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Eva sale de su estupor, y se mueve nerviosa en la silla. Esto es algo que no esperaba, hasta hoy su jefe la miraba como si fuera a estar chocando con él o alguien más, listo para intervenir si hacía alguna locura. No imaginó que el hombre osco fuera a fijarse en ella y menos que se atreviera a hacerle semejante propuesta, una propuesta que le dan deseos de tirarle a la cabeza lo primero que coja en su mano.
-Están hermosos, pero no los acepto. Tampoco su propuesta, no pienso pasar ni medio día con usted. -dice al fin.
-¿No los aceptas porque no te los dio Lucas? Yo también soy dueño de la empresa, no soy un simple empleado.
-¿Me acaba de llamar simple, e interesada?
-No malinterprete mis palabras, solo le estoy haciendo saber mi posición en la empresa, nada más. Y hoy parecía muy amigable con Lucas.
-Es mi jefe, ¿qué quiere que haga? ¿Echarlo cada vez que viene?, dígale usted que no venga más si no quiere verlo por aquí.
Dante y Eva se miran enojados, ella no es de las que se queda callada, pero no quiere cambiar de trabajo, le gusta trabajar aquí, y por lo que ha visto en los meses anteriores, a su jefe no le gusta disculparse, a no ser que haya hecho o dicho algo que él crea que fue grave, y en los meses que lleva trabajando para él no ha ocurrido ni una vez, Laura le ha contado que él lo ha hecho en alguna ocasión, pero muy contadas. Él aprieta la mandíbula, no cree que necesite disculparse, cree que su secretaria mal interpretó lo que dijo.
-¿Me va a explicar por qué no quiere los aretes entonces?
-No tengo que darle explicaciones, pero le diré esto y espero que sea la última vez que lo haga. No quiero tener nada que ver con nadie en la empresa, solo quiero venir a trabajar, y no quiero complicaciones. Su hermano se acerca a mí como jefe–empleada, parece diferente porque él es muy bromista y sociable, pero hablo y actúo igual con otros empleados que me caen bien. Creo que será mejor que le obsequie los aretes a otra mujer.
-Le aviso que esta no será la última vez que intente algo con usted. Se lo digo desde ahora para que no se sorprenda en el futuro.
-Y yo le daré la misma respuesta.
-Ya veremos...
-¿Puedo irme ahora?, tengo que terminar de actualizar la base de datos. Estoy con los estados de cuentas que me han llegado de este mes.
-Puedes retirarte, pero no olvides que no hemos terminado.
Eva regresa a su puesto y termina de trabajar más tarde de lo previsto, a visto algunas irregularidades, pero tiene que tener todos los datos antes de ir ante su jefe. Además, le preocupa la actitud de este, ella solo espera que se canse rápido y busque alguien más para darle sus regalos.
♥♥♥♥
Las semanas siguientes Dante no para de llevarle alguna joya a Eva, ella las rechaza todas, aun así, él dice que no se dará por vencida, que Eva caerá en algún momento.
Está en una llamada cuando llega Dante con una caja grande. Se para frente a ella y no habla esperando que termine, al ella terminar la llamada, abre la caja y dentro hay un vestido.
-Esto es para ti, quiero que lo uses en la fiesta que vamos a dar por el aniversario de creada la empresa.
-Ya tengo un vestido para esa noche, pero gracias de todas formas.
-No te lo estoy pidiendo Eva, te estoy diciendo que con este vestido irás a la fiesta.
Eva quiere protestar, pero en ese momento llegan Lucas y Gael seguidos de Laura. Los tres hombres entran a la oficina y la secretaria se queda con Eva.
-Pensé que ya tenías el vestido de la fiesta, ¿cambiaste de ideas? -pregunta Laura.
-No he cambiado nada, el señor Lombardi llegó con este y quiere que vaya con él puesto.
-¿Sigue tratando de darte regalos?
Laura ha sido confidente de Eva desde que Dante comenzó con sus regalos, y ella los ha rechazado cortésmente. Sacan el vestido de la caja para verlo mejor y quedan encantadas con él, es negro con encaje negro en la blusa, tiene mangas largas y es hasta la rodilla. Eva dice que le costará un poco rechazarlo porque tiene unos zapatos perfectos para el vestido, a lo que Laura le dice que es una lástima que lo rechace, que lo tome como un préstamo y lo devuelva cuando termine la fiesta.
-¿A ti te dieron un vestido? -pregunta Eva luego de un tiempo.
-No, pero mi jefe no quiere meterse a mi cama.
-¿Estás segura? A veces te mira cómo si quisiera comerte.
