Apenas me llegó el mensaje acudí a él por ayuda, ya que en estos momentos es en quien confío y sabe manejar mejor que yo la tecnología. Ni asistí a la clase, de igual manera no hubiera podido copiar nada ya que alguien agarró mi mochila sin permiso. Pero eso es lo menos importante ahora.
-Justo como pensé. -habla, como si fuera obvio- no hay rastros de donde provino el mensaje, ni un destinatario, es como si el número no existiera. Es imposible dar con él, o saber a quien le pertenece.
Eso no me gusta.
-¿Es como un número fantasma? -asiente.
-¿No sabes quien podría habértelo mandando o si es una broma de mal gusto? -pregunta, aunque él ya sabe la respuesta.
-Si supiera algo de eso, no te hubiera llamado.
Primero pensé que era una broma. Pero luego la duda entre si era verdad o no, me carcomía.
Y si alguien sabe quien es el asesino, no lo puedo dejar pasar.
-Me tengo que ir, rosita. -guarda todas sus cosas en una mochila mientras se levanta- si te llega otro mensaje, o pasa algo más, no dudes en llamarme.
Tenia tiempo sin escuchar ese apodo. Rosita. Me llama así desde que en la secundaria teníamos que disfrazarnos de una rosa haciendo honor a la rosa de la bella y la bestia, y yo llegué vestida con una sabana que le robé a mi mamá de color rosa.
Sí, fui la sensación. Cuando mi hermano y él se enteraron no dejaron de burlarse, era claro que no lo iban a dejar pasar y me quedé con ese apodo.
-Algún día lo tendrás que superar. -digo, rodando los ojos, acompañándolo a la puerta.
-Sabes que no, ese día es insuperable, rosita. -se burla- nos vemos.
Mientras se aleja observo lo atractivo que es Lucas, con ese aire de confianza, y su ojos café brillantes, desde que tengo me memoria siempre ha sido atractivo. Fue mi segundo crush, aunque él nunca no lo supo, yo era tan solo una niña y él inalcanzable. Aunque... Él ahorita tiene 22 años y yo ya voy a cumplir los 18...
Meneo la cabeza alejando esos pensamientos. Sonrío por solo pensarlo.
-¿Y tú de que te ríes? -aparece mi madre de la nada, y doy un brinco del susto.
-¿Quieres matarme? -me agarro el pecho dramáticamente.
-Deja el drama y ayudame con las bolsas. -me da unas bolsas y sé que viene de hacer mercado.
Sacamos la comida, poniendo todo en su respectivo lugar en la cocina.
-¿Cómo te fue en tu primer día? -habla mamá mientras se sirve un vaso de agua.
-Bien, supongo. -respondo sin muchas ganas.
-¿Segura?
Sí, mamá. Sólo no me bañé, hice el ridículo delante de un desconocido muy guapo, me robaron mi mochila, y para ponerle la cereza al pastel, un anónimo me dijo que sabe quien mató a tu hijo. Muy normal mi día.
-Segura. -es lo que respondo.
No se ve muy convencida ante mi respuesta, pero lo deja pasar.
-¿Y papá como le va? -pregunto para cambiar de tema.
Mi padre, es policía de una rama muy especial, y se la pasa viajando cuando le salen casos importantes, es muy reconocido por hacer muy bien su trabajo, podría decirse que es de los mejores, así que todo el mundo lo busca. Es raro verlo aquí en la casa, pero hace un esfuerzo para pasar los fines semana con nosotras.
-Bien. Hace rato llamó, está en un nuevo caso.
Con la muerte de mi hermano, tuvo que rechazar algunos casos, y eso lo atrasó, así que no creo verlo muy pronto. Me prometió que mientras trabajaba, investigaría quien había sido el responsable, pero algo en su voz me hizo dudar, no parecía honesto, y no sé por qué.
Así que decidí trabajar por mi cuenta, y ver quien llega primero a la verdad.
-Hoy haré lasaña. -habla mi mamá, y es como escuchar a un ángel.
-Genial, muero de hambre.
En eso tocan la puerta.
-Yo voy. -me levanto, y la abro.
No hay nadie. No doy ni un solo paso cuando me tropiezo con algo.
Mi mochila.
Al abrirla para asegurarme que está todo bien, veo un trozo de papel que antes no estaba ahí.
Cuidado con tus cosas. Cualquiera podría querer robarte.
***
Odio pararme temprano.
No entiendo como somos obligados a levantarnos a tal hora que el cielo apenas está despertando mostrando el resplandor del sol. No es nuestra culpa que no haya querido seguir durmiendo solo porque se haya cansado de la luna, no entiendo.
Me arrastro perezosamente al baño. Sí, hoy si me daré una ducha.
Al salir me visto lo más rápido que puedo, y al decir rápido, es al paso de una tortuga con diez rocas sobre su caparazón.
