/0/16467/coverbig.jpg?v=c1a4328b54b27071745d3f03ce15aa56)
EL QUE NO QUISO LUCHAR FUI YO.
Capítulo 38
Sentía sus cálidos brazos acunarme como a un niño pequeño, su cálido aliento acariciaba mi rostro, su respiración se estabilizó. Me aferré a ella, no quería soltarla, quería detener el tiempo ahí en ese momento.
No quería ser fuerte, me dejé caer, quería llorar hasta sentir que mi piel se secaba. Qu