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Era de esperarse que los dos se abrazaran, se tocaran, pues aún era muy extraño verse en otra persona, así la ropa, el peinado del cabello y hasta el tono de su propio cabello y piel eran diferentes. La rubia para la cultura y la morena para el trabajo al sol, cada una igual, pero con las características de la vida que lleva.
Los cuatro tuvieron mo