No pude dormir pensando en esa nota, ¿será que la persona que envió ese mensaje y la que me dejó la nota son la misma?
El sonido del móvil me saca de mis pensamientos.
Chelsea: ¿te paso buscando?
Tecleo rápidamente.
Yo: Por favor, sí.
Chelsea: Ayer desapareciste, ¿quieres hablarlo?
Yo: Mejor te cuento al vernos.
Chelsea: Uyy. Te escapaste para ver a alguien. Esa es mi chica mala.
En teoría sí, pero no como ella piensa.
Yo: Ojalá.
Chelsea: ¿Eso es un no?
Yo: Es un rotundo no.
Chelsea: :(
Yo: Deja el chisme.
Chelsea: :p
Yo: te estoy esperando.
Chelsea: llego en 15 minutos, besooosss.
No respondo y llega antes de los esperado.
La clase es más aburrida de lo normal, siguen haciendo un introductorio de lo que ya vimos y veremos, ya que es la primera semana de clases.
-¿Están listas para las pruebas? -nos pregunta Miranda mientras caminamos por los pasillos.
-¿Pruebas? ¿qué pruebas? -pregunto, sin saber de que habla.
-Oh, mierda. -dice Chels- se me había olvidado decir. Es que ayer te fuiste y nos dijeron que hoy serian las pruebas para entrar al equipo de fútbol.
-¿Y por qué tan rápido? Siempre son la segunda semana de empezar.
-Ya va a empezar la temporada. Y necesitan que el equipo esté entrenando para tener más probabilidades de ganar. El año pasado no nos fue muy bien. -deposita todos sus libros en el casillero.
Y es verdad, el año pasado no quedamos ni en semifinales. Para resumirlo, fuimos el mejor equipo perdedor. Literalmente. Nos dieron hasta un trofeo.
-Hola, cosita. -dice, esa voz que ahora si conozco.
Al darme la vuelta compruebo que si es él.
-Cosita es la que tu tienes. -señalo sus pantalones.
Eso no parece ofenderle, sino al contrario.
-Si quieres probamos. -dice, subiendo y bajando las cejas.
-Alguien amaneció muy arrogante hoy.
-Y alguien amaneció muy amargada. -contraataca- aunque se ve que si te bañaste.
Ok, eso me ofendió.
Es cierto, pero me ofendió.
Alguien se aclara la garganta, y veo a Ben junto a Miranda.
-¿Interrumpo? -dice con sus ojos en Zaid.
Voy a responder cuando él se me adelanta.
-Para nada. Me llamo Zaid. -le ofrece la mano y Ben la recibe presentándose también- yo ya me voy, tengo que ir a ver las pruebas de las femeninas.
-¿Tú vas? -ahora tengo que aguantar que me vea en las pruebas.
-Es lo que acabo de decir. Nos vemos. -me guiña un ojo y se va.
No lo soporto.
-¿Y quién era ese guapote? -pregunta miranda señalando el camino por donde se fue el arrogante.
Ben se vuelve a aclarar la garganta, mirándola mal.
-No te preocupes, cariño. Nadie es como mi moreno único y favorito. -le dice, y eso parece calmarlo.
-Tenemos que irnos ya. -chelsea mira la hora- las pruebas comienzan en 10 minutos. -me agarra el abrazo llevándome hacia los vestidores.
-¡Nosotros después vamos a hacerles porras! -dice Miranda a nuestras espaldas.
***
El sudor corre por toda mi cara, y ya no siento mis piernas. Miro hacia abajo, y si, efectivamente siguen ahí. Los brazos me pesan, pero no paro.
-¡Más fuerte! ¡no paren! -grita la entrenadora Baker.
Miro a mi alrededor, y solo seguimos 5 jugadoras corriendo por el campo. Ya llevamos casi 1 hora. Las demás están caminado intentando respirar, otras se excusaron diciendo que tenían la menstruación, y otras con que no habían comido.
Suena el pito indicando que ya podemos parar, y oigo a Dios.
-1 minuto para tomar agua, y las quiero a todas aquí. -dice la entrenadora caminando hacía el medio del campo.
Voy lo más rápido que puedo, y no me había dado cuenta de lo seca que tenia mi boca hasta que pruebo el primer sorbo.
Siento una mirada en mí, levanto la cabeza y veo a Zaid sonriendo desde la grada, mientras ve mi sufrimiento.
Arrogante de mierda.
-¡Rápido! -tiro mi pote, y me dirijo a donde está la entrenadora Baker.
Envidio a Chels, está con las otras dos porteras, haciendo otro tipo de entrenamiento. Ellas tienen un entrenador aparte que se especializa en eso. En cambio nosotras tenemos que lidiar con la entrenadora: quiero que corran 10 horas seguidas y no me importa si están muriendo, je, je.
Después de unos cuantos trabajos más de físico, veo que saca chalecos y eso significa que vamos a jugar.