Laura ríe y dice que entre ella y Lucas nunca pasará nada. Que ella está en una etapa de su vida que solo tiene tiempo para su hijo, el trabajo y algo para ella. Lucas es un bromista mujeriego, que no va a querer estar con una mujer tan complicada, que aun tiene a su ex detrás.
-Y puedo asegurarte que a Lucas no le gustan las rubias.
-Pues como te mira a veces no parece ver tu color de cabello.
-Él mira a todas así, le gusten o no. Parece que lo tiene programado para cuando vea a una mujer.
Eva y Laura ríen de esto, es cierto que Lucas coquetea hasta con una de las empleadas de Recursos Humanos que tiene sesenta años. Él lo hace de broma, pero sonroja a la mujer con las cosas que le dice.
-Es que no se de dónde saca tanto tiempo para estar de departamento en departamento y hacer su trabajo. -dice Laura aun riendo-. Es que me preguntan por él cuando tengo que ir a buscar algún documento o información. No importa que sean solteras, comprometidas o casadas, las tiene a todas en la palma de su mano.
-Es muy carismático.
-Si lo es, en exceso diría yo. Pero bueno dejemos de hablar de él y empecemos con lo que vine a hacer.
-Eso te iba a preguntar, ¿en qué te puedo ayudar?
Laura le informa lo que quiere y comienzan a trabajar. Siguen bromeando entre un documento y otro. Y así riendo la ven los hombres cuando salen de la oficina.
-¿De qué hablan que se escuchaba la risa de las dos en la oficina del ogro? -Curiosea Lucas y Dante lo mira mal por llamarlo ogro.
-Cosas de mi hijo, nada emocionante. -responde Laura. Y al escuchar la palabra hijo como siempre cambia de tema.
-¿Regresas la oficina, o no han terminado?
-Aun me faltan unos cuantos documentos, si no le importa quiero terminarlos hoy.
Lucas le dice que coja el tiempo necesario, se despide de Dante y sale con Gael. Este último se escucha preguntar qué documentos están revisando las secretarias, a lo que Lucas responde que son documentos jurídicos y algunos contratos que están por finalizar que quiere darle una ojeada.
-Eva, cuando termines ahí te espero en mi oficina. -Exige Dante regresando a su oficina
-Sí señor, ya casi terminamos.
Laura y Eva siguen trabajando, terminan treinta minutos después.
♥♥♥♥
-Señor, ya terminé con Laura, ¿qué necesita?
-Primero dictarle unos correos que tienen que enviar a unos clientes ingleses. Luego quiero hablar sobre el vestido.
-El vestido...
-Luego hablamos del vestido, ahora tome nota de cada correo. -La interrumpe Dante levantando una mano.
Terminan con los correos y pasan al tema del vestido, Eva le hace notar que a pesar que le encanta el vestido, no ve muy ético aceptarlo. Dante le señala que escuchó cuando Laura le dijo que lo tomara como un préstamo, que lo devuelva si quiere al terminar la noche, pero Eva vuelve a rechazarlo.
-Mi madre me ayudó a escogerlo, se sentirá muy triste cuando no te vea con él.
-Cuando le diga mis motivos estoy segura que ella entenderá.
-¿Segura...? ¿Estamos hablando de la misma mujer?
-¿Y qué le dijo para que ella accediera a comprarme ropa?
-Que quería compensar su buen trabajo y quería que fuera muy bien vestida cuando Lucas premie a los mejores empleados.
-¿Me van a premiar por mi buen trabajo? ¿usted tuvo algo que ver?
-Ni idea, solo fue una excusa para que mi madre me ayudara. Y obvio que tengo algo que ver si la premian, soy su jefe directo, ¿a quien más le van a preguntar si hace un buen trabajo aparte del que todos ven?
-Bien, acepto, pero será lo único y porque Eleonor está involucrada.
-Estoy deseoso de verla con él. -indica Dante con voz ronca y una amplia sonrisa mientras se pone las manos detrás de la nuca. A Eva le entran ganas de borrársela diciéndole que cambió de idea y que irá con su primera elección. Él le dice que ve sus intenciones, pero que ya no puede retractarse.
-Es usted malo, ¿usando a su madre para estas cosas?
-Nunca he dicho ser bueno. Quería la satisfacción de que aceptara porque yo se lo pedí, pero como no iba a ser posible recurrí a esta táctica.
Eva aprieta los labios con enojo, cierra un puño, se lo muestra a Dante y sale de la oficina sin decir nada más.
Dante queda en su oficina complacido, pensando en lo hermosa que se ve Eva enojada. Ya ganó una ronda, espera ganar más hasta tenerla en su cama.