Capítulo 9 No.9

Estoy afuera, sal

viernes

7:30 pm

La mayor parte del tiempo Alexandria se la pasaba escuchando música, la desconectaba de lo que pasaba a su alrededor, últimamente lo hacía mucho más seguido que antes. No era tan difícil para ella imaginarse otra vida que no sea en la que —sentía— que estaba estancada ahora. Lo que le cortó totalmente el momento fue que se detuviera la música, debido a que alguien la estaba llamando, no había nada que le fastidiara más que hablar por teléfono, solo había una persona con la que solía hablar hasta más de dos horas por teléfono y ya no estaba aquí.

—¿Aló? —contestó— Diego, ya te pasé las fórmulas de física, bájale dos a tu acoso.

—Mira, mi amor, a mí lo que menos me interesa ahorita es física. —hizo una pequeña pausa— Es tengo una propuesta de negocios muy, pero muy interesante.

—Ajá, ¿qué favor me vas a pedir ahora?

—Qué favor ni que nada, boba. —suspiró— ¿Te acuerdas del primo de Luisfer? El que está en quinto año.

—¿Gabriel? —ya sabía hacia donde estaba yendo esta conversación— ¿Qué pasa con ese?

—Sabes que al muchachito, o sea el querido Luis Fernando, lo invitaron a una fiesta hoy, y Gabriel le dijo que me llevara y vaina, como él es el único de su familia que sabe lo de él y yo.

Diego es el experto en pedir favores, no pueden pasar ni cinco minutos y ya te ha pedido como diez, y ya Alexandria sentía uno aproximándose.

—Ah, ya, que bien. —contestó Alexandria sin muchas ganas de seguir hablando— ¿Y yo qué tengo que ver con eso?

—Bueno, mamita, que dijo que aparte de mí, llevara a una amiga bonita, y quien más bonita que tuuú.

Alexandria nunca se equivocaba con Diego.

—Diego, debo cuidar a mí hermano. —se excusó— Ahorita no debería de estar saliendo y dejándolo solo.

—Ay, Ale, pero si tu mamá ya llegó a tu casa, ella lo puede cuidar.

Que Diego le dijera eso a Alexandria se sintió como si en serio estuviera echándole una broma, sabían que su mamá no podía hacer eso ni porque lo intentara.

—Mira, muchachita, sí te acuerdas de que apenas tienes diecisiete, ¿no? — ya Diego estaba empezando a perder la paciencia— Nunca has ido a una fiesta conmigo, andaaa, y en cuanto a tu mamá, amiga... Hay veces que debes de tenerle un poquito de confianza a esa pobre mujer que te dio la vida. Yo ya voy saliendo con Luisfer y te busco, ¿sí?

¿Tenerle confianza? ¿Tenerle confianza a ella? ¿Cómo puedes tenerle confianza a alguien que nunca te la ha dado por completo?

—O, mejor aún. —Alexandria se estaba preparando para colgar— Yo te llamo, y te aviso si voy o no, ¿ok? Chao.

¿Qué tal si a su mamá le pegaba uno de sus arranques y se iba en mitad de la noche? Como acostumbra a hacer eso siempre, podría pasar cualquier cosa, podrían entrar a la casa y robar, o podría pasarle algo a Agustín si lo dejaban mucho tiempo solo. Alexandria se hacía muchos cuentos en la cabeza, así que lo mejor era quedarse tranquila viendo televisión y cenando, no tenía porque tener que estar yendo a ninguna fiesta ahora, ya tomó su decisión.

—¿A dónde te invitaron a ir? —preguntó Joanna pegada a la puerta, debía de tener un rato afuera de su cuarto para saber eso.

—A una reunión. —respondió Alexandria, metiendo la mano en la bolsa para sacar la mayor cantidad de cereal— Pero no voy a ir.

—¿Y eso?

—No voy a dejar a Agustín solo.

—Solo solo no va a estar. —dijo sonriendo— Va a estar conmigo.

—Es casi lo mismo.

La relación de ambas no era muy buena, o al menos la que no cedía es Alexandria. Lo que le causaba conflicto es darse cuenta de que su mamá es capaz de dejarlos e irse sin explicación cuantos días quisiera, y ahora, llegando con esa camioneta tan grande la otra vez, todo estaba muy raro, casi y podían costearse el pasaje del autobús, ¿y justo llega con esa camioneta? Todo es muy raro, no sabía en qué negocios turbios debía de estar metida su mamá, o con quien habrá estado, pero simplemente mientras no le afectara a ella ni a su hermano, a Alexandria podía importarle muy poco.

