo -.

-No te creo, tú amas tu trabajo más que tu vida -En cuanto leo su respuesta mis ojos se llenan de lágrimas ya que hasta hace algunos meses era verdad, cuando logro calmarme le contesto.

-Renuncie porqué... porqué me estoy muriendo de cáncer -Envío el mensaje y me doy cuenta de que lo ha leído, sin embargo, después de unos minutos soy consciente de que no contestará por lo que sigo perdiendo el tiempo y escuchando mi música, pero aunque quiera negarlo en el fondo me duele su actitud supongo que no quiere relacionarse con alguien que no volverá a ver, cuando siento que mis lágrimas están próximas a llegar la puerta de mi habitación se abre de golpe haciéndome pegar un grito, en cuanto me giro veo la cara de angustia de Charlie.

- ¿Qué diantres te sucede, acaso quieres matarme antes de tiempo? -Pregunto en un intento por aligerar el ambiente, mi madre se encuentra detrás de él con los labios apretados al parecer no le ha gustado mi pequeña broma -Vamos mamá puedes dejarnos solos -.

-Bien cariño estaré abajo por si necesitan algo -Como hace años que conozco a Charlie mis padres están acostumbrados a su presencia, la cual dejó de ser tan notoria en cuanto tuvo novia, pero aun así mis padres lo tratan realmente bien.

- ¿Te vas a quedar mirándome todo el tiempo o piensas decirme algo? -Formulo mi pregunta al darme cuenta de que mi amigo sigue de pie sin saber que hacer, lentamente se acerca hasta mí y se hace un espacio en mi cama la cual nos alberga bastante bien a los dos debido a mi evidente pérdida de peso en los últimos días.

-Dime por favor que no es verdad -Responde al fin, lo miro y me doy cuenta de que sus labios tiemblan bastante.

Desvío la mirada antes de responderle -Es verdad, pronto moriré -Lo vuelvo a mirar en el momento justo que sus ojos se comienzan a cristalizar, me pega más a su cuerpo y me abraza tan fuerte que por poco siento que de un momento a otro podría fracturarme una costilla -Basta no puedo respirar, por si no lo sabías aun no deseo morir hay algunas cosas qué debo hacer -Afloja un poco su abrazo y comienza a llorar como un niño pequeño, es tanto su llanto que su cuerpo comienza a sacudirse -Ya tranquilo Charlie, sé que es difícil de asimilar, pero así son las cosas -Comienzo a consolarlo y cuando al fin está tranquilo levanta su cabeza de mi hombro.

- ¿Por qué no me lo dijiste antes? -Me reprocha.

-Tan simple porque era algo que no deseaba compartir con nadie hasta que fuese el momento oportuno -.

-Ningún momento es oportuno para anunciar una enfermedad Mel -.

-Lo sé, pero quería que los meses que me restaban de vida me vieran solo a mí, tuviesen un recuerdo agradable y no un montón de días tristes, llenos de angustia al saber que en cualquier momento llegaría mi hora -.

- ¿Hace cuánto que lo sabes? -Me remuevo incómoda al imaginarme su expresión cuando sepa que desde hace meses sé lo de mi enfermedad -Contesta Mel -.

-Desde hace algunos meses, para ser exactos finales de enero -Respondo rápidamente y después meto un trozo de manzana en su boca en cuanto veo su inminente sermón, lo cual provoca que se atragante - ¡Uy lo siento! -Acto seguido le doy unos golpecitos en su espalda.

-Maldita sea Mel, entonces cuando te acompañe a realizarte ese tatuaje ya lo sabías ahora entiendo porque decidiste hacértelo tan repentinamente -.

-Shhh calla, mis padres no saben sobre mi tatuaje, quieres que se enteren que por ese estúpido tatuaje casi me muero por una infección -Me mira como deseando estrangularme por ser tan tonta.

-Pero sí que eres idiota Melissa Flores -.

- ¡Oye, no te pases! -.

- ¿Quién en su sano juicio se haría un tatuaje aun sabiendo que tiene cáncer? No me digas, déjame adivinar tú -Dice golpeando mi frente con un dedo.

-Para tu información no sabía que eso podría perjudicarme más -Me defiendo obstinadamente y es la verdad no lo sabía, me tuerce los ojos y luego suaviza su rostro para volver a recargarse en mi hombro dando por finalizada la discusión.

Pasamos la tarde viendo su serie favorita la cual es Malcom in the Middle, sin volver a tocar el tema de mi enfermedad cosa que en verdad agradezco, cuando llega el momento de su partida veo que nuevamente sus ojos se humedecen, sin embargo, contiene su llanto.

-No sé qué haré cuando ya no estés aquí, por Dios Mel te voy a extrañar tanto -Me abraza nuevamente y suelta unas cuantas lágrimas en mi hombro -Perdóname debería de ser yo quien te consuele y no tu a mí -.

-Seguirás adelante Charlie eso es lo que harás, tal vez al principio te sea difícil, pero tienes a Fernanda para que te apoye -.

-No es lo mismo, a Fernanda la amo y a ti te quiero como a una hermana, me será muy difícil escribirte y no recibir respuesta por parte tuya -.

-Yo también te voy a extrañar, pero debes de ser fuerte y dejar de llorar sobre mi hombro porque me has dejado la blusa llena de mocos y ahora tendrás que pagarme la tintorería -Suelta una pequeña risa y se separa de mí mientras niega con su cabeza.

-Extrañaré esto, que siempre tratas de hacerme reír en los momentos difíciles, es nuestra forma de aligerar nuestras penas; vendré a verte de nuevo -Me da un beso en la mejilla y bajamos la escalera, se despide de mis padres quienes se encuentran en la sala viendo la tele o al menos eso es lo que han aparentado desde hace días, se despiden de él y me encamino a ellos.

-Le he contado a Charlie sobre mi enfermedad -.

-Lo sé cariño -Responde mi padre -Tu madre me dijo que tu amigo casi tumba la puerta cuando llego y subió la escalera tan rápido como pudo, por lo que tu madre se imaginó que ya debía de saber la verdad -.

- ¡Así es! -Me siento entre ellos y subo mis piernas hasta mi pecho mirando la película que en teoría estaban viendo, mi padre me toma por lo hombros y recuesta mi cabeza en su hombro, sin darme cuenta me quedo dormida y cuando despierto me encuentro nuevamente en mi habitación.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022