-Quiero que se dividan es dos equipos, haremos un juego de practica. Aquí veré quienes tienen la capacidad de pertenecer a mi grupo. No quiero más perdedoras. -agarra el chaleco azul, y me lo pasa- Jones. Tu serás la capitana del primer equipo. -agarra el chaleco rojo y se lo pasa justo a la que no quería, que buena suerte la mía- White. Tu serás la capitana del segundo equipo.
Hasna White. La persona quien siempre quiere hacer mi vida miserable, y la persona con la que se acostó mi ex. Sé que me odia, pero no entiendo el por qué.
Esta me mira, y me choca el hombro antes de ponerse delante de mi, con la raya que divide la mitad del campo en medio de nosotras.
-Quiero un juego limpio, niñas. -habla la entrenadora- de aquí sacaré a las 15 jugadoras para ganar el campeonato, y ustedes son lo mejor que tengo en el equipo. -dice solo para nosotras- así que vamos a darle. Saca rojo.
-Vas a morder el polvo, Jones. -me dice la rubia.
-Muestrame como se hace, White. -la reto.
Suena el pitido para dar el inicio al juego.
Quisiera decir que mi equipo ganó, que asumí muy bien el liderazgo en mi equipo, y que ya tengo un puesto seguro en mi equipo.
Pero no.
Perdimos 5-0.
Y todos los goles fueron de Hasna.
En mi defensa, quiero decir que la entrenadora Baker me dejó solo a las jugadoras flojas. Y Chelsea fue mi arquera, no me mal entiendan, es mi mejor amiga y todo, pero desde que entramos al equipo, solo ha jugado un juego, y es porque a la otra arquera la habían lesionado y no había más.
Me dirijo frustrada a las duchas. Quiero ducharme e irme cuanto antes. No soporto este olor a derrota.
-Al parecer hoy no ha sido tu día, pato. -habla bajando de las gradas.
No le hago caso y sigo caminando.
-Yo te puedo enseñar a jugar cuando quieras, perdedora.
Me detengo.
-¿Cómo me dijiste? -lo enfrento.
-Como escuchaste. -dice mientras se acerca.
-Dímelo así. De frente. -lo reto.
-P-E-R-D-E-D-O-R-A -se afinca sobre cada letra.
Cuando estoy por responderle sale la otra persona que no quería ver.
-¿Zaid? -pregunta Hasna mientras se acerca a nosotros.
Me alejo unos cuantos pasos atrás de él.
-Sí viniste. -lo abraza dejándome descolocada.
-Te dije que vendría. -y él le devuelve el abrazo.
Al separarse, a Hasna se le puede ver una sonrisa de oreja a oreja.
¿De que me perdí?
-Fue un muy buen juego. Fuiste de las mejores. -le dice el arrogante.
A ella se le iluminan los ojos.
-Sé que fui la mejor, pero como soy tan humilde, le daré crédito a las demás.
Me río sarcásticamente, pero ella no lo nota porque está como una boba viéndolo. Y eso hace que me sienta rara.
-Te dediqué todos mis goles.
-¿Todos? -él le sonríe.
Sé que no lo conozco, pero no me parece una sonrisa genuina.
Quizá esté alucinando.
-Sí, los 5 goles. -le responde, y parece que se da cuenta de mi presencia- suerte para la próxima, espero seas una buena perdedora.
Aprieto mis puños, y siento que estoy por explotar.
Pero una mano suave se coloca sobre mi hombro.
-Vámonos, Án. -dice chels.
Es lo que quiero hacer desde que salí del juego.
La dejo que me guíe, y no le veo la cara a los que tengo al frente. Llegamos a uno de los baños que está más cerca. Por suerte no hay nadie.
-Respira ¿si? Y relajate -coloca las manos sobre mis hombros para calmarme.
-No la soporto. -le doy un golpe a la pared.
-Sabes que no puedes perder la cabeza, ni dejarte llevar por tus emociones. -me vuelve a agarrar los hombros, pero está vez mirándome- no puedes dejar que pase otra vez, no quiero perderte...-dice aún más bajo-hazlo por ella.
Sé que tiene razón. Y al mencionarla hizo que recordara lo que pasó aquella vez, no puedo volver a permitirlo.
-Necesito una ducha con agua bien fría.
-Te acompaño.
Llegamos a las duchas, pero algo está mal, no están las jugadoras de fútbol, ni un rastro.
En otra ocasión me alegraría, porque tendría todo para mí, si no fuera por los gemidos que se escuchan entre las duchas.
Hago un ademán de irme, pero la chismosa de Chelsea me indica que vayamos a ver quienes son, y como yo también lo soy, la sigo. Choco como su espalda cuando se para en seco. No entiendo el por qué hasta que miro también.
No puede ser. Es una jodida broma.
Zaid y Hasna teniendo sexo en las duchas de las mujeres.
***