—Mira, Ale. —empezó a decir— Sé que te molestó lo de la otra vez...

—Ah, ¿sí? Pensé que no lo habías notado.

—Tienes solo diecisiete años, yo soy la mamá de la casa, no tú, ve y sal con Diego, él es un buen muchacho.

—¿Cómo vas a saber? —ya le estaba colmando la paciencia— Lo has visto como dos veces nada más.

—Sí, pero uno se puede dar cuenta de que no todo el mundo es tan malo, y él te aprecia mucho. —se acercó y se sentó en su cama— Ve tranquila a la fiesta, seguro será muy divertido.

—No me gustan las fiestas, no he ido a una desde primaria. Y estas no son como las de primaria, así que, no.

—Nunca has ido a una, ¿cómo vas a saber eso? Seguro a las únicas a las que realmente haz ido han sido a esas que solo le picaban la torta a los niños, como acabas de decir. —intentó acercarse más a ella, Alexandria se alejó— Mira, te prometo que voy a cuidar bien de Agustín, ve tranquila a la fiesta.

La miró por un momento, a veces sus promesas podían no significar nada, realmente, pero Alexandria sabía que a Diego le gustaría mucho que por lo menos fuera a una sola fiesta con él en la vida, lo apreciaría mucho de su parte.

—Déjame sacarte una ropita bonita y para que te la pongas. —dijo, mientras hurgaba la poca ropa que tenía en su closet— Y si quieres te puedo maquillar, y, oh, también te puedo prestar unos zapatos y...

—Mamá, ya, sé vestirme yo sola.

—Oh, muy bien, ¿y quieres qué te lleve?

—No, tú te quedas aquí cuidando a Agustín, Diego y Luisfer me vienen a buscar.

—Uhhh, y ¿quién es ese Luisfer?

—El novio de Diego.

Alexandria vio como algo de decepción en el rostro de su mamá, seguro ya se había imaginado que era su novio o algo así, le causaba algo de risa, en verdad no estaba enterada de absolutamente nada de la vida de su propia hija.

—Oh, bueno, vas a ver que te van a llover los pretendientes en la fiesta. Me avisas cuando vayas saliendo.

Realmente Alexandria no tiene tanta ropa, es como la cantidad adecuada que una persona común necesita, además tampoco planea destacar en la fiesta como si fuera la estrella del show, nunca ha sentido la necesidad de andar montado tarima. Tampoco tenía mucho maquillaje, si usaba algún tipo de sombra era mucho y porque las paletas son de su mamá, las ojeras las tenía demasiado marcadas; sí estaba algo nerviosa, no es de ir a fiestas, y de todas a las que Diego la invitaba, decía que no, no sabía que esperar de esta.

—Alooooo. —dijo Diego— Mujer, ya estamos aquí. No es por mal, pero por favor apúrate, mira que no nos gusta estar por... Em, por...

—Por un barrio, Diego, puedes decir la palabra. Voy bajando.

— Muévaseeee. —dijo Luisfer, quien ya estaba con Diego.

Te vi

8:00 pm

Una última mirada al espejo, y salió de su cuarto, bajó las escaleras y vio a su mamá y a Agustín viendo televisión tranquilos, riéndose, son pocas las veces que los veía así, y pocas fueron las veces que Alexandria tuvo esos momentos con ella.

—Esooo. —dijo Agustín viéndola desde el sofá— Te ves muy bonita, Ale.

—Gracias, Agustín. —respondió, alzó la vista para ver a su mamá— Ya me voy.

—¡Diviértete! —dijo, antes de que cerrara la puerta.

El auto del papá de Luisfer era algo pequeño, Alexandria casi que no entraba en la parte de atrás, pero el paseo fue bastante divertido, con Diego básicamente cantando todas las canciones que sonaban en la emisora de la radio y Luisfer haciéndole caras desde el retrovisor. Llegaron rápido a la casa de uno de los muchachos de undécimo grado, no era la casa de Gabriel, según Diego era de un chico llamado Eduardo.

—Creo que Gabriel no ha llegado —comentó Luisfer mientras chequeaba el lugar.

—Ay, Ale. —Diego la agarró de la mano— Tendrás que esperar un poco hasta ver a tu próximo novio.

—Ay, por favor, Diego, cállate.

—Estás clarísima que te lo quieres comer ya mismo. —se acercó mucho a mi cara— Si lo tuvieras aquí en frente.

—Diego, no seas pesado con la pobre. —por fin, Luisfer le dijo algo— Se han visto que si una vez, en los pasillos del colegio, eso no cuenta ni siquiera como socializar.

—Luisfer, de ahora en adelante, eres mí nuevo mejor amigo.

—Pero es que tú si eres maluca, chica. —dijo Diego haciendo un puchero— Traidora, me ha roto el corazón. Mira, siente, ya no palpita y es por tu culpa.

—¡Luis! —gritó alguien en el fondo, era Gabriel, su primo.

Les hizo señas para que se acercaran a la cocina, Gabriel no era el tipo de Alexandria para nada, tal vez a otras chicas les parecía bonito, pero Alexandria no estaba muy interesada en él.

—Por poco pensé que no venían, hola, Diego y hola... —la vio y se puso a pensar un buen rato— Se me olvidó tu nombre, je.

—Alexandria. —le recordó.

Aunque no había nada que recordar porque nunca habían hablado en ningún momento.

—Ay, y ya yo te iba a llamar Antonia. —contestó Gabriel, riéndose— Que bueno que estén aquí. Ahora sí se va a poner buena la fiesta con ustedes tres.

❌/❤

Amor, 20

Me gusta

Ganas de más

Viernes

9:15 pm

Fascinación.

¿Alguna vez se han sentido 100 % atraídos a una persona? Como, ¿verdaderamente atraídos hacia alguien? Paula pensaba que cuando conoció a Ignacio lo sintió, pero desde entonces nunca había vuelto a sentir eso, ni siquiera con él, suponía que debía ser porque estaba tan enamorada que eso ya pasó a segundo plano.

—No te creo, Pauuu. —dijo Antonella, apareciéndose por detrás de ella, viendo sorprendida el teléfono— ¿Tienes una cuenta en KissKiss?

—Shhh. —la calló Paula— Si quieres, grítalo más duro.

—Ay, disculpa, pero... —Paula había metido la pata— ¿Por qué tienes una cuenta ahí?

Sabía que si comenzaba a hablar, en algún momento Antonella iría a contarle a Sara, y Sara iría a preguntarle, y lo que menos quería es que eso llegara a oídos de Ignacio, tanto era que tenía la aplicación escondida en su teléfono, así él no la vería.

—Porque quiero y puedo. —la soltó volviendo a ver la pantalla del teléfono, lo bloqueó y lo volvió a meter en su bolsillo.

—Pero, es que si ya estas con Nano, no entiendo para que querrías...

—Ay, Antonella, ¡cállate de una buena vez! —le gritó— Mira, por si tu pequeña cabecita no lo comprende, no tengo KissKiss porque este engañando a Ignacio ni nada de eso, ¿bien? La cuenta la cree hace tiempo, tengo la app, pero no la uso mucho.

—Ah, ya, ya... —respondió, algo dolida— Ahora sí entiendo.

—Por fin, debe ser que el pequeño tumor que tienes en la cabeza creció para convertirse en un cerebro.

Tenía para que todos pudieran ver su perfil en KissKiss, pero esta es la primera vez que le salía una chica, y aparte que le hizo "me gusta" a su perfil, Paula quedó algo extrañada por eso, pero ya no importa; aunque la chica era bonita, muy bonita la verdad.

Ignacio se había desaparecido, otra vez, seguramente se fue con Armando a hacer Dios sabe qué, Sara andaba por ahí siguiendo a Gabriel por todos lados y Antonella andaba haciendo vida social con todos.

Comenzó a revisar su perfil y se dio cuenta de que también vivía en su ciudad, de hecho, había asistido a un colegio que quedaba cercano al de Paula, pero nunca la había visto en los alrededores, le dio "me gusta" a su perfil para ver qué pasaba, pero solo porque le pareció bonita, lo que le sorprendió a Paula fue que prácticamente a los minutos llegó una notificación a su teléfono, era un mensaje de esa chica.

Amor:

Hola

            
            

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